sábado, 8 de marzo de 2008

Jornada ‘marcada’ de reflexión electoral

La historia se repite nuevamente. Y para colmo, en nuestra Huelva, la aparición del cadáver de una inocente niña ya ha terminado por dejar ‘marcado’, triste y luctuosamente esta jornada de reflexión. Cuesta mucho trabajo ponerse ante el ordenador en momentos de esta naturaleza para hacer un comentario enmarcado en exclusiva en la campaña que ayer se cerraba de golpe y por acuerdo de todos los partidos políticos a eso del mediodía. Desde luego, de no darse lo del asesinato etarra para terminar, ante su mujer y uno de sus hijos, con la vida de un trabajador, representante sindical y ex concejal del pueblo de Mondragón (donde gobiernan, por cierto, los que apoyan a los terroristas porque en la municipales así se le permitió y donde además, su alcaldesa, te lo dicen a la cara con absoluta naturalidad), en Huelva, con la muerte de Mari Luz, también se habrían suspendido todos los actos programados por los partidos.
Quedan pocas fuerzas para hablar de elecciones, de política y hasta de reflexionar desde la serenidad cuando ocurren estas cosas. Hace cuatro años, después del tremendo atentado de Madrid, en el jornada de reflexión, personalmente lo pase muy mal porque no entraba en mis cálculos y en mi educación democrática que se estuvieran infringiendo las propias normas electorales, pero también los más elementales principios de la democracia, con las manifestaciones convocadas –todas, por cierto, con los mismos carteles y con los mismos mensajes- en torno a las sedes del Partido Popular, que la gesta antidemocrática se estuviera retransmitiendo como un gran acontecimiento y que, para colmo, desde algunas emisoras de radio muy concretas sus tertulianos hicieran los análisis que hicieron. Fue una ‘violación’, pura y dura, de las reglas democráticas y una triste y lamentable vuelta a atrás. Todavía hoy, cuando esté reflexionando, lo volveré a evocar como uno de los episodios que quisiera borrar de mi memoria como demócrata porque no reconocía en aquellas escenas a la España que deseábamos y ansiamos tanto en la transición.
Confío en que hoy, donde también los terroristas vuelven a actuar para influir de una manera orquestada y premeditada en la voluntad de la soberanía popular, los ciudadanos todos, y de todas las tendencias, sepamos respetar a los contrarios y no volver a escenificar actitudes y talantes tan antidemocráticos y vergonzosos como los de hace cuatro años. La vida golpea cuando uno menos se lo espera con tragedias humanas, la de la familia de este concejal de Mondragón y la de nuestra familia onubense del Torrejón. Horrible convivir con quienes matan y juegan de esta manera con la vida de las personas y con la estabilidad emocional de sus familias. Duro celebrar hasta unas elecciones tan importantes para este país y esta provincia en este estado de mazazo colectivo. Para hacer una sociedad mejor en todas sus facetas necesitamos buenos servidores públicos, buenos representantes y buenos gobernantes. Y tenemos que seguir trabajando porque no nos venzan, ni quiebren nuestras voluntades, los que no quieren una sociedad mejor. Hoy es un día de reflexión y un día de luto, de luto doble. Mañana un día de esperanza en la búsqueda renovada de esa sociedad mejor haciendo valer nuestro voto y nuestros derechos democráticos. Me sentí menospreciado como ciudadanos el día de reflexión de hace cuatro años, con los montajes que se hicieron a prisa y corriendo, mediante mensajes a los móviles, para alterar muchas voluntades. Tengo la certeza de que ya todos hemos aprendido la lección y que esta vez, gane quien gane mañana, sabremos estar a la altura de la circunstancias. Pueden matar las personas malas pero no pueden doblegarnos a los que creemos en que también existen en este mundo muchas personas de paz.

