lunes, 24 de diciembre de 2007

La paz y el consenso siempre llegan por Navidad

Cuando se tienen muchos cargos remunerados por repartir y casi todos los miembros del Comité Provincial colocados por designación y voluntad de la cúpula dirigente provincial socialista, es muy difícil, casi imposible, que no se termine dando paz y consenso a la hora de confeccionar la listas definitivas para las próximas elecciones autonómicas y generales. Y más si estamos en días de fiestas del solsticio de invierno (así denominan la progresía de izquierda estos días), en cristiano fiestas de la natividad y nacimiento de Niño Dios, en los que reina entre los humanos paz, alegría, consenso y amistad. Además el máximo dirigente del socialismo onubense, Javier Barrero, se vanagloriaba, y con razón, de que el debate que se ha dado estos días entre las distintas agrupaciones locales genera mayor cohesión y dinamismo al mismo partido porque es un signo manifiesto de su activa participación interna en consonancia, manifestó, con lo que hace otro partido, como es el PP, en el que todo se decide (en palabras suyas) en las alturas y por unos pocos. Y añado de cosecha propia: cuando no, en una cacería de conejo…
Pero vamos a lo que vamos que es tiempo de paz y amistad. Los socialistas han logrado el doble efecto de trasmitir participación, discrepancias, ambición política (que es muy legítimo y hasta exigible a quien quiera ejercer en la vida pública) y al final consenso, mucho consenso, y hasta aplausos mutuos de gratitud con todos sonrientes y contentos. De puertas para dentro, toda la jugada estaba cantada desde hace semanas y la posición en el tablero del ajedrez político socialista de Mario Jiménez como número uno (jugando a la perfección el papel de desgaste interno y externo que le tienen asignado) no era otra cosa que la manera de taponar al consejero Isaías Pérez Saldaña para que no fuera como número uno y que en última instancia, sin desgaste y como un canto más al papel de la mujer en el seno del PSOE, surgiera la ‘tapada’ de Cinta Castillo para ir como número uno. Es el valor que como decíamos hace unas semanas la cúpula socialista provincial quiere colocar en el próximo gobierno de Manuel Chaves y no era cuestión de quemarla en una lucha contra, precisamente, el consejero saliente Isaías Pérez Saldaña. Me gusta la forma de hacer política interna de estos socialistas de Huelva porque, al menos, te obligan a razonar y seguirle en las jugadas, al contrario que en otros lares donde cada día se siente uno más aburrido y hasta malquerido.
En el mismo son de paz de y amistad terminaron los de Izquierda Unida en Matalascañas y nuestro viejo amigo Diego Valderas ocupando el sitio que nosotros le habíamos aconsejado, que no era otro que como número uno en Huelva para que pueda comprobar, en persona, si la estrategia marcada por él a sus compañeros durante estos años, de muletilla política del socialismo onubense, ha merecido o no la pena. Le queda una campaña dura y ya de entrada ha recibido la buena noticia de Comisiones Obreras de que ésta no estará en la manifestación por la industria que ha convocado UGT con lo cual no será preciso para el dirigente de la coalición meterse en el laberinto de industria sí, industria no, como posiblemente tampoco en los posicionamientos más radicales de la Mesa de la Ría. La candidatura de Izquierda Unida necesita recibir votos de todo el ala izquierda del PSOE y los que se fuguen, también por la izquierda, del campo de juego andalucista y esperar a que en el día electoral la participación no sea muy alta para que el escaño por Huelva, al que aspira Diego Valderas, como último eslabón de su vida política, se ponga más barato, requiera, en suma, menos votos.
Los andalucistas se han unido y como tiene que estar la cosa que ha sido, incluso, antes de estos días de Navidad. Atrás quedaron los de Rojas Marcos y Pedro Pacheco para ahora ser sólo Coalición Andalucista. A los entierros y velatorios es mejor siempre ir juntos, en compañía, que en la soledad de quien le llega la hora de la verdad. Si el PP de Arenas en Andalucía hubiera sido inteligente y sumado los muchos votos andalucistas que de resto, sin sumar escaños, quedarán en las ocho provincias andaluzas, la invitación cursada por debajo de la mesa por algunos dirigentes distinguidos de esta formación, de unir fuerzas en estos momentos, se habría analizado como ésta merecía, una decisión estratégica que la noche del 9 de marzo podría haber sido la llave para quitar a Manuel Chaves su mayoría absoluta en Andalucía, el único objetivo real al que pueden espirar los populares y el mismo Arenas en esta comprometida (para él y su mismo futuro como político) consulta electoral.
Lo que sea, será. Hoy, como decía al principio, estamos en tiempos de paz y consenso y no quisiera cerrar, antes de desear a todos los lectores de EL MUNDO HUELVA NOTICIAS unas felices fiestas, sin volver a insistirle a toda la clase política onubense la necesidad de dialogar más y sumar voluntades. Esta es una provincia pequeña, la que menos lotería por habitante ha jugado de navidad, en términos porcentuales de renta per cápita, de todas las provincias andaluzas y la que más ha sido Almería. Detalles como éste alumbra la verdad cotidiana, de la calle, que no tiene nada que ver con la verdad política, y la del coche oficial y el despacho con sueldo como cargo público, y reitero lo que vengo diciendo desde hace muchos meses. Se acercan tiempos difíciles, de decir y escuchar pocas tonterías, y de ayudar a sacar entre todos la economía provincial adelante por el bien de todas las familias onubenses. Sumando esfuerzos lo haremos más llevadero que con divisiones y trifurcas que a nada conducen. Sería el mejor chistma de Navidad de toda la clase política a la ciudadanía de esta provincia y mi mayor deseo en este día de tranquilidad. Feliz Navidad.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Cuando las malas formas anulan buenas ideas

