sábado, 1 de marzo de 2008

El PP necesita recuperar votos en la capital

Este fin de semana se conocerán las últimas encuestas que puedan hacerse públicas de cara a las elecciones del 9-M. Como hemos venido afirmando en este ‘Diario de campaña’ en Huelva, en las elecciones autonómicas, se disputarán escaños que pueden resultar decisivos, claves, para que Manuel Chaves puede formar gobierno en solitario o en coalición, bien con los andalucistas o con los miembros de la coalición de Izquierda Unida, posibilidad esta segunda que lo trae en un sin vivir porque no existe experiencia anterior de este tipo de gobierno y existen dentro de la misma coalición muy diversas que van desde el radical Sánchez Gordillo a la templaza de un Diego Valderas o la complacencia de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar.

Hace unos días cometí un error al hacer los cálculos en el reparto de escaños que podrían darse en la provincia, acortando a tan sólo unos 23.000 votos las diferencias máximas que pueden darse entre el PP y el PSOE en el cómputo global de la provincia para que los populares puedan obtener los mismos cinco escaños del año 2000. Su mejor resultados en unas elecciones autonómicas en Huelva. Los cálculos que me salen, y dependiendo por supuesto de la participación, elevan estas diferencias en voto entre los grandes partidos hasta los 33.000 votos, siempre y cuando el PP se acerque a los 92.504 votos del 2000 y los socialistas no se vayan por encima de los 130.000 votos totales, lo que cual supone que tendría que ver reducida en más de 24.000 votos sus registros del 2004. Bueno, y también que Izquierda Unida, que se juega este vital escaño de Diego Valderas, tanto para él como para la misma coalición, no se coloque por encima de los 20.000 votos. Las encuestas, de momento, no lo dan, vuelven a dejar a la coalición en torno a los 17.000 votos con una participación inferior a la del 2004.

En todos estos cálculos que uno y otro partido hace, analizando los distintos comportamientos electorales de las últimas citas ante las urnas, el comportamiento de la capital aparece como ubicación estratégica. En las elecciones autonómicas y legislativas del 2000, cuando mejores resultados globales se dieron para el PP en la provincia, la capital, por primera vez al margen de unas municipales, otorgó la victoria a los populares con una clara diferencia de votos, nada más y nada menos que 8.842 votos. Un año antes se había producido el extraordinario resultado de Pedro Rodríguez como alcalde llegando a sumar más de 40.206 votos y 18 concejales. Curiosamente, un año después fue capaz de retener 36.652 votos de esos apoyos para las urnas de las legislativas y 35.699 votos en las autonómicas, dejando al PSOE con 27.810 y 27.562 votos respectivamente.

En el 2004 el ciclón provocado por el atentado del 11-M dio un vuelco total a esta situación y los socialistas fueron los que se alzaron en la capital con 41.800 votos en las legislativas y 38.321 votos en autonómicas. Los populares retrocedieron a cifras muy por debajo de sus propios registros de un año antes en las municipales, en las que mantuvieron 34.468 votos para quedarse con tan sólo 29.380 votos y 28.925 en generales y andaluzas, respectivamente. El crecimiento del PSOE en Huelva capital, que es lo que hacía, por cierto, albergar esperanzas en las últimas municipales, fue de cerca de 14.000 votos en legislativas y de 10.759 en autonómicas con respecto a las cifras del año 2000. Estos movimientos tan espectaculares en cuanto a los escrutinios de votos entre los dos grandes partidos convierten a la capital en decisiva si los populares quieren disputar tanto a Izquierda Unida como al propio PSOE ese último parlamentario en juego. Si Pedro Rodríguez eleva su figura de acalde y hace de estas elecciones un refrendo, como ha hecho otras veces, a su gestión municipal y es capaz de retener su voto personal, el PP tiene al alcance de la mano ese quinto escaño pero no tengo muy claro que las directrices de campaña de los populares vayan por ese camino a la vista de la poca actividad que registran en la capital y sabiendo, como saben, que el voto que necesitan volver a recuperar es el se sitúa en la barrera del centro izquierda. El que se les fue en el 2004.