viernes, 7 de marzo de 2008

Demasiada autocomplacencia en los socialistas

Esto se termina. Por la noche habrá concluido esta larga e interminable carrera electoral. Y me queda cerrar estos balances de campaña hoy con los socialistas, que para eso son la primera fuerza política de esta provincia. Les puedo asegurar que, en esta ocasión, me tienen totalmente desconcertado. Ni una palabra malsonante, ninguna trifurca con el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, y cabeza de lista del PP en las autonómicas, y desaparición de la escena de Mario Jiménez. ¿Crispación? ¿Campaña crispada? Pues yo no la veo en esta provincia por ningún lado, nunca ambas formaciones han estado tan decentes y educadas en sus comportamientos y argumentos como durante estos 15 días.
Ayer venía en coche escuchando la radio y empezó a sonar una curiosa cuña de campaña emitida en los tiempos electorales correspondientes al PSOE. Una voz serena me pedía que respirara profundo, tomara aire y lo soltara con mucha lentitud, suavemente, para a renglón seguido decirme que estaban buscando que me ‘relajara’ ante la crispación generada por el PP en esta campaña. Esa era el mensaje publicitario; novedoso por supuesto, inusual en anteriores comicios, que eran todos muy plomizos, pero en lo que respecta a Huelva absolutamente irreal. Yo no sé dónde esta esa crispación, ni esos enfrentamientos del PP con el PSOE. De modo que no acabo de entender muy bien el conjunto de la campaña socialista en estas elecciones.
No digo que esté ni bien ni mal, que para eso ellos tienen sus estrategas y pensadores, sólo puedo afirmar que el PSOE de estas últimas semanas no es el PSOE de hace un año cuando las elecciones municipales o, incluso, de años antes. Hay como mucha autocomplacencia por la aparente labor realizada desde el Gobierno de España y desde Andalucía y eso parece que es lo que ellos han querido vender en positivo, sumando, durante estos días y buscando mucho el cara a cara directo con los ciudadanos, lo que ellos llaman: casa por casa. El que te visite en Huelva capital unos parlamentarios socialistas pues a lo mejor te coge desprevenido, pero si quien le acompaña en muchos pueblos de la provincia es nada más y nada menos que el alcalde de tu pueblo, cuidado, eso ya es otro cantar. Y los socialistas tienen sesenta alcaldes haciendo por ellos esta tarea en los pueblos como consecuencia de la tremenda fuerza recuperada por el PSOE en las municipales del 2007. Creo que se han confiado mucho en esta labor y en no darle al PP esa categoría de alternativa real de gobierno en esta provincia, como si no existieran. Para ningunear, como es lógico, lo que coherente ni oportuno darle cancha, aunque sea con críticas, al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez. Diría que los socialistas han recetado al dirigente popular la misma medicina, en esta campaña, que el le dio a Manuela Parralo durante la campaña del 2007. No existe.
¿Puede afectar una campaña tan plana, tan en gobierno a la participación este domingo? No lo creo porque, por encima, de la campaña provincial que se haya diseñado, a la vez se ha dado durante estas últimas semanas la lluvia fina o intensa del puro debate autonómico o nacional con los primeros espadadas. Son las grandes marcas, PP y PSOE, las que tiran cada una de su electorado, sea quien sea el cabeza de lista de una u otra candidatura. Ni Javier Barrero y Cinta Castillo son los importantes, ni por supuesto Pedro Rodríguez y Fátima Báñez, Los que convocan con Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves o Rajoy y Arenas. Así podemos entender mejor esta campaña sin roces ni tensión en Huelva que hemos podido seguir y que hoy termina.
Además, los socialistas han llegado al final de la legislatura con muy pocas cosas, infraestructuras o inversiones, terminadas y por inaugurar. Ni un corte de cinta hemos visto. Manuel Chaves no sabe lo que es celebrar algo en esta provincia y llevamos ya mucho tiempo así. Todo son proyectos, maquetas y foto ‘in situ’ donde podría ir una inversión. Como, por ejemplo, los accesos desde la autovía de Ayamonte a Islantilla: pusieron varios carteles en el verano, los candidatos socialistas se tiraron una foto hace varias semanas, hubo durante unas jornadas un cierto movimiento del terreno con máquinas y ahora, en estos días, si usted pasa por la rotonda de entrada a Lepe desde la salida de la autovía con Villablanca podrá observar que allí no hay nadie trabajando y que hasta el cartel, con el viento, se ha caído. Para qué preocuparse mucho si, como parece, los socialistas, desde hace meses, tienen en Huelva hecha las cuentas y piensan que volverán a gozar de un nuevo paseo triunfal…y sin oposición que les vuelva a bajar los humos como ocurrió en el 2000 o en el 2003. Pues no han visto la cara de satisfacción y serenidad de Barrero en estos días.

