lunes, 31 de diciembre de 2007

Llega un año bisiesto repleto de incertidumbres

Dicen los expertos en materia económica que desde hace quince años no se conocía una etapa tan cargada de incertidumbres, sin que nadie se aventure a hacer un pronóstico más allá de una semana vista y menos con el cierre de un ejercicio pendiente de cuadrar por quienes mueven las grandes finanzas que son también, a la postre, los que terminan diciendo el día a día de cada familia, de cada pequeña y mediana empresa o empresario autónomo porque en el mundo global en el que nos movemos todo termina teniendo un efecto en cadena. Y sino que se lo pregunten a los ganaderos onubenses cuando van a comprar el pienso o a los agricultores que ven aumentar el precio de las semillas por la escasez de los cereales, lo que ha propiciado la subida de la leche y hasta de los polvorones que nos hemos comido estas navidades.
Lo único que sabemos ahora mismo en nuestra provincia es que durante dos meses, hasta el día 9 de marzo, fecha prevista de las elecciones autonómicas y generales lo virtual va a sustituir la realidad más cruda por más que nos empeñemos algunos pocos en contar la verdad de la calle. La fuerza mediática que maneja el socialismo onubense es de tal magnitud, ante la actitud cada vez más desconcertante e ingenua de los populares, que el dibujo que se nos pintará de la situación de la provincia es de todo maravillas y avances extraordinarios. No sabemos todavía lo que dirán las cifras de paro en estos tres meses, diciembre, enero y febrero pero lo que se ha analizado por parte de la oposición el incremento constante que se viene arrastrando desde mayo de este año que termina pues pocas esperanzas tenemos ya de hasta cuestiones de este tipo se aborden con cierta seriedad en días de campaña electoral. Tenemos lo que tenemos y si floja es la acción de gobierno en defensa de los grandes temas de Huelva, peor aún es la llamada oposición en su papel de control.
Será pasada la cita electoral, y dependiendo de cómo queden los resultados, cuando se empezaran a tocar en profundidad, ya porque no habrá otro remedio, los grandes temas que gravitan en la provincia. Javier Barrero, como secretario general del PSOE, aparte de ningunear al PP de Pedro Rodríguez y a la IU de Diego Valderas, ya ha dicho que ellos, sin insultar a nadie, van a ir a ‘vender’ sus logros y a plantear soluciones para construir viviendas asequibles (ahora que van a bajar los precios de todas las que están por vender) y a mantener el desarrollo sostenible de la provincia, una frase muy bien acuñada pero carente de solidez en cuanto a su concreción. No sabemos si esto afectará o no a la industria actual que tenemos en la zona colindante con Huelva capital y Palos de la Frontera o se refiere a la posibilidad cierta, ante de que empiecen a bajar los precios de las materias primas, de apoyar la apertura de las minas que están tramitándose y que, en el caso de Riotinto, va para tres años desde que llegaron los primeros inversores explicando el por qué se podían abrir ahora y no antes las explotaciones mineras de la provincia. Desde luego de industria se hablará y mucho en cuanto el Ayuntamiento de Huelva, pasada las elecciones, dé a conocer oficialmente el avance del nuevo PGOU y la propuesta del equipo redactor en torno al actual asentamiento de las mismas. Esto sí que serán los grandes debates y no lo que ni siquiera anuncian como posibilidad, porque ni el mismo Pedro Rodríguez se lo ha pedido oficialmente, PP y PSOE durante la campaña electoral.
Puede ser que antes, si en Huelva respetan la palabra dada por el presidente de la Junta al alcalde de la capital, puede quedar desbloqueado el desarrollo urbanístico del ensanche sur y con ello podamos ir pensando en las dotaciones, aparte de las viviendas y centros comerciales que puedan ir, que configurarán la Huelva de este nuevo siglo y entre las que se encontrará la nueva estación del AVE, la de Calatrava, que dice Aramburu que se hundiría en la marisma, o la de otro arquitecto que el nuevo gobierno salido de las urnas del 9 de marzo quiera. Desde luego para el avance del AVE en los presupuestos del 2008 apenas si hay dinero, pero tampoco lo vemos por ningún lado para el aeropuerto de Petronila Guerrero y ésta, como presidenta de la Diputación y responsable que ha asumido su construcción, afirma y mantiene que trabaja mucho por el tema y que no piensa decir nada más por más que los periodistas le pregunten.
El turismo en la provincia, aparte de que todos den su ‘paseíto’ por FITUR para volver a charlas de los mismos temas que ya charlas en los múltiples cafeterías que rodean los centros oficiales de la capital, sigue esperando esta infraestructura como un clavo ardiendo porque hay destinos más baratos y más próximo en horas de avión para los turistas extranjeros y los nacionales, con las dificultades económicas que declaran en las encuestas, viajarán menos y se gastarán igual de lo que ya lo han hecho en el año que termina, el de las cuatro ‘p’: pipas, paseo, patatas y playas, como lo describían con sorna este verano la gente de los hoteles y restaurantes del litoral.
La sequía que padecemos, que todavía no se ha contabilizado monetariamente, tiene alerta a todo el sector agrícola y ganadero en la provincia y todo el mundo mira para el cielo con la ilusión de que el año bisiesto cambien, al menos, el signo del que se va con una subida de precios en los mercados que no ha partido, desde luego, del mundo del campo sino más bien todo lo contrario, es ahora el que empieza a padecerlo en el momento de iniciar las tareas para volver a producir. La pesca anda revuelta e insiste en que los precios del gasoil por las nubes los números no le cuadran por ningún lado.
Ya sabemos que en el año 2008 no podremos contar con la construcción tirando de la economía provincial, ni tan siquiera la del turismo residencial. Lo que no sabemos es todavía y sí a lo largo del año que comienza es los efectos que producirá este parón. Y hasta qué punto las demandas de empleo pueden tener un daño colateral en la integración de la población inmigrante que ha ayudado bastante a estos años de bonanza y consumo. Ese efecto dominó del que hablaba al principio del comentario que es lo que más aterra a todos los analistas económicos al asomarse a las hojas todavía en blanco del calendario del 2008, que por tener prisa en llegar tiene hasta adelantada la Semana Santa y con ello los carnavales –el día 11 de enero ya empiezan los concursos- y la peregrinación rociera. Es un año que viene a galope, como atropellando los acontecimientos, veloz e inquieto, presagio de muchos movimientos sobre la base de una sociedad que parecía consolidada y estable. ¿Afectará tanto vaivén también a los mismos resultados del 9 de marzo que para el socialismo de Huelva se dan por disputados y ganados?