viernes, 29 de febrero de 2008

El solapado debate andaluz del 9-M

De no remediarlo este próximo domingo el debate cara a cara entre Manuel Chaves y Javier Arenas en Canal Sur Televisión y Radio –coincidiendo con los resúmenes en otra cadenas de los partidos de la jornada de fútbol- esta campaña de las elecciones andaluzas terminará sin profundizar en las grandes cuestiones que más próxima están a los ciudadanos dada la muchísima competencia transferida desde el Estado a la administración autonómica. El debate a cuatro entre los primeros líderes regionales y candidatos a la Presidencia de la Junta, de este pasado martes, tuvo una cuota de pantalla televisiva de poco más del 15%, que en telespectadores es también un poco más de 500.000, a los que habría que sumar la audiencia que optó por seguirlo en la radio. Estos porcentajes son ridículos si los comparamos con el más del 50% de pantalla del debate cara de Rodríguez Zapatero y Rajoy de un día antes.
Hay un dato que todas las encuestas que he tenido la oportunidad de estudiar en los últimos años reflejan como una constante en todas las autonomías de España. Cuando se le pregunta a los ciudadanos por los problemas más importantes y por qué administración tendrían que resolvérselo, los porcentajes más altos se lo lleva la Administración del Estado, es decir el Gobierno de la Nación, y luego los Ayuntamientos. Las Comunidades autónomas, salvo en el País Vasco y Cataluña, gobierne el PSOE o gobierne el PP, no se le asignan apenas responsabilidades en cuanto a la resolución de los problemas diarios. De ahí, posiblemente, y mirando la historia de los gobiernos en las autonomías, los pocos cambios que se dan en cada autonomía y el por qué los gobiernos se mantienen años tras años, sean, insisto, del PP o del PSOE. Ser alternativa es muy difícil ante gobiernos que apenas si sufren desgastes ya que los ciudadanos no le hacen en nada culpable de su situación. Y eso que, hoy por hoy, casi todas las grandes competencias están transferidas a las autonomías y los presupuestos que manejan son ya muy importantes. Mucho más importantes es lo que decida Manuel Chaves, en Andalucía, que lo que haga Rodríguez Zapatero, que no tiene ninguna competencia ya ni en materia de Empleo, ni de Educación ni de Sanidad, etc. Pero el 50% de andaluces prefirió ver debatir a Rajoy y Rodríguez Zapatero y sólo el 15% a los cuatro candidatos andaluces. Veremos qué ocurre este domingo entre Manuel Chaves y Javier Arenas.
En el caso de Huelva, el debate entre los cuatro primeros candidatos a las autonómicas, celebrado este pasado miércoles por la tarde, se mantuvo en perfiles muy parecidos de audiencia al ofrecido en circuito regional. Los políticos onubenses se quedaron con un 13,5% de la audiencia televisiva provincial que se encontraba a las siete y media de la tarde ante los televisores, a lo que debe unirse el número de oyentes de la radio. Huelva, además, salió muy bien parada porque la media andaluza, con el resto de los candidatos de cada provincia haciendo lo mismo y a la misma hora, fue del 12,7%. Es lo que tenemos y ya no habrá más debates en esta provincia nuestra que se conozcan porque los principales dirigentes no parecen estar por esta necesaria y obligada aproximación a los votantes, con lo cual, el debate andaluz, que es el debate de los problemas diarios de Huelva, quedará totalmente solapado y escondido. Esta pauta, por supuesto, beneficia al que gobierna la región, que en este caso es el PSOE, porque apenas si recibe ningún tipo de erosión y perjudica enormemente a la alternancia, que es el PP, quien para más inri, teniendo ya pocos medios recursos mediáticos para extender su visión de la sociedad, suele auto descartarse desde hace ya muchos años de todas las tribunas públicas en las que podría estar por cuota de representación porque, según Arenas y su equipo, hay mucha manipulación del PSOE. En resumen, que pocos soportes tienen para desgastar al PSOE y a los pocos que tienen, aunque los maneje el contrario a su antojo, no acuden. Difícil así ser alternativa y de ahí los pronósticos que de cara al 9-M se van conociendo y que vuelven a mantener esa foto fija electoral en Andalucía que todos conocemos.