jueves, 6 de marzo de 2008

Los populares dicen encontrar buen eco

A dos jornadas del cierre de esta campaña parece como si todo, o casi todo estuviera ya dicho después de los debates cara a cara celebrados. En el PP, partido que nos toca analizar hoy, sus dirigentes locales afirman que se han encontrado con mucha movilización de su electorado, con asistencia a los actos mucho más elevada que en anteriores campañas, incluso en pueblos donde era difícil celebrar reuniones con militancia o simpatizantes. Ellos mismos están sorprendidos de esta respuesta y eso les hace presagiar que en la provincia de Huelva el partido va a remontar posiciones y subir en cuantos al número de votos. Las encuestas y no yo, y lo quiero aclarar porque me lo han preguntado ya varios lectores, le dan que pueden superar el listón de los cien mil votos en estas elecciones. Han sido dos encuestas y en dos medios de comunicación distintos y las dos sitúan el porcentaje de votos del PP entorno al 39 o 40% y eso, claro está que dependiendo de la participación de ese día, pueden suponer esos 100.000 votos que yo mantenía en el comentario de hace unos días. Los sondeos últimos mantienen que los porcentajes de participación pueden llegar al 77% y por lo tanto, con ese 39-40% de porcentajes, los populares pueden perfectamente superar ese listón histórico nunca conocido de los cien mil votos.
La campaña que han mantenido en Huelva, tirando sólo el grupo formado alrededor de la figura de Pedro Rodríguez y de la que también se ha colgado Fátima Báñez, y eso que es la número uno por el Congreso de los Diputados, ha sido la misma de otras ocasiones y con algo inusual en un partido que es oposición: ningún sólo roce ni discusión con los contrarios, en este caso los socialistas como partido de Gobierno en España y en Andalucía. En el PSOE, seguro, lo achacarán a que con esto se buscaba que no existiera crispación y ello no favorezca mayores niveles de participación. Creo que esta campaña en paralelo, sin toques ni roces entre unos y otros, es más voluntad de Pedro Rodríguez y su forma de entender su posición como dirigente que estrategia estudiada en ninguna mesa camilla electoral. Los populares en Huelva improvisan mucho, unas veces le salen bien y otras dejan boquiabiertos a más de uno. Forma parte del modelo personalista del partido en esta provincia y eso si cambia, cambiará en razón a lo que ocurra este próximo domingo en España y en Andalucía.
Alguien ha lanzado bulos en el seno de los populares sobre actitudes extrañas en algunos municipios con gobierno del PP y hasta han apuntado nombres y localidades concretas. Que si en tal pueblo hay más banderolas del PSOE que nuestra y en los mejores sitios, que si no se ha repartido la propaganda… En fin, muchos bulos que forman parte de la manera de comportarse los contrarios y de las redes de captura sobre un alcalde descontento que dicen las malas lenguas que ya están echadas porque él mismo ya se había ofrecido nada más conocerse los resultados de las pasadas elecciones municipales. Lo cuento porque está en la calle, en los mentideros políticos y así aflora para que sepamos cuanto antes lo que hay de verdad en toda esta historieta que se han montado algunos.
En Huelva, además de la marca del PP en los carteles, han aparecido sus candidatos más importantes, lo cual es de agradecer. Y Arenas ha estado pendiente de los temas más importantes y se ha mojado en algunas cuestiones espinosas (innecesarias también) como, por ejemplo, la segregación de Mazagón. Puede darle votos en Moguer, donde el PP piensa cerrar este año su campaña, pero puede quitarle votos en la localidad costera. Habrá que hacer comparaciones con anteriores resultados para comprobar si hubo o no metedura de pata. Nada se juegan los populares en esta provincia de cara al Congreso de los Diputados, pero sí, y mucho, en los resultados del Parlamento andaluz. No es lo mismo 3 que cuatro y no digamos si fueran cinco los escaños. Lo primero sería un rotundo fracaso; lo segundo, lo esperado; y lo tercero, que algo en España y en Andalucía puede cambiar.