El ‘son como niños’, en referencia a la clase política que nos gobierna, a estas alturas del partido, empieza a resultar cansino, decadente y triste. Cuando no la dan a la entrada la dan a la salida, pero el resultado es que no hay, al final, una buena idea que pueda ponerse en valor para la provincia de Huelva, en suma, para los intereses generales, que no terminen en bronca, confrontación y criticas de unos contra otros. Si supieran los políticos, de todos los colores y pelajes, lo cansada que está la ciudadanía de estas escenas mediáticas y el daño tan tremendo que para la participación democrática –el día mismo de las elecciones- produce este modelo de ejercicio de la representación pública que se ha terminado por adueñar de las instituciones, posiblemente (es un decir), pues no lo harían. Y es que lo ocurrido con la presentación del proyecto arquitectónico y paisajístico que el Ministerio de Fomento tiene para la futura de estación de AVE en Huelva capital ha superado ya todos los límites de la lógica y la razón, hasta el extremo de que asistimos a un ocupación, apropiación diría yo, de las instituciones por las siglas de un partido con la hipotética finalidad de ‘vender’ acciones de gobierno en tiempos preelectorales, algo que debería hasta estar penado, por el daño que causa al mismo sistema democrático, y afeado y castigado por toda la ciudadanía, sea quien sea el partido, formación política o gobernante que lo ejerza.

Vengo escribiendo, y el lector lo sabe, desde hace muchos meses sobre lo ideal de incorporar en los terrenos del nuevo ensanche de la capital, una vez derribado el muro de renfe en la antigua Avenida Italia, edificios monumentales con la firma de los mejores arquitectos del momento, algo de lo que Huelva carece y que ahora, por la oportunidad que le brinda la concepción de una parte importante de la ciudad en el mismo centro casco urbano y frente a la ría, puede hacerse. Citaba como posibles la futura catedral (a la que Iglesia Diocesana parece mostrarle, al menos hasta ahora, muy poco interés), el Palacio de la Música, el gran centro comercial, puerto deportivo o la misma estación terminal del AVE. Y mira por donde, aleluya, los socialistas tienen la buena ocurrencia, de la mano de la impetuosa Magdalena Alvarez, de tirar de un arquitecto de reconocido prestigio, Santiago Calatrava, y concebir una estación de AVE casi sacada de un cuento de hadas pero que al convertirse en una promesa de gobierno tienen el compromiso ante toda Huelva, como ocurre con los ‘tripuentes’ de Punta Umbría, de convertirla en realidad. Una buena idea, una maravillosa idea, tanto por la forma de diseñar el conjunto de la estación futura como de la proyección de un inmenso rascacielos de 353 metros de altura, algo innovador y singular, terminó este viernes pasado en una trifurca entre socialistas y populares por las formas en que se había montado dicha presentación ante los medios de comunicación, sin el conocimiento previo y preceptivo del Ayuntamiento (como quedó estipulado en el convenio al crearse la Comisión de Seguimiento entre ambas instituciones públicas), buscando acomodo en la Diputación Provincial que es un organismo que no pinta nada en este asunto y dejando relegado al margen al alcalde de Huelva y a todos los miembros de la Corporación Municipal que representa a la ciudadanía de la capital, y todo para que en la foto oficial sólo pudieran estar presente los dirigentes socialistas. Que mira, si el proyecto diseñado por Calatrava fuera como una propuesta socialista y pagada con el dinero y recursos de dichas siglas, pues vale; pero vamos, que todo este montaje se haga con dinero público, de todos los ciudadanos y en la que tienen que participar otras instituciones, es algo inconcebible en estos tiempos de madurez democrática, entre otras muchas razones porque se trata de utilización indebida de fondos públicos para fines partidistas pero también porque ya no hay votante que se deje convencer por pamplinas de este tipo como si estuviéramos en una república bananera o populista bolivariana.

El proyecto de la nueva estación, que ya tendrá que hacerse así porque es una promesa de gobierno en ejercicio, es de tal encanto y riqueza que ensuciarlo con malas formas, mala educación y malos modales por parte de la clase dirigente socialista en la provincia de Huelva ha sido un tremendo error. Y error cometerían ahora también los populares si lo dejan todo en la afrenta y refriega, cuando lo que le viene bien a Huelva y a los ciudadanos capitalinos y de la provincia es que se hagan cosas, y que además las hagan cuanto antes. Como la palabra que le hemos empeñado a Manuel Chaves y Javier Barrero con el ‘tripuente’, anunciado en la campaña pasada de las municipales, que ya han aflorado los euros en el presupuesto del 2008 para que lo que parecía ser un farol más se empiece a hacer, por fin, realidad, que hora era. Quedarse ahora en afear las formas, cuando todo el mundo ya conoce el modo de operar y lo burdo de este modo de hacer campaña electoral, es una tontería. Lo que hay que pedir rápido es mayor información por la vía oficial (la del sello y el registro), el proyecto completo de Calatrava para tramitarlo y que tenga un procedimiento administrativo con urgencia, porque lo mejor que le puede seguir pasando a Huelva es que este tipo de faroles, como en el pócker, cuesten dinero al final de la partida a alguien y que ese dinero venga de unos presupuestos públicos en los que la provincia de Huelva viene siendo marginada, discriminada y olvidada desde hace muchos años. Lo demás, foto electoral incluida, se lo suele llevar el viento y el paso de los días. Las obras, el ‘tripuente’ y esta creativa estaciñon con rascacielos de 353 metros se quedan aquí, en Huelva, para disfrute de todos nosotros.