jueves, 28 de febrero de 2008

Foto electoral en apoyo de la construcción

Los números, las cifras, son tozudos. Al final, por muy buena cara que se quiera poner hasta en campaña, las cosas van cayendo por su propio peso. Ya no escuchamos de boca de dirigentes socialistas palabras como “especuladores” al referirse a los muchos empresarios inmobiliarios que hay, que había, en nuestra provincia. Ahora toca, siguiendo el guión pactado cuando desde la cabecera de la Junta de Andalucía se firmó hace unos meses el pacto por la vivienda, con empresarios y sindicatos, acudir a la foto oficial en la Diputación con los ayuntamientos para poner en marcha esas 12.000 viviendas de protección oficial en diez años (a una media de 1200 y en el conjunto de todos los pueblos de la provincia, que tan poco es para tirar cohetes…) Y digo que toca hacer la foto electoral desde el mismísimo momento en que se presenta al acto los candidatos socialistas, no ya a las autonómicas, que podría hasta admitirse y comprenderse, sino el cabeza de cartel al Congreso de los diputados por el PSOE, Javier Barrero.
Nadas tengo que objetar a su presencia, que eso, si es que le importa, es tarea de las demás candidaturas. Lo único que quiero señalar con este apunte es que los socialistas, al estar entre empresarios y sindicatos, en este pacto por las vivienda, también están admitiendo la tremenda crisis que ya sacude a este sector y que existiendo alertas encendidas –y escritas por este mismo columnista en sus comentarios de fines de semana en este periódico- es ahora cuando se empiezan a adoptar algunas medidas. Huelva ha dicho adiós, puede que por muchos años, al desarrollo y consolidación del turismo residencial y hotelero, tanto en el litoral como en el interior, al dejar pasar los mejores momentos del sector, con dos agravantes imperdonables: mientras el suelo subía y subía, haciendo grandes negocios sólo y exclusivamente los intermediarios, que no el clásico promotor inmobiliario, más de catorce planes generales de ordenación urbana de pueblos de la provincia han estado paralizados, retenidos, ralentizados o torpedeados en la Comisión Provincial de Urbanismo en manos del PSOE. A lo que habrá que añadir el daño, por la inseguridad jurídica creada, del Plan de Ordenación Territorial de Andalucía y otras acciones puntuales de gran calado, como el propio destrozo que se ha hecho en Huelva capital a los proyectos de Isla Chica y el Ensanche.
Ahora se quieren poner paños calientes al enfermo y débil sector de la construcción en la provincia de Huelva, ahora que en unos meses empezará a dejar a muchos trabajadores en el paro y a muchas pequeñas y medianas empresas ligadas con el sector en una situación económica dificilísima. Bienvenida sean las 12.000 viviendas en diez años, que conste en diez años, de protección oficial pero el sector tiene otros males que conviene que sus representantes afloren, y mas estando en campaña, cuanto antes paras que los nuevos gobiernos en Andalucía y en España lo tomen con la seriedad e importancia que merecen. No sólo los miembros del G-1, compuestos por las catorce empresas más importantes a nivel nacional del sector, tienen problemas; también lo tienen muchos empresarios locales, de esta provincia, y si se van a abrir vías de financiación desde el Instituto de Crédito Oficial para los grandes que de la misma manera se dejen en las mismas condiciones para los pequeños.
Ha hemos visto a los socialistas bajar al tajo en la industria, aunque mal recuerdo existe en Cádiz con las promesas ya que 1.200 trabajadores de Delphi siguen esperando que desde la Junta se cumplan esa creación de puestos de trabajados alternativos anunciados; ahora los vemos junto al sector de la construcción y dentro de unos días, cuando se anuncien otros datos, pues ya veremos por dónde. Todavía no sabemos a ciencia cierta de ninguno de ellos cuál es el diagnóstico de nuestra economía provincial: ¿un bache?, como decía hasta hace poco Solbes; ¿unA desaceleración?, en línea con lo también reconocido por Rodríguez Zapatero en el debate; o ¿una recesión en cascada y cuesta abajo?, como aprecian las familias normales onubenses.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Menos de una hora de debate provincial