domingo, 30 de diciembre de 2007

El año del cambio de ciclo económico

Después de la inocentada dada por el alcalde de Huelva capital, el popular Pedro Rodríguez, a más de uno con la designación este año de los Reyes Magos, toca del lado nuestro escribir del cierre de este 2007 que se nos va para mañana, lunes, adelantar el análisis de lo que nos puede deparar el ejercicio que viene. Creo que estamos inmersos en unos momentos cruciales para el bienestar de muchas familias y que este 2007 ha supuesto, en toda regla, un punto de inflexión importantísimo en el ciclo económico alcista que delataban los datos macroeconómicos y que ha sido, precisamente, los mismos ciudadanos, desde este mismo verano los que han ido dando la señal de alarma de lo que llegaba, tal y como hemos escrito en estas columnas en varias ocasiones como testimonio escrito para que los dirigentes públicos que nos gobiernan en todas las instituciones y los mismos agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales, tomarán nota con tiempo suficiente a fin de que pudieran tomarse medidas con la debida antelación.
El barómetro último del Centro de Investigaciones Sociológicas ha confirmado plenamente hasta qué punto lo que hemos venido diciendo coincide con el pensamiento del ciudadano de a pie, que a través de las encuestas oficiales realizadas en todas las provincias españolas, incluida, por supuesto, la de Huelva ha situado como la primera de sus preocupaciones los problemas económicos (30,3%), seguido de la vivienda (22,7%), paro (18.8%), empleo (12,8%) y ya más atrás inseguridad ciudadana (10,7%), pensiones (7,7%) y terrorismo (5,6%). El olfato de las familias onubenses enmarca con claridad meridiana y enorme contundencia cuales deberían ser las preocupaciones e inquietudes de la clase gobernante en estos momentos. No hay ninguna duda de los problemas que quejan e inquietan a los ciudadanos y hasta qué punto existe ya conciencia en la economía familiar de que los tiempos de bonanza han terminado.
El año 2007, como lo será en el prime trimestre el 2008, ha sido un año electoral porque se celebraron las elecciones municipales. Y con un grado de abstención muy alto, que también es llamativo, los votantes volvieron a dar una confianza absoluta al PSOE para regir los destinos de la mayoría de los ayuntamientos de la provincia y dejaron para el PP el de la capital y un reducido número de municipios a su alrededor. Lejos de bajar las expectativas de votos de los socialistas, por méritos propios o desméritos de los oponentes, la ciudadanía sigue otorgándole una confianza extremadamente generosa y eso, aunque nos cueste creerlo, es una realidad incuestionable. Toca a este partido, como fuerza hegemónica en las instituciones provinciales, hacer una lectura acertada y correcta de lo que ha supuesto este 2007 y a nosotros, como analistas, dar pistas para que las reflexiones y decisiones en las acciones de gobierno sean las adecuadas. No es que estemos en ninguna verdad absoluta ni tampoco eso es lo que pretendemos a la hora de ponernos ante el ordenador cada fin de semana, todo lo contrario, lo hacemos desde la doble concepción de que podemos hacer juicios de valor ante los hechos que pueden ser equivocados pero a la vez con la obligación moral de escribir, de cara al lector, con lo que nosotros entendemos que es nuestra verdad, nuestra forma de pensar. Si nos calláramos estaríamos aceptando el pensamiento del régimen único y la ausencia de alternativas como contrapeso obligado y necesario de todo sistema democrático. Lo que nosotros entendemos como planteamientos enriquecedores, a lo mejor para los dirigentes y gobernantes socialistas son tomados como una columna más desde la trinchera del enemigo. Desde luego esa no ha sido nuestra voluntad ni nuestro objetivo porque ara eso están los que militan y ambicionan puestos de representación política en el ámbito público.El lector que nos haya seguido este año que termina, desde que el director de EL MUNDO Huelva Noticias, nos invitara a escribir en esta esquina de página para enjuiciar los días de campaña electoral de las elecciones municipales, y luego como columnista habitual los domingos y lunes de cada semana, que el dibujo de lo que terminaría siendo este 2007 que termina lo hemos ido adelantando artículo tras artículo, hasta que los propios datos macroeconómicos nos han ido dando la razón. Cuando se inicia el proclive de toda etapa, y en ello andamos, los efectos de ese cambio de ciclo no se perciben hasta que no van pasando los meses. Me quedo tan preocupado como el resto de las familias onubenses y españolas y casi situaría en la escala de temas los mismos que ellas han indicado, s bien más preocupado me deja, como columnista, la escasa capacidad, por no decir nula, reacción que he percibido de los principales interlocutores públicos de la provincia de Huelva. Se hace política de salón, artificial, de maquetas y dibujos improvisados, folletos publicitarios y fotos mediáticas de la mejor escenografía teatral, sin base sólida alguna y sin que los avances globales se perciban luego por ningún lado, porque las cifras de coyuntura económica, y comparativas con las de otras provincias, siguen reflejando las mismas carencias y deficiencias de siempre. A estas alturas no me altera el pasado, lo que 2007 nos ha dejado, sino lo que adelanta el 2008 y la visión triunfalista que en unos días el socialismo onubense nos va a vender, con un derroche propagandístico sin recato, como balance de una gestión gobernante desde los gobiernos de Andalucía y España que merecería ser enjuiciada por la ciudadanía, por su propio bien y en base a los temas que le inquietan, con mayor rigurosidad y exigencia. Los tiempos para eso.

