Diego Valderas, flamante nuevo parlamentario por la provincia de Huelva, ha dejado de ser profeta en su tierra y ha encontrado puerto de acogida en la capital merced a los buenos oficios del equipo capitaneado por Pedro Jiménez. Porque ha sido la capital, el aumento de votos en esta ciudad, la que ha permitido al político bollullero, ya abuelo, volverse a sentar en el hemiciclo que el mismo presidiera durante la época de la llamada ‘pinza’ (acuerdo entre PP y la IU de Luís Carlos Rejón y Julio Anguita), allá por la legislatura del 94. Lo atestiguan los datos escrutados de este pasado domingo, a los que le esperan el recuento final que ayer hacía la Junta Electoral Provincial con la suma de los votos de los emigrantes.
La coalición de IU consolidó ese ansiado escaño, en razón a los resultados obtenidos por cada uno de los partidos en la jornada de este domingo, cuando se alcanzaron los 19.800 votos. Por supuesto que desde el primer momento que fueron entrando los votos de cada mesa ya se iba viendo por el porcentaje que mantenían, en torno el 8%, que podía situarse en el marco mínimo para que Diego Valderas salvara en Huelva su carrera política y lo que los compañeros de Sevilla le habían negado como coordinador regional. Sin embargo, el escaño quedó asegurado, como decíamos antes, cuando superó la barrera de esos 19.800 votos. Al final el recuento de Izquierda Unida fueron unos cientos de votos más, exactamente 20.258. Sobraron, como quien dice, unos 458 votos nada más, algo que estaba en línea con lo que se ha ido comentando durante los días de campaña. De haberse dado mayor participación, el escaño hubiera resultado más caro, por encima de esos 19.800 votos, y de haberse dado menos pues esta cifra mínima también se habría reducido.
Huelva capital resultó ser para la coalición la llave maestra de este éxito volviendo a alcanzar el mayor número de apoyos, en cualquier de las distintas elecciones celebradas, desde el año 96. Los 6.118 votos de la ciudad onubense valen oro para Izquierda Unida porque, curiosamente, superan en 593 votos los logrados en las autonómicas del 2004 y también a los 4.477 de las pasadas municipales (donde dieron la sorpresa de la noche electoral al sumar dos concejales). ¿Qué hubiera pasado si en la capital los compañeros de Diego Valderas no consiguen superarse a ellos mismos y meterse con esos 593 votos más? Pues, probablemente, que Diego Valderas hubiera escrito estos días la misma historia triste del ‘Gaspi’ de Llamazares. Que hubiera sido un fracaso, tanto personal del viejo dirigente comunista bollullero como de sus compañeros onubenses que con tanta generosidad lo han querido arropar y apoyar.
Porque desde luego, como hacíamos referencia al principio del comentario, su ciudad natal de Bollullos par del Condado no ha estado por sacarle los ‘castañas del fuego’ a quien fuera su alcalde. Al revés, en las autonómicas del 2004 llegaron a unos meritorios 3.813 votos para bajar en esta convocatoria a los 2.729, que son prácticamente los mismos apoyos que ya se quedaron en las municipales del 2007, para ser exactos 2.795. Este montante de votos es ya el suelo electoral que le ha quedado en Bollullos par del Condado a la coalición frente a los 3.109 que ya consolidan los socialistas, quienes obstante por beneplácito de IU la alcaldía del pueblo en un gobierno en minoría, después de venir en el 2004 de 2.703 votos o en el año 2.000 de tan sólo 2.074. No hay duda, por tanto, que el entreguismo de Diego Valderas al PSOE en su propio pueblo, enfrentándose a las tesis contrarias de muchos de sus compañeros, que quieren volver a gobernar aunque sea con el apoyo de los populares, le ha podido costar otro serio disgusto. En Bollullos, los números lo dicen, el PSOE que almuerza a todo mantel con la Cooperativa que gobierna Pepe Lagares, crece y crece y la coalición apunta ya a un definido estancamiento. No sabe bien Diego Valderas el gran trabajo que le han hecho en la capital los compañeros que acompañan a Pedro Jiménez, ganando casa a casa en muchas barriadas, por allá, por Marismas del Odiel, Las Colonias o La Orden baja, esos 593 votos más que en el 2004 y 1.641 más que en las municipales del 2007. La importancia que, a veces, tienen esos puñados de votos que da un trabajo hecho con método, constancia y mucho, pero que mucho, olfato político. El de Pedro Jiménez.