miércoles, 5 de marzo de 2008

PA e IU en su línea y UPyD a la espera

Quedan tres días tan sólo de campaña y podemos ir ya haciendo balance de lo que en Huelva han dado de sí cada formación política. Empezando por las fuerzas minoritarias, que hasta ahora eran los andalucistas e Izquierda Unida y a las que se ha unido en esta ocasión, y esperemos que por mucho mas tiempo, el nuevo partido de la dirigente socialista Rosa Diez, UPyD.
Los andalucistas, unidos todos por fin y en buena armonía, de momento, en torno a las nuevas siglas de Coalición Andalucista viene de gozar durante los últimos cuatro años de un escaño por Huelva en el Parlamento andaluz, si bien es cierto que su representante, Miguel Romero, no sabemos ya muy bien por donde anda con sus nuevos negocios empresariales, si por Granada, si por Bilbao o en la misma Cartaya, su lugar de residencia familiar. Lo marginaron, lo aburrieron y el hombre optó durante esta etapa que tenía un final, y ese final ha llegado, por irse montando su futuro profesional. Ni en campaña ha asomado la cabeza para darle ánimos a los que fueron sus compañeros, tampoco ha aparecido Manuel Capelo (¿se acuerdan ustedes de él, que figuraba en la Ejecutiva de Julián Alvarez?) y no digamos el diputado provincial, señor Zamudio. Demasiado han hecho los restos de esta fuerza política en Huelva con mantener abierto la casa andalucista y mantener la presencia mediática con cierta dignidad y mucho voluntarismo. Tenemos que esperar a la noche del 9 de marzo a lo que ocurra en el resto de provincias andaluzas por si se obra el ‘milagro’ de hace doce años, cuando Manuel Chaves recurrió a ellos para formar Gobierno antes que dejarse atrapar por las exigencias de Izquierda Unida.
La coalición de Diego Valderas, y lo vengo manifestando en todos los comentarios, se juega mucho en Huelva y no digamos el propio dirigente bollullero. Aunque parece como si le importara mucho porque ha preferido seguir jugando a cabecera de la formación en Andalucía, como presumible candidato a la Presidencia de la Junta antes que fajarse con el voto a voto en la provincia que le puede dar el escaño. No entendemos muy bien la estrategia de Diego, al que desde luego sus compañeros pedirán responsabilidades la noche del próximo domingo si la cosa sale mal. Los debates cara a cara, en Madrid y en Andalucía, parece que acentúan el bipartidismo y eso no favorece en nada a Izquierda Unida y menos cuando su único discurso a través de Llamazares ha sido reclamarle a los socialistas un ministerio en el caso de que los vayan a necesitar para gobernar España. En Andalucía, Diego Valderas no ha terminado de perfilar su discurso porque no sabe si quiere ser amigo o enemigo de los socialistas y así es muy difícil diferenciarse. Para colmo, vaya cómo se ha trabajado la gente del PSOE el voto de Bollullos par del Condado, con comilonas hasta en la Cooperativa de su amigo Lagares al consejero Pérez Saldaña en devolución de los favores que se reciben. La foto por la mañana, también en la cooperativa, con Diego Valderas era todo el consuelo a tanto entreguismo oficialista pro PSOE. Manda el dinero, y manda hasta en los llamados ‘comunistas’.
La gente nueva de Unión, Progreso y Democracia, el partido de la socialista Rosa Díez, se estrena en estas elecciones. Su único objetivo es que la ex dirigente socialista, oponente al mismo Rodríguez Zapatero hace siete años para dirigir este partido, logre el escaño por Madrid que muchas encuestas le otorgan y luego reclutar el número total de votos logrados en toda España para ver su posicionamiento de arranque. En Huelva no pretenden nada más, tal vez valorar en Lepe, Paterna o Almonte los apoyos que tienen sus principales dirigentes que dejaron las filas del PSOE de cara a las municipales de dentro de tres años. Pero poco más. Sólo en el caso de una caída en picado de los andalucistas y que UPyD se convierta en la cuarta en cuanto al número de voto obtenidos en la provincia estaríamos ante un ‘sorpresón’ porque no sería lógico arrancar desbordando a los andalucistas. Y también, por pura lógica, estaremos atentos a los votos que puedan restar al PSOE y si éstos daban o no para un escaño más en Andalucía.