lunes, 24 de diciembre de 2007

La paz y el consenso siempre llegan por Navidad

Cuando se tienen muchos cargos remunerados por repartir y casi todos los miembros del Comité Provincial colocados por designación y voluntad de la cúpula dirigente provincial socialista, es muy difícil, casi imposible, que no se termine dando paz y consenso a la hora de confeccionar la listas definitivas para las próximas elecciones autonómicas y generales. Y más si estamos en días de fiestas del solsticio de invierno (así denominan la progresía de izquierda estos días), en cristiano fiestas de la natividad y nacimiento de Niño Dios, en los que reina entre los humanos paz, alegría, consenso y amistad. Además el máximo dirigente del socialismo onubense, Javier Barrero, se vanagloriaba, y con razón, de que el debate que se ha dado estos días entre las distintas agrupaciones locales genera mayor cohesión y dinamismo al mismo partido porque es un signo manifiesto de su activa participación interna en consonancia, manifestó, con lo que hace otro partido, como es el PP, en el que todo se decide (en palabras suyas) en las alturas y por unos pocos. Y añado de cosecha propia: cuando no, en una cacería de conejo…
Pero vamos a lo que vamos que es tiempo de paz y amistad. Los socialistas han logrado el doble efecto de trasmitir participación, discrepancias, ambición política (que es muy legítimo y hasta exigible a quien quiera ejercer en la vida pública) y al final consenso, mucho consenso, y hasta aplausos mutuos de gratitud con todos sonrientes y contentos. De puertas para dentro, toda la jugada estaba cantada desde hace semanas y la posición en el tablero del ajedrez político socialista de Mario Jiménez como número uno (jugando a la perfección el papel de desgaste interno y externo que le tienen asignado) no era otra cosa que la manera de taponar al consejero Isaías Pérez Saldaña para que no fuera como número uno y que en última instancia, sin desgaste y como un canto más al papel de la mujer en el seno del PSOE, surgiera la ‘tapada’ de Cinta Castillo para ir como número uno. Es el valor que como decíamos hace unas semanas la cúpula socialista provincial quiere colocar en el próximo gobierno de Manuel Chaves y no era cuestión de quemarla en una lucha contra, precisamente, el consejero saliente Isaías Pérez Saldaña. Me gusta la forma de hacer política interna de estos socialistas de Huelva porque, al menos, te obligan a razonar y seguirle en las jugadas, al contrario que en otros lares donde cada día se siente uno más aburrido y hasta malquerido.
En el mismo son de paz de y amistad terminaron los de Izquierda Unida en Matalascañas y nuestro viejo amigo Diego Valderas ocupando el sitio que nosotros le habíamos aconsejado, que no era otro que como número uno en Huelva para que pueda comprobar, en persona, si la estrategia marcada por él a sus compañeros durante estos años, de muletilla política del socialismo onubense, ha merecido o no la pena. Le queda una campaña dura y ya de entrada ha recibido la buena noticia de Comisiones Obreras de que ésta no estará en la manifestación por la industria que ha convocado UGT con lo cual no será preciso para el dirigente de la coalición meterse en el laberinto de industria sí, industria no, como posiblemente tampoco en los posicionamientos más radicales de la Mesa de la Ría. La candidatura de Izquierda Unida necesita recibir votos de todo el ala izquierda del PSOE y los que se fuguen, también por la izquierda, del campo de juego andalucista y esperar a que en el día electoral la participación no sea muy alta para que el escaño por Huelva, al que aspira Diego Valderas, como último eslabón de su vida política, se ponga más barato, requiera, en suma, menos votos.
Los andalucistas se han unido y como tiene que estar la cosa que ha sido, incluso, antes de estos días de Navidad. Atrás quedaron los de Rojas Marcos y Pedro Pacheco para ahora ser sólo Coalición Andalucista. A los entierros y velatorios es mejor siempre ir juntos, en compañía, que en la soledad de quien le llega la hora de la verdad. Si el PP de Arenas en Andalucía hubiera sido inteligente y sumado los muchos votos andalucistas que de resto, sin sumar escaños, quedarán en las ocho provincias andaluzas, la invitación cursada por debajo de la mesa por algunos dirigentes distinguidos de esta formación, de unir fuerzas en estos momentos, se habría analizado como ésta merecía, una decisión estratégica que la noche del 9 de marzo podría haber sido la llave para quitar a Manuel Chaves su mayoría absoluta en Andalucía, el único objetivo real al que pueden espirar los populares y el mismo Arenas en esta comprometida (para él y su mismo futuro como político) consulta electoral.
Lo que sea, será. Hoy, como decía al principio, estamos en tiempos de paz y consenso y no quisiera cerrar, antes de desear a todos los lectores de EL MUNDO HUELVA NOTICIAS unas felices fiestas, sin volver a insistirle a toda la clase política onubense la necesidad de dialogar más y sumar voluntades. Esta es una provincia pequeña, la que menos lotería por habitante ha jugado de navidad, en términos porcentuales de renta per cápita, de todas las provincias andaluzas y la que más ha sido Almería. Detalles como éste alumbra la verdad cotidiana, de la calle, que no tiene nada que ver con la verdad política, y la del coche oficial y el despacho con sueldo como cargo público, y reitero lo que vengo diciendo desde hace muchos meses. Se acercan tiempos difíciles, de decir y escuchar pocas tonterías, y de ayudar a sacar entre todos la economía provincial adelante por el bien de todas las familias onubenses. Sumando esfuerzos lo haremos más llevadero que con divisiones y trifurcas que a nada conducen. Sería el mejor chistma de Navidad de toda la clase política a la ciudadanía de esta provincia y mi mayor deseo en este día de tranquilidad. Feliz Navidad.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Cuando las malas formas anulan buenas ideas

El ‘son como niños’, en referencia a la clase política que nos gobierna, a estas alturas del partido, empieza a resultar cansino, decadente y triste. Cuando no la dan a la entrada la dan a la salida, pero el resultado es que no hay, al final, una buena idea que pueda ponerse en valor para la provincia de Huelva, en suma, para los intereses generales, que no terminen en bronca, confrontación y criticas de unos contra otros. Si supieran los políticos, de todos los colores y pelajes, lo cansada que está la ciudadanía de estas escenas mediáticas y el daño tan tremendo que para la participación democrática –el día mismo de las elecciones- produce este modelo de ejercicio de la representación pública que se ha terminado por adueñar de las instituciones, posiblemente (es un decir), pues no lo harían. Y es que lo ocurrido con la presentación del proyecto arquitectónico y paisajístico que el Ministerio de Fomento tiene para la futura de estación de AVE en Huelva capital ha superado ya todos los límites de la lógica y la razón, hasta el extremo de que asistimos a un ocupación, apropiación diría yo, de las instituciones por las siglas de un partido con la hipotética finalidad de ‘vender’ acciones de gobierno en tiempos preelectorales, algo que debería hasta estar penado, por el daño que causa al mismo sistema democrático, y afeado y castigado por toda la ciudadanía, sea quien sea el partido, formación política o gobernante que lo ejerza.

Vengo escribiendo, y el lector lo sabe, desde hace muchos meses sobre lo ideal de incorporar en los terrenos del nuevo ensanche de la capital, una vez derribado el muro de renfe en la antigua Avenida Italia, edificios monumentales con la firma de los mejores arquitectos del momento, algo de lo que Huelva carece y que ahora, por la oportunidad que le brinda la concepción de una parte importante de la ciudad en el mismo centro casco urbano y frente a la ría, puede hacerse. Citaba como posibles la futura catedral (a la que Iglesia Diocesana parece mostrarle, al menos hasta ahora, muy poco interés), el Palacio de la Música, el gran centro comercial, puerto deportivo o la misma estación terminal del AVE. Y mira por donde, aleluya, los socialistas tienen la buena ocurrencia, de la mano de la impetuosa Magdalena Alvarez, de tirar de un arquitecto de reconocido prestigio, Santiago Calatrava, y concebir una estación de AVE casi sacada de un cuento de hadas pero que al convertirse en una promesa de gobierno tienen el compromiso ante toda Huelva, como ocurre con los ‘tripuentes’ de Punta Umbría, de convertirla en realidad. Una buena idea, una maravillosa idea, tanto por la forma de diseñar el conjunto de la estación futura como de la proyección de un inmenso rascacielos de 353 metros de altura, algo innovador y singular, terminó este viernes pasado en una trifurca entre socialistas y populares por las formas en que se había montado dicha presentación ante los medios de comunicación, sin el conocimiento previo y preceptivo del Ayuntamiento (como quedó estipulado en el convenio al crearse la Comisión de Seguimiento entre ambas instituciones públicas), buscando acomodo en la Diputación Provincial que es un organismo que no pinta nada en este asunto y dejando relegado al margen al alcalde de Huelva y a todos los miembros de la Corporación Municipal que representa a la ciudadanía de la capital, y todo para que en la foto oficial sólo pudieran estar presente los dirigentes socialistas. Que mira, si el proyecto diseñado por Calatrava fuera como una propuesta socialista y pagada con el dinero y recursos de dichas siglas, pues vale; pero vamos, que todo este montaje se haga con dinero público, de todos los ciudadanos y en la que tienen que participar otras instituciones, es algo inconcebible en estos tiempos de madurez democrática, entre otras muchas razones porque se trata de utilización indebida de fondos públicos para fines partidistas pero también porque ya no hay votante que se deje convencer por pamplinas de este tipo como si estuviéramos en una república bananera o populista bolivariana.