jueves, 13 de marzo de 2008
miércoles, 12 de marzo de 2008
La fuerza del PSOE está en los pueblos
En política, siempre se ha dicho que quienes ganan unos municipales luego ganan las siguientes elecciones. A nivel nacional, el PP, efectivamente, ganó los comicios locales del 2007 y ahora no ha podido, todo referido a número totales de votos, superar al PSOE de Rodríguez Zapatero, respaldado por el voto más radical nacionalista y por la concentración en torno a él del voto útil de la coalición de Izquierda Unida. Aparte, aunque sea difícil de media, del efecto que en el electorado, en especial en el país vasco, pudiera tener el nuevo atentado terrorista a 40 horas de la cita con las urnas, en resumen: con el cuerpo presenta del exconcejal socialista asesinado por los etarras en Mondragón.
De todas formas, la fuerza que cada partido obtiene en unas municipales repercute una barbaridad en los posteriores procesos electorales a celebrar, y más a medida que el núcleo de población es más pequeño. En la provincia de Huelva, los socialistas volvieron en el 2007 a recuperar mucho poder municipal y éste, sin lugar a dudas, le ha servido para aguantar con cierta firmeza los resultados en las autonómicas, que es donde se jugaban los escaños. Una diferencia entre los dos grandes partidos por debajo de las 20.000 votos hubiera supuesto un reparto igualitario de parlamentarios al final del recuento, pero se quedaron a una diferencia de 44.550 papeletas otra vez. Que no son las 66.173 del año 2004, donde el PSOE logró record histórico de apoyos con 145.170 votos y el PP retrocedió casi a tiempos ya ni recordados con tan sólo 78.997 votantes.
La diferencia que aún resta entre las dos grandes fuerzas de esta provincia, PP y PSOE, visto el recuento final se concentra en los pueblos, ya que en la capital uno y otro se han quedado a tan sólo 882 votos. Los votos que marcan lo que son socialistas y populares están en los pueblos, donde el margen entre ambos se van a los 43.728 papeletas. Una barbaridad. Aquí está el trabajo de los sesenta alcaldes socialistas que hay ahora mismo en esta provincia, porque los del PP aguantaron como pudieron sus resultados, unos muy bien como Lepe y La Palma (aquí sigue subiendo incluso) y otros, como Moguer, Palos, Santa Olalla o El Cerro pues un poco peor.
Ya habíamos escrito en el ‘Diario de campaña’ que la cúpula socialista estaba desarrollando en esta ocasión la tarea más cómoda de los últimos años y eso era, ni más ni menos, porque el peso del trabajo de estas elecciones lo habían dejado en manos de sus alcaldes. Quitando los exabruptos de Mario Jiménez en el mitin de cierre de campaña en el pabellón Las Américas, que no gustó ni a los suyos, no recordábamos una campaña tan respetuosa como ésta entre todos los candidatos.
Los populares, a tenor de estos resultados, ya saben que su gran momento en esta provincia volverá a ser en las municipales del 2011. Y tiene que prepararse para ellos si quieren acortar de verdad las distancias. Hay pueblos importantes donde siguen esperando a unos buenos candidatos. Baste repasar el histórico de un municipio como Isla Cristina, de los primeros en cuanto a número de habitantes en el conjunto provincial, que mantiene al PP unos respaldos, elección tras elección, asombrosos en la convocatoria de las legislativas y autonómicas (3.639 votos en las generales de este 9-M; 2.780 en el 2004; y 2.688 en el 2000) y luego se quedan en nada cuando llegan las municipales (781 votos tan sólo en las del 2007 y 514 en las del 2004). Que buenos ‘vasallos’ tendrían en el PP provincial onubense si tuvieran, o encontraran, un buen ‘señor’, unos buenos candidatos que presentan en las elecciones locales. Como éste podríamos poner muchos más casos, de localidades donde los populares logran unos buenos resultados, es decir que tienen un electorado fiel que le apoya en cada consulta general o autonómica, y que luego no lo hace en las municipales. Eso es un trabajo de organización de partido, con medios humanos, económicos y formativos; sin duda la gran asignatura del PP y donde radica, por el contrario, la clave de las victorias socialistas año tras año y así desde el 1982 en esta provincia.
