Escribía hace unos domingos de que alguien se había empeñado en abrir de nuevo el debate medioambiental en la capital, con la recuperación de la Avenida Federico de Montenegro de por medio, y que éste es un debate ‘laberinto’, que se sabe cómo se entra pero que nadie sabe cómo se saldrá de él. La sentencia de la Audiencia Nacional dando la razón a la Dirección General de Costas sobre la caducidad de las balsas de fosfoyesos en la marisma próxima a la ciudad (cosa previsible, por otra parte, al tratarse de una concesión administrativa con fecha de caducidad) nos ha abierto de par en par la primera puerta en la casilla de este debate ‘laberinto’. Casi todas las piezas están colocadas en el tablero ya que hasta los variopintos y diversos miembros de la inicial Mesa de la Ría se han situado en el escenario, si bien con dos protagonismos distintos y ya veremos si también con ello con dos posicionamientos distintos. Ha entrado en escena Luciano Gómez, por UGT, como no podía ser menos, y por obligación ha tenido que empezar a hablar el máximo representante de la Asociación de Industrias Químicas y Básicas, Gerardo Rojas. Y como es lógico y natural ha entrado la inquietud en el seno de miles de familias de los trabajadores de las empresas afectadas porque entra dentro de lo normal y previsible que todos piensen que esta decisión judicial puede tener un efecto directo en la continuidad de sus puestos de trabajo al afectar al proceso productivo de varias empresas del sector químico, a algunas de manera directa y que están ubicadas en la Punta del Sebo y a otras de manera indirecta, pero con daños colaterales, al tener que desviar ahora su esquema de salida de los subproductos generados, que están situadas en la parte industrial del Polígono de Palos de la Frontera. Estamos, pues, ante un tema envenenado, complicado y serio, muy serio, que afecta a miles de trabajadores y ante el cual lo primero que se tiene que solicitar de todos los agentes que por obligación o por oportunidad política y social vayan a intervenir en este debate ‘laberinto’ es el que lo hagan con un alto grado de responsabilidad y sin que tengamos que escuchar muchas tonterías.
Por imperativo legal, y siguiendo el transcurso del procedimiento, la pelota está ahora en manos de la empresa Fertiberia y de la Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, o lo que es lo mismo, un estamento administrativo gobernando por el PSOE, principal partido en la provincia de Huelva. Su voz, por tanto, se tiene que hacer notar y de la misma manera las soluciones posibles porque entra dentro de sus tareas de gobierno, bien por sea por la Administración Central, bien sea por la Autonómica. Fertiberia, por su parte, acudirá a instancias superiores judiciales pero no podrá obviar contestar a sus trabajadores con las medidas alternativas que piensa adoptar para seguir con la producción en las fábricas de Huelva. Y Costas, que ha actuado sin ningún tipo de contemplación para prolongar la autorización (y eso que se venía hablando que existían negociaciones en el Ministerio con la presencia, incluso, de los grupos ecologistas que van de la mano de los socialistas) deberá pronunciarse por los plazos extraordinarios que otorgará a o no a partir de ahora a la empresa para que ésta pueda reaccionar. Y en medio del procedimiento legal, encauzado por las puras decisiones judiciales, tenemos de cara ya el debate social, el debate mediático y casi con toda seguridad el debate político. Ya lo estamos viendo en los medios de comunicación que la temperatura informativa aumenta casi con la misma intensidad que las clásicas olas de calor de los meses de julio en estos últimos años.
Aunque no sé por dónde se saldrá en esta primera puerta del debate ‘laberinto’, sí tengo bastante confianza en quienes considero que van a tener que jugar un papel muy importante en esta etapa de incertidumbre en la que entramos. Me refiero a los miembros de la Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva, más conocida como AIQB, porque llevan años preparándose para esto y cuentan en la Presidencia como Gerardo Rojas, una persona con un profundo conocimiento de la problemática, desde todos sus ángulos y de todas las perspectivas posibles, y con capacidad más que acreditada para liderar las posiciones de un sector económico tan importante en el ámbito público y de interlocución. AIQB como asociación se constituyó hace muchos años y con sus altibajos, como toda obra humana, ha sabido representar en cada momento los intereses del sector sin generar divorcios ni distanciamientos con la sociedad onubense, a la que se ha acercado en sus más diversas facetas desde el patrocinio de actividades diversas. Le toca un papel destacado en los momentos que vienen y estamos convencidos, porque el problema era conocido, que estará bien posicionada para encontrar, junto a otros agentes, esa primera puerta correcta en esta primera etapa del largo ‘laberinto’ que aún nos queda por atravesar en los años venideros en la ciudad de Huelva. Dosis, pues, de mucha sensatez, serenidad y mesura porque entramos en tiempos convulsos, complejos y difíciles. Espero que de la legislatura del ‘tripuente’, que parecía ser quien concentraría todas las atenciones, no pasemos a la legislatura del futuro de la industria en Huelva y de sus puestos muchos puestos de trabajo que genera y mantiene. Porque vaya la que se pueda terminar liando.
2 comentarios:
El fallo de la Audiencia Nacional acorta mucho el margen de maniobra de las administraciones públicas para manejar la patata caliente de la solución al problema de los fosfoyesos. Puede cundir el miedo entre algunos responsables políticos a la hora de firmar ciertos documentos por los que, en un momento dado, podrían ser denunciados ante los tribunales por prevaricación por colectivos ecologistas y sociales como la Mesa de la Ría. Se abre paso, pues, a la alta política. La gran duda que se plantea es si sabrán los dirigentes de Huelva estar a la altura de las circunstancias. Y yo, particularmente soy bastante pesimista... Un saludo, Fernando. Me alegra verte en el ciberespacio.
Manolo, me encanta la libertad del ciberespacio.Ojala mucha más gente aprovechará esta ventana fresca de las ideas para que podamos dialogar sin ataduras ni límites de espacios en la escritura.
Yo creo que en el debate 'laberinto' que vamos a entrar en Huelva, con esta primera puerta de entrada que ha servido la Justicia con la sentencia de los fosfoyeos, habria que ir por pasos. Hay muchos interlocutores que tienen que pronunciarse, amén del esperado Luciano Gómez, por UGT, y la sorprendente propuesta, de un cierre ordenado de la planta de Fertiberia, que ha hecho el secretario general de Comisiones Obreras. Quedan que hable la empresa, sobre todo, pero también el Comité de Empresa de ésta y de otras fábricas que se van a ver afectadas de una manera importante.
Y ademas quien tiene la patata caliente son las Administraciones gobernadas por los socialistas porque desde la Dirección de Costa, manejada por Crisina Narbona, ha partido el conflicto.
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