El proyecto de la nueva estación, que ya tendrá que hacerse así porque es una promesa de gobierno en ejercicio, es de tal encanto y riqueza que ensuciarlo con malas formas, mala educación y malos modales por parte de la clase dirigente socialista en la provincia de Huelva ha sido un tremendo error. Y error cometerían ahora también los populares si lo dejan todo en la afrenta y refriega, cuando lo que le viene bien a Huelva y a los ciudadanos capitalinos y de la provincia es que se hagan cosas, y que además las hagan cuanto antes. Como la palabra que le hemos empeñado a Manuel Chaves y Javier Barrero con el ‘tripuente’, anunciado en la campaña pasada de las municipales, que ya han aflorado los euros en el presupuesto del 2008 para que lo que parecía ser un farol más se empiece a hacer, por fin, realidad, que hora era. Quedarse ahora en afear las formas, cuando todo el mundo ya conoce el modo de operar y lo burdo de este modo de hacer campaña electoral, es una tontería. Lo que hay que pedir rápido es mayor información por la vía oficial (la del sello y el registro), el proyecto completo de Calatrava para tramitarlo y que tenga un procedimiento administrativo con urgencia, porque lo mejor que le puede seguir pasando a Huelva es que este tipo de faroles, como en el pócker, cuesten dinero al final de la partida a alguien y que ese dinero venga de unos presupuestos públicos en los que la provincia de Huelva viene siendo marginada, discriminada y olvidada desde hace muchos años. Lo demás, foto electoral incluida, se lo suele llevar el viento y el paso de los días. Las obras, el ‘tripuente’ y esta creativa estaciñon con rascacielos de 353 metros se quedan aquí, en Huelva, para disfrute de todos nosotros.

lunes, 17 de diciembre de 2007

¿Dónde está en el PP el Rato de Huelva?

Veo que el cotarro electoral se anima y eso que estamos en tiempos prenavideños de paz y amistad (hace unos días Javier Barrero y Pedro Rodríguez, en el acto del Día de la Constitución, hasta se miraron a los ojos y se saludaron protocolariamente, que ya es un éxito, es un decir, en democracia). La vedad es que mirando el calendario faltan menos de tres meses para una doble consulta electoral, en Andalucía y en España, y eso se tiene que notar en el ambiente porque nada más pasar Reyes se estarán presentando ya las candidaturas formales de cada formación política a cada comicios. En Huelva se van conociendo algunos nombres pero lo gordo, tanto en el PP como en el PSOE, falta por decidirse. Es más, haciendo recuentos, por ejemplo, entre los populares no acabo de ver los posibles candidatos femeninos para ocupar los puestos dos y cuatro en la lista del Parlamento andaluz ni donde piensan ubicar a José Luís Rodríguez, si en Andalucía o de dos en el Congreso de los Diputados, porque parece ser que desde Lepe, s alcalde, Manuel Andrés, aspira en serio a figurar de tres o cinco en la candidatura del Parlamento andaluz, además de la incógnita de Juan Carlos Lagares, de seguir en el Senado o de entrar en el equipo renovado que Arenas al parecer buscar para su futuro Grupo Parlamentario en Andalucía.
Decidan lo que decidan soy de los que piensan que en esta doble campaña los nombres que figuren en cada lista, hasta encabezando la misma, es lo de menos en estos momentos porque los ciudadanos, las familias, lo que buscan con ansiedad e inquietud es aquel partido, aquella formación política, que le explique bien y razonadamente cómo afrontar a diario la economía familiar, entre una cesta de la compra que seguirá subiendo (el IPC de diciembre puede ser de escándalo, y más cuando el mismo Gobierno recomienda que se consuman conejos en estas fiestas navideñas) y cómo se piensa dinamizar en la provincia la economía después de que parte de su bonanza, como en otros muchos sitios, se haya basado en el auge de la construcción y un poquito del turismo. En esta campaña el PP necesita en Huelva su Rato provincial, que ya lo comentaba yo en otra columna no hace mucho. Dejar estas explicaciones económicas a Pedro Rodríguez, cuando el mismo Ayuntamiento de Huelva está como está, no parece lo más oportuno ni lo más sensato. Fátima Reyes, a la que el partido ha dado ciertas responsabilidades en el área económica en el Congreso de los Diputados, debería de cambiar por estos tres meses su residencia habitual en Huelva, que es donde la necesita el partido si no quiere terminar siendo una candidata cunera pura, y fajarse en un casa por casa y pueblo a pueblo para explicar cómo se pudo da una bonanza económica en los tiempos de gobierno del PP y ahora se termina con el gobierno del PSOE con la despensa casi vacía y las familias españolas y onubenses cada días más asfixiadas. La campaña electoral se va a disputar en este marco de juego, ni tan siquiera las promesas de inversiones futuras, en la que todos gastan mucha saliva, le interesa al personal que piensa ir a votar o a aquellos que quieran quedarse en casa. El problema, y si no que los políticos bajen a la calle por unos días, está donde está y los ciudadanos van a dar su apoyo a quien le ofrezca mayor seguridad en estos momentos, máxime cuando los números económicos que se van a ir dando en los próximos meses (nada más hay que ver la cara de descomposición de Solbes y Calderas en sus últimas comparecencias) irán cada vez a peor y así, como mínimo., hasta pasado el verano del 2008. Y a esto que el Banco Central Europeo, como muchos temen, no tome la decisión, después de conocer otro mal dato de inflación en diciembre, de subir los tipos de interés a la vuelta de las vacaciones de navidad, que entonces el reventón puede ser de ‘aúpa’.
Los socialistas onubenses, ante tan sombrío panorama, van a jugar a dibujar en la provincia un paraíso artificial, como el que anunciaban este sábado de 20.000 viviendas en los próximos diez años (lo que quiere decir, tan sólo, 2.000 cada año toda una proeza en desarrollo, sí señor), y en ese error no pueden caer los populares subastando otras promesas artificiales, llámese AVE, carretera de Extremadura, etc., etc. Lo que hoy decide y decidirá el voto el día 9 de marzo es la seguridad y la confianza que cada partido proyecte a la ciudadanía en el terreno de la economía más doméstica y familiar en base a la realidad diaria que se da en la provincia y en todos los sectores económicos. Por ejemplo, porque será un tema candente en unos días, qué decisión piensa adoptar cada formación política cuando la Dirección General de Costas, en manos del PSOE, le comunique formalmente, en cumplimiento de la sentencia ganada en la Audiencia Nacional, cuanto tiempo le da para seguir vertiendo fosfoyesos en la marisma, si ni un día más o los doce años que pide la empresa para poder reordenar su actividad industrial. En el PP de Huelva alguien tendrá que coger este testigo de portavocía en cuestiones económicas si es que quiere proyectarse como partido serio, sólido y con ideas para gobernar además de unos candidatos que puedan o no caer simpáticos en un momento determinado, modelo que pienso que ya pasó y de ahí mucho de los males endémicos que vienen arrastrando los populares en la provincia antes el propio desconocimiento que el mismo Arenas parece tener de lo que en verdad interesa hoy entre la ciudadanía onubense, y eso que me consta de que en un reciente encuentro privado con empresarios de a pie andaluces algún que otro representante de empresas de Huelva le ha hablado bastante claro. En esta campaña, los populares, si quieren sumar en Huelva el cuarto diputado andaluz y ponerles a los socialistas la mayoría absoluta en Andalucía difícil, necesitan mucho más que el tirón electoral clásico de Pedro Rodríguez.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Valderas animará la campaña en Huelva