De todas formas, la fuerza que cada partido obtiene en unas municipales repercute una barbaridad en los posteriores procesos electorales a celebrar, y más a medida que el núcleo de población es más pequeño. En la provincia de Huelva, los socialistas volvieron en el 2007 a recuperar mucho poder municipal y éste, sin lugar a dudas, le ha servido para aguantar con cierta firmeza los resultados en las autonómicas, que es donde se jugaban los escaños. Una diferencia entre los dos grandes partidos por debajo de las 20.000 votos hubiera supuesto un reparto igualitario de parlamentarios al final del recuento, pero se quedaron a una diferencia de 44.550 papeletas otra vez. Que no son las 66.173 del año 2004, donde el PSOE logró record histórico de apoyos con 145.170 votos y el PP retrocedió casi a tiempos ya ni recordados con tan sólo 78.997 votantes.
La diferencia que aún resta entre las dos grandes fuerzas de esta provincia, PP y PSOE, visto el recuento final se concentra en los pueblos, ya que en la capital uno y otro se han quedado a tan sólo 882 votos. Los votos que marcan lo que son socialistas y populares están en los pueblos, donde el margen entre ambos se van a los 43.728 papeletas. Una barbaridad. Aquí está el trabajo de los sesenta alcaldes socialistas que hay ahora mismo en esta provincia, porque los del PP aguantaron como pudieron sus resultados, unos muy bien como Lepe y La Palma (aquí sigue subiendo incluso) y otros, como Moguer, Palos, Santa Olalla o El Cerro pues un poco peor.
Ya habíamos escrito en el ‘Diario de campaña’ que la cúpula socialista estaba desarrollando en esta ocasión la tarea más cómoda de los últimos años y eso era, ni más ni menos, porque el peso del trabajo de estas elecciones lo habían dejado en manos de sus alcaldes. Quitando los exabruptos de Mario Jiménez en el mitin de cierre de campaña en el pabellón Las Américas, que no gustó ni a los suyos, no recordábamos una campaña tan respetuosa como ésta entre todos los candidatos.
Los populares, a tenor de estos resultados, ya saben que su gran momento en esta provincia volverá a ser en las municipales del 2011. Y tiene que prepararse para ellos si quieren acortar de verdad las distancias. Hay pueblos importantes donde siguen esperando a unos buenos candidatos. Baste repasar el histórico de un municipio como Isla Cristina, de los primeros en cuanto a número de habitantes en el conjunto provincial, que mantiene al PP unos respaldos, elección tras elección, asombrosos en la convocatoria de las legislativas y autonómicas (3.639 votos en las generales de este 9-M; 2.780 en el 2004; y 2.688 en el 2000) y luego se quedan en nada cuando llegan las municipales (781 votos tan sólo en las del 2007 y 514 en las del 2004). Que buenos ‘vasallos’ tendrían en el PP provincial onubense si tuvieran, o encontraran, un buen ‘señor’, unos buenos candidatos que presentan en las elecciones locales. Como éste podríamos poner muchos más casos, de localidades donde los populares logran unos buenos resultados, es decir que tienen un electorado fiel que le apoya en cada consulta general o autonómica, y que luego no lo hace en las municipales. Eso es un trabajo de organización de partido, con medios humanos, económicos y formativos; sin duda la gran asignatura del PP y donde radica, por el contrario, la clave de las victorias socialistas año tras año y así desde el 1982 en esta provincia.
martes, 11 de marzo de 2008
El PP recibe el voto perdido andalucista
Aunque más que los resultados electorales, que han estado en línea con lo esperado, lo que más escuece a muchos después de esta jornada dominical han sido los siete goles incomprensiblemente encajados de manera infantil por el Recreativo de Huelva en Mallorca. Un día malo lo puede tener cualquiera y si queremos mirar hacia delante lo mejor es pasar página y dejarlo, en eso, en un mal día. No podrán decir lo mismo de cara a su futuro inmediato los militantes y dirigentes de la nueva Coalición Andalucista. Hundirse en unas elecciones autonómicas es finiquitar las pocas esperanzas de renacimiento que ya quedaban en esta formación política, víctima de sus propios errores y de las malas decisiones adoptadas en un Congreso cuando mejor implantación tenían en toda Andalucía nivel de alcaldes y concejales.