Aunque grabado por la mañana, en la tarde de hoy, a través de la sintonía de Canal Sur Televisión, podremos ver en Huelva el primer y único debate entre los cuatro cabezas de listas a las elecciones autonómicas que mayor representación ostentaron en los comicios del 2004. Es decir, estarán las primeras figuras del PSOE, PP, IU y Coalición Andalucista (antiguo PA). Una hora, no más de una hora, es todo el tiempo que nuestros políticos estarán ante las cámaras de la televisión autonómica hablando de las propuestas de cada formación para que los ciudadanos tengamos formada una opinión ante la cita del 9 de marzo. Si ustedes reparten los 60 minutos entre cuatro, restan el tiempo de presentación y turno de palabras del moderador y los cortes publicitarios, pues ya saben que más o menos unos 10 minutos es todo el tiempo que cada cual tiene para hablarnos de Huelva.
Al parecer, por la forma en que se negocia esta campaña entre los partidos políticos, la ciudadanía no merece más. Y eso que el debate del pasado lunes, entre Rodríguez Zapatero y Rajoy, lo siguieron, según las mediciones de audiencia oficiales, la friolera cifra de trece millones de telespectadores, tres más que los dos anteriores duelos, en el año 93, entre Felipe González y José María Aznar. Pues nada, en Andalucía, una de las pocas comunidades autónomas en las que su canal regional de televisión no conectó con la señal distribuida del debate este pasado lunes, y en Huelva no hay por qué tener debates. No hay por qué conocer la visión de cada cual sobre el momento actual y la forma de afrontar el futuro, máxime cuando es evidente, y las encuestas lo detectan, que en estas elecciones la ciudadanía, una gran parte de la ciudadanía, todavía no tiene totalmente formada su decisión y quiere conocer mucho más ante de optar por unos o por otros. La apretada realidad económica lo demanda así porque en estos comicios no está pesando tanto el voto ideológico como el voto racional, pensado y tocando el bolsillo, la cartera con los euros, de cada familia.
En Huelva hay paro, y subiendo desde mayo del año 2007 de una manera constante; padecemos la inflación de productos básicos que además producimos en nuestra misma provincia y el frenazo de la economía también nos pasará su correspondiente factura, ya ha empezado en el turismo residencial y apenas si los ayuntamientos otorgan licencia de obra nueva en los últimos meses. Pero cómo es posible que nos hurten a todos que podamos tener ese contraste de pareceres abierto y vivo entre candidatos que quieren ganarse nuestra confianza en estas elecciones y todo lo que han pactado sean esos ridículos y cicateros 60 minutos para el primer y quizás único debate que tengamos en toda esta campaña en la provincia de Huelva.
Después de ver el interés mostrado por la audiencia en el debate Rodríguez Zapatero-Rajoy me da igual como analista entrar a valorar a quien pueda perjudicar o beneficiar la celebración de debates electorales, que en Estados Unidos es una de las piedras angular de su sistema democrático desde que se inician las primarias en los estados más pequeños. Los ciudadanos quieren debates, los ciudadanos de Huelva tienen derechos a más debates y es obligación de los partidos políticos y de todos aquellos que aspiran a recibir el voto el día 9 de marzo responder con responsabilidad ante esta demanda social. En otras provincias andaluzas he podido comprobar que hasta la Asociación de la Prensa, en el caso de nuestra cercana Cádiz, ha montado en abierto un debate, para que pudiera ser seguido por todos los medios de comunicación que así lo quisieran, entre los primeros dirigentes del PP y del PSOE. Por qué sí en Cádiz y por qué no en Huelva. Después decimos que esta provincia es apática y pasiva; la hace ser apática y pasiva la clase política tan mediocre que tenemos, posiblemente la peor en los 30 años de reciente democracia vividos en esta provincia.