Tal vez porque no tenía otras salidas honrosas, al menos, en esta ocasión, se ha mostrado como un político inteligente y práctico. Forzar ir en Sevilla, para asegurarse el escaño que con toda seguridad da siempre esta provincia a Izquierda Unida, era enfrentarse abiertamente con toda la organización y las bases de esta coalición en dicho territorio y aceptar volver a Huelva, donde lo tiene difícil para poder sentarse en el Parlamento andaluz, suponía celebrar una asamblea regional en son de paz, hasta con sonrisas en el rostro para ser captada por los compañeros gráficos, y algo también muy importante mantener su cabeza de cartel como candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía frente a Manuel Chaves, Javier Arenas y Julián Alvarez, lo que le garantiza un seguimiento mediático preferente a lo largo de la campaña electoral.

Y una cosa también muy importante y que Diego Valderas conoce, a tenor de los sondeos que se hacen y de los que se filtran a los medios de comunicación sólo aquello que interesa a cada cual, el PSOE tiene su mayoría absoluta colgada de un hilo y en claro descenso en línea con el aumento de inflación y de las cifras de desempleados. El escaño de Huelva, que Izquierda Unida, lo puede alcanzar sumando unos pocos cientos de votos nada más a los que tradicionalmente ya tiene, puede resultar a noche electoral decisivo para un nuevo mapa político en Andalucía. Toda la estrategia de los últimos ocho años de la coalición de Izquierda Unida, cortando todos los vínculos con los populares, se ha basado en acercar posturas con el PSOE, vía Ayuntamiento, y desde el 2004 como sostén parlamentario del Gobierno de Rodríguez Zapatero, para que un aumento de presencia institucional le permita gobernar en coalición con los socialistas. Y uno de los gobiernos autonómicos marcados por la coalición como prioritarios es el de Andalucía, para lo cual es necesario que el PSOE pierda su holgada mayoría absoluta y que, además, no pueda contar con los andalucistas nunca como complemento, como ya pasó en legislaturas anteriores. La caída del Partido Andalucista, aunque ahora cuente con la suma del PSA de Pedro Pacheco, en lo que han dado en llamar Coalición Andalucistas, es una de las pocas cosas en que todas las encuestas coinciden, por lo que lo único que le queda a Izquierda Unida ahora es que los socialistas sigan bajando y necesiten de sus apoyos parlamentarios para gobernar. Para que esto sea posible, la coalición que ya lidera de manera formal Diego Valderas requiere sumar diputados autonómicos en todas las provincias, incluida Huelva, porque precisamente aquí es donde los socialistas lograron los mejores resultados de toda Andalucía y se alzaron, nada más y nada menos, de siete de los once parlamentarios que estaban en juego.

En el aire, por tanto, estará en Huelva, ya de entrada, el escaño que con toda seguridad perderán los andalucistas. Un diputado que, como mínimo, debe caer para los populares porque lo del 2004, quedándose tan sólo con tres de once representantes, fue excepcional y por las circunstancias que se dieron con el atentado de Madrid. Subir a cuatro es, por tanto, lo razonable y lo que todos en el PP esperan. Ahora bien, si la única incidencia electoral de la noche del 9 de marzo es ésta, pues mal vamos porque los socialistas seguirían con otros siete diputados por Huelva y, con toda seguridad, con otra amplia mayoría en la cámara andaluza. Cualquier opción de la coalición de Izquierda Unida para gobernar con los socialistas pasa por arrebatarle ese séptimo escaño en la provincia de Huelva y ese objetivo, como razonábamos en un anterior artículo en esta esquina de página, le corresponde asumirlo como propio a Diego Valderas porque él ha sido el que ha doblegado a su militancia en Bollullos y en Valverde, principalmente, a aguantar cosas que tienen difícil explicación. Me apena, por ello, que uno de los perjudicados del paso dado por el dirigente bollullero sea su compañero de localidad y amigo, Francisco Javier Camacho, porque al pasar como segundo en la lista por Huelva sus opciones de sentarse en el Parlamento andaluz son ya muy remotas.

Bienvenido sea, pues, el señor Valderas a Huelva otra vez. Era lo lógico y así se lo decíamos hace unos días y pensamos que con su presencia gana la campaña electoral porque vamos a tener a un peso pesado de la política regional, con amplio seguimiento mediático esos días, pronunciándose sobre cuestiones que afectan a la provincia. Ya nos contará, por ejemplo, si acompaña a sus compañeros de Comisiones Obreras con UGT en la manifestación por la industria o a los de la Mesa por la ría en otra garbanzada para que las empresas cierren, como otros muchos asuntos de actualidad rabiosa en los que la coalición que representa anda navegando en dos aguas y a veces contradictorias. Y nos queda, por último, que los socialistas se decidan por el cabeza de lista de las autonómicas. Isaías Pérez Saldaña se lo está gastando en papel impreso, de eso no hay duda cada día cuando se ojean los periódicos, pero en el PSOE de Huelva manda quien manda y Cinta Castillo es la preferida del aparato y a la que quieren hacer consejera en el cupo que en el Gobierno Chaves corresponde a Huelva.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El consejero por Huelva en el Gobierno Chaves