Una de las preguntas que nos hacíamos en los comentarios que he ido escribiendo en el ‘Diario de Campaña’, publicados en estas mismas páginas, no era otra que despegar la incógnita de hacía dónde viajarían los votos del Partido Andalucista en la provincia de Huelva. Los resultados finales de estas elecciones no dejan ninguna duda: los votantes andalucistas se han decantado de una manera mayoritaria por el PP y, tal vez, si hubieran ido en coalición ambos partidos en Andalucía, hoy en Huelva estaríamos hablando de cinco parlamentarios para los populares y, con toda probabilidad en Andalucía, de la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE. En el conjunto de la región los más de cien mil votos que aún han sumado los andalucistas no han servido para ni un sólo escaño y lo mismo ocurre con los 7.091 que todavía le han acompañado en este último y penoso calvario del 9-M.
Pero vayamos a ver estos resultados globales para que confirmemos lo que decimos. Los socialistas han bajado en ambas convocatorias en la provincia de Huelva en cuanto a número de votos, en comparación con las del 2004 Un total de 5869 votos en legislativas y de 6.431 votos en autonómicas. Izquierda Unida se mantiene casi con los mismos apoyos, 15.097 frente a 13.169 en las generales y 20.103 por los ‘milagrosos’ 20.258 de estas andaluzas. La única fuerza que sube es el PP y la única candidatura que baja de manera ostensible es la de los andalucistas. El PP, en generales, sube 9.575 votos y el PA baja 10.439. En las autonómicas los populares vuelven a subir en 15.192 votos ahora y los andalucistas bajan en 14.919 votantes. Este importante apoyo que les llega de las orillas de lo que fue el PA en Huelva hace que, por primera vez, el PP logra en la provincia un resultado total mejor en las elecciones autonómicas que en las generales, algo que anterioridad siempre ha sido lo contrario y que también ha quedado comentado en las columnas del ‘Diario de campaña’.
La capital ha sido decisiva en esta remontada de los populares entre una y otra urna ya que las diferencias que el PSOE logra, con respecto al PP, en la votación para elegir el Congreso de los Diputados, donde se queda en 37.930 de los 41.800 alcanzados en el 2004 pero por encima de los 30.999 de los populares, luego en las andaluzas las diferencias ente ambas formaciones se achican a tan sólo 822 votos, superando Pedro Rodríguez los apoyos logrados en las pasadas elecciones municipales ya que ahora ha sumado32.542 votos y hace un año se quedó en 31.056 mientras que los socialistas vienen de tener en aquellas mismas fechas tan sólo 22.424 votos para colocarse con 33.364 votos de ahora. Desde luego las diferencias de nuevo en Huelva capital se han reducido en unos comicios autonómicos y legislativos entre el PP y el PSOE y nada tienen que ver con los escandalosos datos del 2004, también es cierto que en unas circunstancias excepcionales por el atentado del 11-M. Son las primeras conclusiones de las varias que iremos ofreciendo estos días hasta poder interpretar con cierta exactitud lo que electorado ha hablado en este pasado domingo y que ha coincidido, en gran medida, con lo que veníamos anunciando.
Una de las preguntas que nos hacíamos en los comentarios que he ido escribiendo en el ‘Diario de Campaña’, publicados en estas mismas páginas, no era otra que despegar la incógnita de hacía dónde viajarían los votos del Partido Andalucista en la provincia de Huelva. Los resultados finales de estas elecciones no dejan ninguna duda: los votantes andalucistas se han decantado de una manera mayoritaria por el PP y, tal vez, si hubieran ido en coalición ambos partidos en Andalucía, hoy en Huelva estaríamos hablando de cinco parlamentarios para los populares y, con toda probabilidad en Andalucía, de la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE. En el conjunto de la región los más de cien mil votos que aún han sumado los andalucistas no han servido para ni un sólo escaño y lo mismo ocurre con los 7.091 que todavía le han acompañado en este último y penoso calvario del 9-M.
Pero vayamos a ver estos resultados globales para que confirmemos lo que decimos. Los socialistas han bajado en ambas convocatorias en la provincia de Huelva en cuanto a número de votos, en comparación con las del 2004 Un total de 5869 votos en legislativas y de 6.431 votos en autonómicas. Izquierda Unida se mantiene casi con los mismos apoyos, 15.097 frente a 13.169 en las generales y 20.103 por los ‘milagrosos’ 20.258 de estas andaluzas. La única fuerza que sube es el PP y la única candidatura que baja de manera ostensible es la de los andalucistas. El PP, en generales, sube 9.575 votos y el PA baja 10.439. En las autonómicas los populares vuelven a subir en 15.192 votos ahora y los andalucistas bajan en 14.919 votantes. Este importante apoyo que les llega de las orillas de lo que fue el PA en Huelva hace que, por primera vez, el PP logra en la provincia un resultado total mejor en las elecciones autonómicas que en las generales, algo que anterioridad siempre ha sido lo contrario y que también ha quedado comentado en las columnas del ‘Diario de campaña’.