martes, 4 de marzo de 2008

Todo apunta a una alta participación

España es un país que tiene como centro familiar un televisor. No es nada extraño, por tanto, que al entrar en escena los debates televisados la campaña haya entrado en unos derroteros muy parecidos a los del año 93 y 96, en los que se disputaron dos pulsos intensos entre populares y socialistas, que terminaron decantándose tanto para uno como por otro en cada una de las contiendas. Y en las dos se dieron niveles altos de participación, como ahora apuntan todas las encuestas que ayer se hicieron públicas. Desde luego, dos únicas frases han terminado prevaleciendo en los mensajes del PSOE en esta campaña, y eso que se vendió a su inicio que estaba basada toda la publicidad electoral sobre 13 mensajes diferentes: Los socialistas en estos días sólo insisten en dos ideas básicas: ‘No somos lo mismo’ y ‘Vota con todas fuerzas’. Creo que queda al descubierto, al final, la estrategia central de este partido en el conjunto del Estado, tapando su rojo fuerte hasta las vallas verdes de un Manuel Chaves rodeado de personas de distintas edades.
En el PP el eje central de su campaña ha estado claro en todo momento, es una llamada a la cabeza antes que los ideales y hasta los sentimientos. Falta conocer las cifras del paro de febrero, que deberían haberse hecho públicas ayer mismo, para que podamos comprobar la solidez real de sus mensajes sobre la situación de la economía real. Hay mucha clase media en España, situada en la banda del centro izquierda y centro derecha y que cambia sus votos en las distintas elecciones, dependiendo de la fuerza de la ola global del país en ese momento, que puede ser receptiva a estos razonamientos.
No hay duda del tremendo efecto que terminarán teniendo los debates cara a cara celebrados en esta campaña. Si esto fuera la tónica habitual y la televisión entrara como un medio más sin tantas cortapisas por parte de las propias fuerzas políticas, la democracia española ganaría en dinamismo y sus propios líderes o candidatos en naturalidad y legitimidad porque pasar el corte de la ‘verdad’ ante las cámaras es de los filtros más efectivos dada la capacidad de la televisión para desnudar a cada personaje.
En Andalucía, después también de muchos años sin un cara a cara, Manuel Chaves y Javier Arenas volvieron a retroceder al año 94 este pasado lunes, salvo que los dos con muchos más años y más experiencia. Creo que fue un buen debate porque permitió bajar a demandas sociales concretas, entre ellas algunas de Huelva que estuvieron ante las cámaras por deseo del líder popular. Es algo de agradecer y evidencia que los políticos cuando se bajan del coche oficial, patean y hablan con la gente se terminan conociendo los problemas verdaderos del día a día. A Manuel Chaves se le notó mucho que lleva años metido entre las cuatro paredes de su despacho palaciego y hablaba demasiado de oídas, de los papeles que le habían hecho llegar desde cada consejería. Tuve la sensación de que ni el mismo se ha dado cuenta, después de estos últimos cuatro años, que se le han pasado sin hacer ninguna inauguración importante a cargo de la Junta de Andalucía en la provincia de Huelva. La labor de quien quiere ser alternativa, aunque terminen acusándote de pesado, es recordarlo todo los días y muchas veces, algo que en el PP cuesta trabajo porque sus representantes parlamentarios, una vez que salen elegidos, se relajan hasta unos límites insospechados.
Los debates, como han apuntando las encuestas que apuraron hasta el final, van a favorecer la participación y puede que la misma supere, incluso, a la del año 2004. En esa ocasión hubo mucho voto contra quien no se quería que gobernara, ahora lo que se decide, y muchas familias lo saben, es quien podrá gobernar mejor para sacar al país de la tormenta económica en la que ya hemos entrado. Me parece que este será un voto mucho más reflexivo, fruto de hasta un pequeño debate en el seno de cada familia y que por mucho que las encuestas den claro al mismo ganador habrá que esperar hasta el mismo domingo 9 de marzo para que podamos todos tenerlo tan claro como los que analizan este tipo de sondeos electorales. En Huelva, por ejemplo, aunque dan ganador por supuesto a los socialistas, vaticinan para los populares que superarán por primera vez los cien mil votos de apoyo en unas elecciones. Y eso ya no es muy normal.