Anda Isaías Pérez Saldaña, después de varias legislaturas figurando como el consejero por Huelva en los distintos gobiernos de Chaves, teniendo que pegar codazos para que el ‘aparato’ que maneja a su antojo las decisiones dentro del socialismo onubense le permita seguir en política, bien como parlamentario andaluz o, en el peor de los casos, como senador por designación de la cámara autonómica. Dinero público le está costando que su foto aparezca en las páginas que se editan en Huelva a fin de que, al menos, sus incondicionales se fijen en que su persona, con una amplia trayectoria política, no puede ser excluida como quisiera más de uno, algo que no resulta suficiente por la amplia capacidad que tiene Javier Barrero y su guardia pretoriana en todas las tomas de decisiones que afectan a Huelva porque detrás de ellos, no sabemos si por méritos propios o desméritos de los contrarios (que parte de esto también hay), hay unos buenos resultados electorales y muchas, muchísimas, colocaciones de casi todos los miembros que componen el Comité Provincial en los múltiples cargos de casi todas las administraciones públicas que manejan en la provincia.
Con Isaías Pérez Saldaña, primero en la consejería de Asuntos Sociales y luego en la de Agricultura y Pesca, Manuel Chaves ha cubierto con relativa facilidad el cupo de consejero –uno, como mínimo- que corresponde a la provincia de Huelva en sus distintos gobiernos. Quién será el sustituto o sustituta es la pregunta que nos hacemos mucho porque la elección no será fácil y más, si como todo indica, los dirigentes socialistas onubenses se alzan con otra aplastante victoria en las próximas elecciones generales y autonómicas, objetivo para el que trabajan a tope desde muchas semanas mientras los contrarios andan todavía jugando a las apariencias justificadas por cuatro ruedas de prensa, algunos a destiempo, como la que han protagonizado esta última semana para explicar sus supuestas enmiendas presupuestarias o dos visitas rutinarias para hacerse la foto con la que justificar una nota informativa.
Manuel Chaves siempre ha querido mostrar tanto para el interior como para el exterior de su partido que, pese al aval con que se presentan siempre los dirigentes de Huelva, él tiene libertad absoluta para decidir quien ocupa puesto en el Consejo de Gobierno, no así luego en las designaciones de las distintas delegaciones provinciales de las consejerías o en la presidencia relevante del Puerto de Huelva, donde fueron a por García Arreciado y terminaron por llevárselo por delante. La amplia trayectoria de este político, por cierto, le ha permitido recuperar y ganar enteros en el seno de su partido, a nivel nacional y de gobierno, como delegado del Gobierno en la comunidad autónoma de Ceuta.
Aspiraciones como consejero tiene desde hace mucho tiempo dos figuras del entorno de Javier Barrero, por un lado la impetuosa Cinta Castillo, a la que no vemos por mucho tiempo haciendo el papel de ‘mala’ en el Ayuntamiento de Huelva, y José Juan Díaz Trillo. En el equipo de Isaías Pérez Saldaña hay otros cargos públicos que pudieran optar, como ha ganado peso y experiencia, en la consejería de Cultura, la misma Guadalupe Ruiz. Pero en estas decisiones Manuel Chaves siempre resulta muy imprevisible y con una tónica mostrada durante los 17 años que lleva haciendo gobiernos: que mantiene la confianza de los elegidos por muchas presiones que pueda recibir desde los ocho reinos de taifas que componen el socialismo andaluz. Petronila Guerrero, a la que ha tenido en la Ejecutiva Regional llevando, nada más y nada menos, que los secretos financieros del partido, podrá haber sido esa persona preseleccionada para ocupar puesto en el Consejo de Gobierno pero la necesidad de dar un giro en la Diputación ante la presumible renovación –por pura inercia- dentro de la cúpula directiva del PSOE de Huelva la ha obligado a sentarse al frente de la institución provincial para poder controlar los movimientos partidistas en los pueblos.
La configuración de las listas definitivas del PSOE de Huelva que en unos días se darán a conocer con el sello figurado de un proceso de validación interna súper participativa, no desvelarán las intenciones finales de Manuel Chaves, que suele dejar esta toma de decisión para los días previos a su toma de posesión después del voto de investidura en el Parlamento andaluz. También hay que considerar si de nuevo los socialistas logran la mayoría absoluta para gobernar en solitario en Andalucía o si tienen que verse obligado a pactar con la coalición de Izquierda Unida, lo cual reduciría el número de consejerías a repartir por provincias y, por supuesto, el mismo perfil elegido para ser consejero porque la experiencia será un grado que el mismo Chaves se verá obligado a exigir para contar con un equipo más seguro al tener que compartir decisiones y nombramientos con una formación tan particular, dividida y especial como es Izquierda Unida en Andalucía. Los resultados electorales mostrarán en pocos meses la fortaleza y poder del núcleo de poder que comanda en el socialismo onubense desde hace años y que sólo en las elecciones del 2003 y en las generales y autonómicas del 2000 vio peligrar la situación privilegiada que durante más de veinticinco años ostenta en la provincia de Huelva. Tendrán muchos fallos y defectos, en especial al carácter sectario que imprimen a muchas de sus actuaciones, pero nadie puede discutirle que trabajan a conciencia cada consulta electoral, tal vez porque saben que en ello le va todo el poder del que gozan y disfrutan.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Políticos de espaldas a la realidad diaria