La capital ha sido decisiva en esta remontada de los populares entre una y otra urna ya que las diferencias que el PSOE logra, con respecto al PP, en la votación para elegir el Congreso de los Diputados, donde se queda en 37.930 de los 41.800 alcanzados en el 2004 pero por encima de los 30.999 de los populares, luego en las andaluzas las diferencias ente ambas formaciones se achican a tan sólo 822 votos, superando Pedro Rodríguez los apoyos logrados en las pasadas elecciones municipales ya que ahora ha sumado32.542 votos y hace un año se quedó en 31.056 mientras que los socialistas vienen de tener en aquellas mismas fechas tan sólo 22.424 votos para colocarse con 33.364 votos de ahora. Desde luego las diferencias de nuevo en Huelva capital se han reducido en unos comicios autonómicos y legislativos entre el PP y el PSOE y nada tienen que ver con los escandalosos datos del 2004, también es cierto que en unas circunstancias excepcionales por el atentado del 11-M. Son las primeras conclusiones de las varias que iremos ofreciendo estos días hasta poder interpretar con cierta exactitud lo que electorado ha hablado en este pasado domingo y que ha coincidido, en gran medida, con lo que veníamos anunciando.
domingo, 9 de marzo de 2008
Unas elecciones abiertas e imprevisibles
Llegamos con este ‘Diario de Campaña’ al acto final, al desenlace y al cierre con sus conclusiones. En el día de hoy, hasta las ocho de la tarde, los protagonistas son sólo, y en exclusiva, los ciudadanos llamados a las urnas en esta doble convocatoria electoral. A partir de ese momento, a medida que se vayan conociendo resultados y reparto de escaños, entraremos otros a analizar, interpretar y valorar los datos. Nos va a costar mucho trabajo, como ya ocurriera hace cuatro años, conocer a ciencia cierta el efecto que el nuevo asesinato terrorista, a menos de 24 horas de abrirse los colegios electorales en toda España, haya podido tener en la decisión individual de cada ciudadano. Ahora, una cosa ha quedado patente y ante todo el electorado, tanto en los debates cara de Rajo y Zapatero, como ya antes durante los cuatro años de legislatura, que existen dos formas distintas de abordar esta grave y endémica amenaza, como distintas son las propuestas de todos los partidos en la forma de afrontar la situación económica de España y, en el caso de Andalucía y de Huelva, resolver las carencias y necesidades que arrastramos después de los 26 años de gobierno de una única sigla política.
Sobre el mediodía y luego a las seis de la tarde conoceremos los primeros datos de participación, en comparación con la consulta del 2004. Les recuerdo que aunque la presencia a las urnas fue muy alta en esta convocatoria anterior, superiores fueron todavía las del año 93 y las del año 96. La única diferencia con aquellas fechas es que ahora esta mucho más acentuado el bipartidismo porque la coalición de Llamazares no tiene nada que ver con la que impulso con honestidad y personalidad propia Julio Alguita. Todo indica que este atentado provocará una alta participación y, a la vez, la consolidación de un sistema bipartidista, dos grandes partidos, en detrimento de los partidos nacionalistas y en especial de la coalición de IU. La sorpresa puede ser la formación que lidera la dirigente socialista, Rosa Díez, hasta hace unos días era europarlamentaria por el PSOE, ya que moviéndose en posiciones progresistas y de izquierda discrepa abiertamente de lo hecho por Rodríguez Zapatero. En Huelva ha logrado también presentar candidatura y en ella figuran, aparte de personas que nunca han militado en partidos políticos, antiguos dirigentes del PSOE de Huelva. Vamos poder medir, en el espacio onubense, hasta qué grado de descontento se haya podido dar entre los votantes tradicionales del PSOE con las decisiones de negociación con ETA de Rodríguez Zapatero, y si este votante apoya o no el nacimiento de una opción de izquierda diferenciada.
Como le hemos venido diciendo estos días, a nivel de Congreso de los Diputados en la provincia de Huelva existen pocas posibilidades de que se mueva el ya clásico reparto de escaños: tres para el PSOE y dos para el PP. En el Senado pasará tres cuarto de lo mismo, tres para el PSOE y uno para el PP, quien sea ese senador popular es lo que sabremos ya a altas horas de madrugada puesto que estas urnas son las últimas en escrutarse.