lunes, 3 de marzo de 2008

Las encuestas no se aclaran en las autonómicas

Aunque las encuestas publicadas se aclaran poco con respecto a qué candidatura se llevará el último escaño de las autonómicas en Huelva, dos datos sí se han mantenido como una constante en las últimas semanas, a falta, por supuesto, de los sondeos que hoy mismo se den a conocer. Por un lado que los socialistas se alzan con la victoria a nivel nacional y, por otro, que Chaves no pierde la mayoría absoluta en Andalucía. Ninguna encuesta otorga al PP la victoria ni tampoco un descenso muy significativo de los socialistas en Andalucía como para verse obligado a tener que buscar de nuevo socios de gobierno. La sorpresa de la noche del 9 de marzo, como es lógico, sería que ocurriera todo lo contrario, que el PP de Rajoy logre una victoria sobre Rodríguez Zapatero y que Manuel Chaves no consiga los escaños necesarios para gobernar en solitario.
También parece haber cierta unanimidad en los sondeos en cuanto a la participación, que se mueve en una horquilla del 72% al 75% como más probable. Si bien no debemos olvidar que tanto en el año 93, cuando el primer debate cara a cara entre Aznar y González, y en el 96 la participación se acercó hasta el 77% de media. En la primera ocasión, ganó el PSOE y en la segunda se llevó la victoria, contra lo esperado, José María Aznar.
Quedan cinco días de campaña tan sólo y en Huelva las caras de unos y otros no presumen muchas sorpresas. Los socialistas andan muy tranquilos, haciendo trabajar a sus sesenta alcaldes y correspondientes grupos municipales locales, y en el PP se mantiene el optimismo en el entorno de Pedro Rodríguez, que trasmite ante sus más allegados tres datos muy concretos: que Rajoy gana en España; que Chaves pierde la mayoría y que en Huelva el último parlamentario cae del lado de los populares en un resultado parejo al año 2000, o lo que es lo mismo: seis escaños para el PSOE y cinco para el PP.
Personalmente me gusta, más que analizar las encuestas y los resultados que de las mismas se quieran hacer públicos, buscar en los comportamientos electorales de anteriores comicios esos pronósticos que a todos nos gusta fabricar. Si echamos manos de las estadísticas de las cuatro últimas elecciones, tanto legislativas como autonómicas, celebradas desde el año 93 las medias que salen de cada partido no pueden ser más elocuentes. Igual que en comicios municipales, y a más pequeño el territorio, los candidatos pueden llevarse por delante todas las cifras de años anteriores, en consultas de carácter nacional y autonómico los votos escrutados de cada partido se mueven en unos arcos bastante lógicos. De esta forma, la media de los socialistas en nacionales ha sido de 136.455 votos y en autonómicas de 121.108; los populares tienen un recuento medio de 86.266 votos en nacionales y 82.356 en autonómicas. Quien mejor parada sale, porque tuvieron unos excelentes resultados hasta el 96, es la coalición de Izquierda Unida al hacer este recuento de cuatro comicios juntos, alcanzando en nacionales los 25.266 votos y en autonómicas 20.066. Y los andalucistas se mantienen en medias de 10.180 votos en legislativas y 15.802 en andaluzas.
De todas formas, y para que nos demos cuenta del nivel de fidelidad del votantes, el PSOE es el partido que menos fijado tiene a su electorado, ya que se ha movido entre un peor resultado con tan sólo de 93.559 votos y su mejor registro, en el 2004, de 154.579. En los populares esta horquilla es mucho más corta, de los 72.640 votos como menor suma de apoyos a los 98.371 del año 2000 y con Aznar alcanzando en España su mayoría absoluta. Hay, por tanto, mucho votante que se le mueve al PSOE en la provincia de Huelva y eso depende tanto de la capacidad del contrario para restarle apoyos como por la participación que se dé en cada consulta. Cuando un escaño se disputará por un puñado de votos, y ese puede ser la llave hasta de una mayoría absoluta o no en Andalucía, cinco días de trabajo pueden dar todavía mucho de si. Y entre medio dos debates cara a cara entre los candidatos del PP y PSOE en Andalucía y en España. Hay partido todavía.