He rebuscado en la hemeroteca y nunca, nunca, se había producido una respuesta tan minoritaria de la ciudadanía a una convocatoria formulada desde toda la clase política, sindicatos y organizaciones empresariales como la que se ha dado hace unos días, en Madrid, tras el atentado terrorista que le ha costado la vida a dos jóvenes guardias civiles. Los periódicos sitúan la asistencia media entre cuatro y seis mil personas, cifra muy distinta a la que se dio cita semanas antes en la misma capital de España ante una cita promovida por la Asociación de Víctima del Terrorismo (ATV) y en la que los manifestantes se contaban por muchos cientos de miles. No sé si lo ocurrido, insisto, sin precedente en toda la historia de la democracia española, ha hecho reflexionar a la clase política en general porque no hay duda alguna de que se ha abierto una brecha importante entre lo que piensa y hace la ciudadanía y lo que hacen y dicen los políticos, pues no es la condena unánime al terrorismo lo que ha cambiado, en unos días, entre ambas convocatorias. Los ciudadanos, por razones que deberían de ser analizadas, no comulgan con muchas de las actitudes de la clase política española y optaron esta semana por no acompañarles en la calle y dejarlo, como quien dice, más solas que la una porque sólo con los escoltas y asesores que acompañaban a los políticos ya se cubrían las cuatro o seis mil personas de las que se ha escrito como únicos asistentes. Un palo en toda regla, que no existe antecedentes ni que creo que nadie pudiera predecir.
¿Por qué ocurre esta disfunción entre políticos y ciudadanía? Tengo la impresión, por lo que hablo con muchas personas de a pie, que las inquietudes y temáticas que interesan y de la que discuten los políticos a diario en los medios de comunicación andan muy alejadas, alejadísimas diría yo, de la que tienen, sienten y padecen los ciudadanos, las familias españolas y onubenses. Basta con repasar estos días las reacciones que se han producido ante lo que ya anunciábamos la semana pasada, en esta misma esquina de página, que las cifras del paro se iban a incrementar notablemente en la provincia con respecto al mismo mes del año anterior, como pensamos que seguirán ocurriendo de forma constante, desgraciadamente, en las próximas estadísticas. O lo que se ha dicho y analizado para la economía onubense del dato supernegativo de la inflación por encima del cuatro por ciento que arrojó el mes de noviembre y que también se repetirá en este mismo mes de diciembre. No se habla nada, no se plantea nada, es más, y eso sí que me preocupa todavía más, sindicatos y organizaciones empresariales de Huelva siguen sin reaccionar y hemos tenido que ver como el presidente de AIQB, Gerardo Rojas, se tiene que machar a Sevilla a ofrecer una rueda de prensa para alertar de la inseguridad jurídica que rodea su actividad en la provincia de Huelva, tal vez como el último recurso para que su voz llegue con más facilidad, por lo menos sí con más cercanía, a los despachos oficiales principales de la Junta de Andalucía porque lo que es aquí, en nuestra provincia, la delegada provincial de su ramo no sabe más allá de jugar con proyectitos empresariales o iniciativas de supuestos I+D+I, aparte de ferias de juguetes con ordenadores (estoy seguro, además, que desconoce la empresa onubense que más negocios ha generado desde un dominio web y más clientes y visitas tiene en sus páginas a diario, empresa a la que además el fondo de capital riesgo de su consejería le ha denegado apoyo inversor porque consideraba la actividad como no ‘estratégica’ y eso que da empleo todos los meses a más de cien personas).
Cada vez más me percato de este alejamiento entre el mundo oficial y la calle, un divorcio que puede deparar, como ya paso en las pasadas elecciones, una elevada abstención en la cita electoral del 9 de marzo, en autonómicas y generales. He venido escribiendo mucho las últimas semanas de la situación económica de la provincia porque considero que se hace urgente atajar la sangría de empleo que se ha producido y la que se va a producir y porque, además, lo malo de una crisis económica no es que llegue, porque entrar muchas veces por factores externos, sino que no sepamos ni tengamos claro como atajar sus efectos. Y en Huelva lo que se viene diciendo, que es poco, de su clase dirigente está tan alejado de la realidad social que cada día me produce más temor y preocupación. Fíjense ustedes que desde el mes de mayo hemos venido aumentando, mes a mes, y siempre de manera creciente, en cerca de 3.000 el número de trabajadores en paro, un 10% en cifras totales, y en esta provincia nadie se inmuta, es más se tiene puesto el cerco sobre tres empresas del sector químico para que las tres puedan caer de una sola vez y todo parece muy normal. O veo como el secretario provincial de organización empresarial de la construcción se reúne con autoridades senegalesas para regular el flujo migratorio para su sector (a lo mejor porque sus empresarios ven mejor que otros el resurgir inmediato de las ventas de pisos) cuando ya tenemos a más de 4.661 trabajadores de la construcción en el paro y 1381 de los desempleados en general son extranjeros, y eso que no están contados los muchos inmigrantes irregulares que nos trasladan desde Canarias y que andan deambulando, desorientados y olvidados por las calles de muchos pueblos de la provincia. Juro, por todo ello, que no entiendo nada. Y me sigo manteniendo en mis impresiones de la calle, lo que viene no pinta nada bien y Huelva, mucho me temo, que tiene una clase dirigente, que vive muy bien y de espaldas a la realidad, e incapaz de movilizar los recursos para afrontar esta crisis y tal vez por ello seremos de la provincia más castigada por los efectos de un mal momento económico. El tiempo nos lo dirá.

lunes, 3 de diciembre de 2007

La IU de Diego Valderas le reclama en Huelva

Aunque en las elecciones autonómicas y legislativas del 2004, como consecuencia del brutal atentado de Madrid, jugaron muchos factores, no es normal lo ocurrido con Izquierda Unida, que su candidato a la Presidencia de la Junta y cabeza de cartel, que iba primero en la lista por Huelva, no fuera capaz de sacar ni tan siquiera su escaño en el Parlamento andaluz. Fue un duro golpe para Diego Valderas y que a otro político, con otras sensibilidades, ética y compromiso, le hubiera obligado a marcharse, por pura decencia, a su casa. Escardado como está de aquel traspiés, el dirigente comunista bollullero busca a la desesperada que una provincia le asegura cuando menos el escaño en la próxima cita electoral, máxime cuando una pérdida de la mayoría absoluta por parte del PSOE le podría devolver, cuando menos, a ocupar la Presidencia del Parlamento, cargo en el se sentó hace años muy a gusto y al que parece haberle cogido cierto apego. Y por eso no quiere ir por Huelva, donde la cosa se presenta ajustada, sino que lo ha intentado, con un rechazo mayoritario de la militancia, por la provincia de Sevilla en la que las encuestas parecen dar un mejor resultado.
A expensas de lo que ocurra en la Asamblea Regional de Izquierda Unida, convocada para mediados de diciembre en Matalascañas, Diego Valderas debería ser consciente de que es, precisamente, en Huelva donde su formación más lo necesita ahora para asegurarse ese escaño que los socialistas, o el andalucismo de Miguel Romero, le birló en las pasadas elecciones. Toda la estrategia de estos últimos años de la coalición en la provincia de Huelva, desde las elecciones municipales del 2003, han venido marcadas por la línea marcada desde la ejecutiva regional y las directrices muy personales del mismo Diego Valderas de convertir a Izquierda Unida en la muletilla de apoyo de los socialistas hayan donde lo requieran para no mezclarse en nada con los votos o los apoyos de los populares en ningún municipio donde pudieran gobernar. Entregaron por unas migajas de despacho y unos cuantos asesores, y más después de la ‘opa’ que le hicieron en Aracena a su mejor candidato en la provincia, Manuel Guerra, las importantísimas alcaldías de Valverde y Bollullos par del Condado a los socialistas en el 2003, cuando el PSOE más debilitado había quedado. Y lo peor es que lo ha vuelto a hacer ahora, cediendo en Bollullos, cuando otra vez los socialistas le han vuelto a ‘opar’ a su candidato en las anteriores elecciones en Valverde para asegurarse con toda comodidad este notable ayuntamiento de la provincia. Le importó poco el feo de Ayamonte, donde ni se sentaron a hablaron con la coalición y los socialistas prefirieron de inmediato la comodidad de un Partido Andalucista en la deriva, ni parece preocuparle el acoso al que tienen sometido los mismos socialistas al alcalde y grupo municipal de la coalición en Cortegana. Diego Valderas ha defendido, pregonando y mantenido una estrategia de entrega absoluta al PSOE para que nadie le pueda recriminar desde la izquierda ningún pacto o compromiso con los populares y esa línea política es también la que los electores van a examinar en la cita del próximo 9 de marzo. Huelva le ha sido al dirigente regional de Izquierda Unida muy leal, disciplinada y no digamos de la resignación que muestran muchos miembros de la agrupación de Bollullos y debe servir, a cambio, la entrega y el empuje que toda candidatura en la que figura el número uno a la Presidencia de la Junta tiene. Desde mayores apoyos en soportes publicitarios para la campaña hasta una mayor atención del interés informativo. Izquierda Unida se va a jugar el escaño, y ellos lo saben, por un puñado de votos otra vez y si en el 2004 no salió, porque fue una consulta excepcional por el atentado, ahora presencia de Valderas en las listas por Huelva puede resultar decisiva. Se la juega Diego Valderas, es cierto, porque puede quedarse otra vez fuera y tiene que irse para casa de una manera forzada, pero también se la juega la misma coalición porque un escaño arriba o abajo en el cómputo regional puede ser la noche del 9 de marzo el que los socialistas vuelvan a seguir en Andalucía de paseo triunfal o que tenga que pactar con la coalición para formar gobierno.Las reacciones que exhibe Diego Valderas cuando se le menciona la posibilidad de que pueda ir como cabeza de lista por Huelva es la de un ‘candidato a palos’, forzado, y pensamos que se equivoca porque es ahora cuando más que nunca su compañeros le necesitan y de él mismo, sino hubiera sido tan medroso, debería haber salido asumir la responsabilidad de tirar de los votos en su provincia de origen. Todavía está a tiempo de rectificar y acudir a la convocatoria de la Asamblea Regional en Matalascañas como el dirigente comprometido que conocíamos y como quien anda asustado al búsqueda del mejor refugio antes de la retirada de la política, su oficio de casi toda la vida.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Demasiada deuda en las administraciones locales