Será en el reparto de los parlamentarios andaluces donde tendremos que estar atento, y puede que hasta los minutos finales del recuento de los votos. Ya sabemos por experiencia que cuando la suministración de estos datos está en manos de los gobernantes socialistas, su proceder es ir dando entrada en los ordenadores a los resultados que llegan de los colegios electorales donde la estadística histórica le ha dado siempre vencedores. De modo que todos tranquilos hasta que el escrutinio no entre por lo menos hasta el 90% del censo electoral. Un escaño estará jugándose hasta el final entre el mismo PSOE, PP y la coalición de Izquierda Unida. Creo que más entre los dos primeros porque la alta participación eleva el número de votos necesarios para que Diego Valderas pueda salir pero, en fin, como ya Pedro Jiménez y su gente me sorprendieron en las municipales, pues, de principio, les tengo que incluir en la pugna. Un escaño más o menos en Huelva a favor del PSOE puede ser decisivo en el conjunto de Andalucía, salvo que Rodríguez Zapatero vuelva a sorprender, como con el atentado de hace cuatro años, y nos ponga por delante a esa España que cada día menos reconocemos. Y más después de las cosas que han pasado.
Sobre el mediodía y luego a las seis de la tarde conoceremos los primeros datos de participación, en comparación con la consulta del 2004. Les recuerdo que aunque la presencia a las urnas fue muy alta en esta convocatoria anterior, superiores fueron todavía las del año 93 y las del año 96. La única diferencia con aquellas fechas es que ahora esta mucho más acentuado el bipartidismo porque la coalición de Llamazares no tiene nada que ver con la que impulso con honestidad y personalidad propia Julio Alguita. Todo indica que este atentado provocará una alta participación y, a la vez, la consolidación de un sistema bipartidista, dos grandes partidos, en detrimento de los partidos nacionalistas y en especial de la coalición de IU. La sorpresa puede ser la formación que lidera la dirigente socialista, Rosa Díez, hasta hace unos días era europarlamentaria por el PSOE, ya que moviéndose en posiciones progresistas y de izquierda discrepa abiertamente de lo hecho por Rodríguez Zapatero. En Huelva ha logrado también presentar candidatura y en ella figuran, aparte de personas que nunca han militado en partidos políticos, antiguos dirigentes del PSOE de Huelva. Vamos poder medir, en el espacio onubense, hasta qué grado de descontento se haya podido dar entre los votantes tradicionales del PSOE con las decisiones de negociación con ETA de Rodríguez Zapatero, y si este votante apoya o no el nacimiento de una opción de izquierda diferenciada.
Como le hemos venido diciendo estos días, a nivel de Congreso de los Diputados en la provincia de Huelva existen pocas posibilidades de que se mueva el ya clásico reparto de escaños: tres para el PSOE y dos para el PP. En el Senado pasará tres cuarto de lo mismo, tres para el PSOE y uno para el PP, quien sea ese senador popular es lo que sabremos ya a altas horas de madrugada puesto que estas urnas son las últimas en escrutarse.
Será en el reparto de los parlamentarios andaluces donde tendremos que estar atento, y puede que hasta los minutos finales del recuento de los votos. Ya sabemos por experiencia que cuando la suministración de estos datos está en manos de los gobernantes socialistas, su proceder es ir dando entrada en los ordenadores a los resultados que llegan de los colegios electorales donde la estadística histórica le ha dado siempre vencedores. De modo que todos tranquilos hasta que el escrutinio no entre por lo menos hasta el 90% del censo electoral. Un escaño estará jugándose hasta el final entre el mismo PSOE, PP y la coalición de Izquierda Unida. Creo que más entre los dos primeros porque la alta participación eleva el número de votos necesarios para que Diego Valderas pueda salir pero, en fin, como ya Pedro Jiménez y su gente me sorprendieron en las municipales, pues, de principio, les tengo que incluir en la pugna. Un escaño más o menos en Huelva a favor del PSOE puede ser decisivo en el conjunto de Andalucía, salvo que Rodríguez Zapatero vuelva a sorprender, como con el atentado de hace cuatro años, y nos ponga por delante a esa España que cada día menos reconocemos. Y más después de las cosas que han pasado.
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