martes, 26 de febrero de 2008

Ni la Junta Electoral tiene mucho trabajo

Desde aquí pidiendo también más debates provinciales para que podamos confrontar las propuestas, al menos, de los dos principales partidos y ayer tarde me comentan que los anunciados desde la televisión local CNH, con la presencia de los cabeceras de cartel en legislativas y autonómicas, tanto del PP como del PSOE, quedan suspendidos. Al parecer hay instrucciones de mantener en esta provincia una campaña en paralelo, es decir sin choques, entre populares y socialistas de tal forma que cada uno vaya por su lado y con mensajes dirigidos a sus respectivos y teóricos electorados. Veremos qué hace con este diseño ese 30% de indecisos que dan las encuestas, sin quedarse también en casa junto al 20% ya manifestado u optar por volver a votar a los mismos de la última vez. O cambiar, que todo entra en los pronósticos.
En fin, perfil de campaña plano en Huelva de una manera ya casi definitiva hasta el punto de que hasta la Junta Electoral Provincial apenas si tiene trabajo en esta contienda porque no se dan reclamaciones de uno u otro partido político. Es verdad que al contrario de la que ocurría en las municipales, por ejemplo, donde todos los alcaldes querían inaugurar y presentar cosas en los días de campaña, en esta Huelva nuestra ni el Gobierno de España del señor Rodríguez Zapatero, ni el Gobierno de Andalucía de Manuel Chaves han hecho en los últimos cuatro años ni una sola obra o infraestructura que poder inaugurar. Vamos, que no se han gastado ni un duro en inversiones. Y así, por supuesto, tampoco tiene mucho de lo que oponerse el PP cuando los socialistas reciben a sus principales dirigentes porque estos, lejos de venir a inaugurar algo, lo único que realizan es el clásico mitin electoral con los suyos en los lugares donde se considera que hay que arañar votos, como hizo hace unos días el mismo candidato andaluz del PSOE, Manuel Chaves, plantándose en el territorio cedido por IU en Bollullos par del Condado (con buena asistencia de público por cierto, y más siendo día de intensa lluvia) con el objetivo de restarle en su propio pueblo a Diego Valderas esos cientos de votos, cientos nada más de votos que requiere para recuperar su escaño por Huelva y hasta su propia dignidad política como cabeza regional de la coalición. Es como se las gasta el PSOE con sus más cercanos aliados y ya veremos el disgusto que pueden tener la noche del domingo 9 de marzo los dirigentes provinciales de IU cuando se conozcan los resultados de esta localidad.
Desde luego con una campaña sin confrontación, sin oposición al PSOE en la provincia por parte de quien se considera alternativa suya, que es ante que nadie el PP, difícil va a resultar que el electorado perciba que a los socialistas se la han pasado cuatro años sin hacer nada destacado por Huelva. Los mensajes para que calen tienen que repetirse mucho y si en el PP no hay nadie que los repita, como desgraciadamente viene ocurriendo, a ver cómo se arañan votos a los socialistas en estas elecciones. A lo mejor es que es tarea de Rajoy o de Arenas, cuando acudan a sus respectivos debates, pero dudo mucho que ninguno de los dos vaya a mencionar la palabra Huelva y su abandono en infraestructuras en estos cara a cara. Lo de la Nacional con Extremadura es sangrante, esperpéntico y de ‘trileros’ del mejor pelaje. Con la que dio el PSOE con esta obra en la etapa de Aznar, con las de corte de carretera que hizo, con esas pancartas que aparecían colgadas en los ayuntamientos o las mociones que se llevaban a pleno… Y nada, pasan cuatro años, y pasarán otros cuatro, y el Gobierno socialista de Rodríguez no han hecho ni hará absolutamente nada. Si hubiera sido al revés, ¡madre mía!, la que estaría formada. Campaña plana, sin debates, sin confrontación; campaña, que todo puede ser, sin sangre, sin coraje… Es lo que marcan desde Madrid, dicen en el PP de Huelva. ¿?