domingo, 2 de marzo de 2008

Qué hará el voto andalucista este 9-M

Es una de las grandes incógnitas de las elecciones andaluzas: qué piensa hacer el tradicional votante andalucista, que en esta ocasión, y por fuerza mayor y de necesidad extrema, ha hecho que se aglutinen en torno a unas mismas siglas, Coalición Andalucista, todo los restos dispersos del PA, PSA y algunos grupúsculos del Foro Andaluz impulsado por el inquieto Manuel Pimentel, además de hacer desaparecer de la escena electoral en la autonomía a las figuras carnívoras, políticamente hablando, de Alejandro Rojas Marcos o de Pedro Pacheco. En Huelva, los andalucistas lograron en el 2004, pese a la tempestad socialista que arrasó, unos resultados históricos de 22.010 votos después de haber cosechado un año antes, en las municipales del 2003, el listón de los 32.926 votantes. Nunca antes se habían logrado estas estadísticas y los andalucistas gozaron de un importante poder municipal en la provincia de Huelva que perdieron casi en su totalidad, y hasta en el feudo emblemático de Isla Cristina, en las pasadas elecciones del año 2007.
Las encuestas que se van conociendo van dando que, en el conjunto de Andalucía, la Coalición Andalucista pierde notables apoyos y se mueve en una horquilla de escaños que van de 1 a 3, si bien es verdad que la conjunción de votantes provenientes de las tres fuerzas que se han agrupado en esta convocatoria no está todavía medido por ninguna consulta. Para sorpresa de muchos, uno o tres parlamentarios, si los socialistas de Manuel Chaves perdieran la mayoría absoluta, pueden ser la llave de otro gobierno de coalición y la palanca de nuevo para los andalucistas, desde el manejo de una nueva consejería, de recuperación de las posiciones de las que venían hace cuatro años. La vida, dicen, da muchas vueltas. Y los andalucistas han hecho ya distintas travesías del desierto, siempre, lamentablemente, fruto de sus propios errores y de sus propias torpezas, también hay que decirlo, porque resulta difícil de entender que cuando estaban en sus mejores momentos en toda Andalucía optaran en una noche loca malagueña por guillotinar a todo el aparato orgánico que Antonio Ortega, con mucho esfuerzo y tiento, se habían encargado de ir montando desde la plataforma de la Consejería de Turismo y Deportes y que en Huelva, con ese escurridizo y trota caminos de Miguel Romero, sorprendió a todos como partido con los fichajes del 2003, hoy casi todos ellos de vuelta a las filas socialistas.
De todas formas, si el votante andalucista decepcionado por tantas y tantas aventuras decidiera cambiar la incógnita que despegará estas elecciones del 9-M es la dirección que puede tomar ese voto. Normalmente y observando en las estadísticas históricas el comportamiento del simpatizante andalucista en generales y autonómicas, la conclusión es siempre la misma: el votante que le apoya en las andaluzas no mantiene nunca su fidelidad en las generales, es decir que cambia la papeleta y convierte su voto en un claro voto útil hacía una u otra fuerza, que desde luego nunca suele ser la Coalición de Izquierda Unida, porque normalmente le suele ocurrir lo mismo. El partido que siempre tiene resultados muy distintos en generales y autonómicas, en la provincia de Huelva, es el PP, y por supuesto siempre es mejor el escrutinio para Madrid que el que se da para decidir el Gobierno de Andalucía. En el 96 la diferencia entre una y otra urna fue de 2951 votos, en el 2000 de 5875 y en el 2004 de 5.176. Pero es que a los socialistas, salvo en la consulta del año 2000 con la mayoría de Aznar, en la que su votante fue casi idéntico, con un movimiento favorable por primera vez a las autonómicas en 396 votos, le suele ocurrir lo mismo. En el 96 perdieron 7.904 votos en la consulta andaluza con respecto a las nacionales y en el 2004 llegaron, incluso, a los 9.409 votos de diferencia.
Como se puede observar por la propia trayectoria electoral en la provincia de Huelva, a estas alturas, saber a ciencia cierta, lo que piensa hacer el votante andalucista en este 9-M es impredecible. Que es un buen banco de votos para que pesquen socialistas y populares, no hay duda; que quién puede convencerles más en esta ocasión eso lo sabremos la noche del mismo domingo, que decidirá, casi con toda seguridad, la supervivencia o no de los andalucistas como formación política en los próximos años.