lunes, 25 de febrero de 2008

PSOE y PP andan cada uno por su lado

Desconozco si responde a criterios marcados desde los cuarteles centrales en Andalucía del PP y del PSOE pero en esta campaña, ambos partidos y sus correspondientes candidatos, andan cada uno por su lado como si los programas y propuestas de las dos principales formaciones de la provincia no tuvieran nada que confrontar de cara al electorado. Por lo visto eso lo dejan para Rajoy y Rodríguez Zapatero esta noche y dentro de otros siete días y para Arenas y Chaves si es, al final, cuadran entre ambos n cara a cara para las autonómicas. Las cuestiones de ámbito provincial, por lo visto, se quedan para debates menores como los que estos días hemos visto estos días entre candidatos socialistas y populares en una televisión local y en el que nos ha sorprendido muy gratamente la nueva generación de dirigentes que lleva el PP en estas elecciones para el Parlamento andaluz ya que tanto Dolores López, que va en el cuarto puesto de la lista, como el serrano José Enrique Borrallo, quinto en la lista, no se arrugaron ni un pelo ante los representantes que envió el PSOE, que en el caso de la primera era, nada más y nada menos, que el demagógico y agrio Mario Jiménez, que es a todos los efectos la segunda figura orgánica del socialismo onubense y el número dos en la lista para las andaluzas. Resulta increíble pero casi hasta reconfortante que sean los números cuatro y cinco de las listas del PP los que tengan que confrontar en los debates con los primeros espadas del PSOE, no sabemos bien si porque los primeros de la lista andan dando vuelta por la provincia o también porque se considera por parte de algunos que es bueno ir dando el relevo a otras generaciones de cara a la etapa post-electoral. Ellos sabrán.
De momento, con las encuestas que ayer publicaba este periódico en las páginas de Andalucía y en referencia a las elecciones autonómicas entre los populares reina, de momento, la alegría y la satisfacción porque cuadra con los pronósticos que en privado hace Pedro Rodríguez, en su calidad de presidente provincial, a los suyos: “Vamos a sacar, como en el 2000, en Huelva otros cinco parlamentarios y los socialistas seis”. Eso decía ayer este sondeo realizado la pasada semana y con un muestreo en la provincia de 200 encuestas, que para ser unas elecciones donde los restos resultan al final decisivo más que un pronóstico claro lo que aventura es más bien unas tendencias. Y como ya hiciera la del Centro de Investigaciones Sociológicas hace una semana, volvía a indicar que más de un 30% del electorado, que en el caso de la provincia de Huelva es de cerca de 100.000 votos con el último censo dado a conocer, no sabe o no contesta lo que piensa hacer el día 9 de marzo. En esa tremenda bolsa hay de todo, voto oculto (que siempre suele ser del PP), voto que se piensa decidir tras los debates de estos días y, finalmente, ciudadanos que no piensan acudir a las urnas y que engrosarán ese 20% de abstención que ya casi todas las encuestas dan, como mínimo, como seguro.
Un 30% del electorado sin decidir lo que piensa hacer es mucho electorado. Bien está que se celebren a nivel nacional y regional los debates que se pacten pero no tengo claro, en clave Huelva, a quien perjudica o beneficia que ambos partidos vayan por la provincia dando a conocer sus propuestas y programas pero sin confrontar ni tan sólo para echarse en cara los incumplimientos, que al ser el PSOE el partido de gobierno y el PP el de oposición pues correspondería hacer a los populares a fin de desgastar a su oponente. La presencia de Pedro Rodríguez en la cabeza de cartel de autonómicas marca mucho la estrategia provincial del PP porque funciona con el chip de las pasadas municipales, donde él era el gobierno y el PSOE la oposición, y posiblemente ese esquema es el que está imponiendo a sus dos jóvenes directores de campaña, los jóvenes Felipe Arias y David Toscano. Desde luego para que se diera ese 6 a 5 en las autonómicas que pronostica la primera encuesta, las diferencias entre socialistas y populares no deben ir más allá de los 23.000 votos. En el 2004, por si alguien lo olvida, fue de 66.173 votos.

domingo, 24 de febrero de 2008

Huelva vota menos en autonómicas que legislativas

Con esta será la cuarta convocatoria en que las elecciones autonómicas andaluzas coinciden en el mismo con una consulta para elegir también al Gobierno de España. Salvo en la del 2004, en las dos veces anteriores, en el año 96 y en el 2000, esta unificación no favoreció tanto a los socialistas como ellos mismos piensan puesto que tuvo que gobernar en coalición de gobierno con el Partido Andalucista al no alcanzar la mayoría absoluta. En este 9 de marzo próximo Manuel Chaves vuelve a repetir la jugada y estará por ver a quien, en verdad, favorece la jugada, si a la consolidación de los escaños en Andalucía que necesita Rodríguez Zapatero para poder gobernar o al propio socialismo andaluz para que pueda mantener ese gobierno en solitario sin socios que le puedan hipotecar, que desde luego sólo pueden ser los andalucistas o la muy plural coalición de IU.
Al margen de este análisis vislumbrando el efecto partidista de la coincidencia de las dos elecciones, lo que sí viene siendo una constante es diferencia de participación que se dan en las urnas de generales y las de autonómicas. En las tres ocasiones anteriores, siempre, la participación ha sido mayor por parte de los votantes al depositar su papeleta para decidir el Gobierno de España que las del Gobierno de Andalucía. Es sorprendente porque ocurre en el mismo día, los votantes tienen que votar en las mismas mesas electorales y urna con urna pero optan un porcentaje muy significativo por abstenerse en las elecciones andaluzas. El censo electoral en la provincia de Huelva desde las elecciones del año 96 ha ido aumentando desde los 355.131 de esa convocatoria a los 378.428 de 2004. También este año vuelve a aumentar, aunque muy poco, a 379.919 ciudadanos con derecho al voto. Pues bien, en los tres procesos electorales se dieron diferencias entre uno y otro proceso electoral que van desde los 0,37% del electorado en el año 96 a un llamativo 0,99% del año 2000 y al no menos relevante 0,88% del mismo año 2004. Y un dato, en la provincia de Huelva, aunque fuera la vez en la que los socialistas sacaron su mejor resultado con esos 154.579 votos que ellos mismos esperaban y que son la base de su extrema tranquilidad de ahora, el año de mayor participación fue cuando, precisamente, el PP de Aznar fue capaz de alzarse por primera vez con una victoria ya que acudió a votar, nada más y nada menos, que un 75,64% del censo electoral y en el que, por primera vez, muchos votantes populares se movilizaron porque veían cerca y posible esa posibilidad de ser alternativa real de gobierno después de catorce años ininterrumpidos de los gobiernos socialistas de Felipe González.
Pero vuelvo a los porcentajes de votantes que no quieren decidir ni le importa lo que ocurra en el Gobierno de Andalucía al abstenerse de una manera manifiesta una vez ya, incluso, de estar ante las urnas en el colegio electoral. Nos estamos moviendo en cifras que van de unos 1.200 ciudadanos la vez que menos a los ya cerca 3.700 del año 2000. Curiosamente ese año, por ejemplo, los socialistas en la provincia de Huelva mantuvieron una fidelidad casi absoluta de su electorado entre una y otra elección: 115.071 en generales y 115.467 en autonómicas. Todo lo contrario que el PP, que pasó de tener en generales, apoyando a Aznar, 98.575 votos a quedarse con tan sólo 92.700 votos en las autonómicas y con Teófila Martínez como candidata a la Junta pero también con Pedro Rodríguez como cabeza de lista de las andaluzas por la provincia de Huelva. Por qué hay votantes que si consideran trascendental en Huelva las elecciones generales, cuando además la diferencia entre PP y PSOE es tan grande que el reparto de escaños viene siendo inamovible desde hace años, y sin embargo no dan valor a sus votos en las autonómicas, donde hasta por un número reducido de apoyos, se puede decir un escaño arriba o abajo y hasta el mismo Gobierno andaluz, es toda una incógnita. Y les puedo asegurar que por más que lo estudio no encuentro una lógica explicación.