Hay cosas que se ven venir y, a veces, aunque a uno no le gusta ir de ‘aguafiestas’, hay que asomarse a la cita con los lectores, desde esta esquina de página de periódico, con la responsabilidad de escribir en conciencia lo que uno piensa, guste a unos o disguste a otros. Por ejemplo, la semana pasada aventuraba en esta misma columna, al comentar la situación de la economía provincial, que la inflación se iba a disparar por encima del 4% y así, al final ha sido, que hemos alcanzado un terrible como amenazador 4,1% para la economía y disponibilidad monetaria mensual de muchas familias onubenses. Ahora vendrán las cifras del paro en unos días y lo más seguro, por la lógica del proceso económico que vivimos, es que aumente el paro con respecto al mismo mes del año anterior y así, sucesivamente, se irán produciendo cifras malas, en el terreno económico hasta que el Banco Central Europeo decida, si es que puede, empezar a reducir el precio del dinero. Dato, que a tenor de la tasa de inflación imperante en casi toda la Unión Europea, no veremos hecho realidad hasta muy entrado el segundo trimestre del 2008 y más por la devaluación constante del dólar, que alguien tendrá que frenar algún día en su diferencial con el euro, que por síntomas positivos de nuestra propia economía.
Llegados a estos escenarios de incertidumbre económica la acción dinamizadora de las administraciones públicas, en todos sus ámbitos, se hace absolutamente necesario para provocar la reactivación de nuevo de todo el engranaje. En Huelva, aparte de la miseria inversora que nos van a aprobar en los Presupuestos Generales del Estado y que la, por último, cierre el Parlamento andaluz, poco se puede esperar de las administraciones locales, ayuntamientos de la capital y de todos los pueblos de la provincia, además de la Diputación. Ya hemos visto esta semana, con el debate y aprobación de los Presupuestos capitalinos, como se encuentra el consistorio onubense, con una deuda reconocida públicamente, en el transcurso del pleno, por el concejal responsable de la materia, Juan Carlos Adame, de unos 240 o 250 millones de euros, en palabras suyas textuales y ante las preguntas inquisidoras de la oposición. Si los diputados populares en la oposición en el organismo provincial actúan con la misma eficacia y persistencia, la deuda que tendrá que reconocer Petronila Guerrero en la Diputación tendrá que ir más o menos por las mismas cifras, sino más. Y así podríamos ir sumando millones de euros si repasamos el estado real de las cuentas de casi todos los ayuntamientos de la provincia, gobierne quien gobierne. El montante global, ahora que se lleva tanto el comparativo de números macroeconómicos entre territorios, sería escalofriante en comparación con el resto de provincias. ¿Cabe esperar, pues, ante tan dramático panorama de endeudamiento alguna ayuda desde las administraciones locales a la reactivación económica onubense en los próximos meses? Todo lo contrario, este endeudamiento público, que es responsabilidad de toda la clase gobernante por igual y que viene desde hace años, lo están soportando muchas empresas de Huelva, a las que mayor castigo e injusticia tributaria se les ha obligado a adelantar a las arcas de Hacienda un IVA de facturas que todavía no se han cobrado y que en la mayoría de los casos datan de muchos años atrás.
Es cierto que el problema de financiación de los ayuntamientos y diputaciones es un problema estructural ya que han venido asumiendo competencias que no le corresponde en derecho y para las que no reciben ningún tipo de ingresos ni desde el Gobierno central ni del autonómico. Los alcaldes y presidentes de organismos provinciales tendrían que haberse rebelado contra esta situación hace muchos años reclamando, como han hecho las autonomías, la descentralización y transferencias de muchos impuestos a fin de poder soportar la carga pero no lo han hecho ni, posiblemente., lo harán por la dependencia que existe de sus representantes regionales y nacionales de los partidos que ejercen el poder en las administraciones de superior rango. Un signo alentador ha sido en estos días la reacción de los municipios de menos de 10.000 habitantes contra las limitaciones que le imponía el POTA y que le estrangulaba entradas de dinero desde el lado del urbanismo, que ha sido el recurso utilizado a la postre por todos para salir de la declaración de quiebra o insolvencia municipal.
No creo que las empresas que soportan las deudas municipales y de la diputación, ante la que se avecina, vayan a aguantar mucho como hasta ahora y explicar a estas alturas de dónde vienen los males, como he hecho yo en los párrafos anteriores, ayudará también bien poco a salvar el día. Los gobernantes tienen que ganar elecciones y ello les obliga a asumir compromisos y aceptar determinadas cargas sociales, ahora bien no es buen gobernante quien sólo se limita a dar saludos y decidir a todo que sí porque, tarde o temprano, la bola de nieve que se va creando con el incremento de la deuda termina por estallar. Los buenos gobernantes son los que buscan soluciones a los problemas, dan la cara y afrontan, si es necesario, el desgaste de tener que decir que no, que no se puede porque no hay más dinero, ante las peticiones y demanda de servicios que le llegan. Cuando no hay dinero, y se debe (con el incremento diario de la carga financiera por los intereses que ella misma genera) y mucho, como en el caso de todos los ayuntamientos y de la Diputación de Huelva, hay que tomar decisiones de saneamiento valiente, que puede ser duras en un principio pero que a la larga se agradecerán.. O se suben los impuestos o se bajan los gastos; o se privatizan empresas para aflorar ingresos o se privatizan servicios que se paguen por su uso. Aparte, por supuesto, de cuando menos exigir del funcionariado máxima eficacia en el control y gestión de cuanto se deba recaudar. Entramos en año electoral y ahora la clase gobernante usa la táctica de avestruz, ya ha ocurrido en el Ayuntamiento de la capital y veremos lo mismo en la Diputación (si cuanto menos los diputados que están en la oposición son capaces de levantar las alfombras como se tienen que levantar para que conozcamos la verdad), si bien pasado el verano, por la misma lógica de la situación de la economía provincial, tendrán todos que ponerse a buscar soluciones porque desde el mundo de la empresa la presión que les llegará será asfixiante y agobiante. No pueden unos vivir tan bien y otros que vivamos tan mal.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Huelva tiene que acercarse también al Alentejo portugués

Las relaciones de nuestra provincia con los vecinos portugueses pasa por momentos de una estrecha vinculación a etapas en la que seguimos siendo unos perfectos desconocidos unos para otros, pese a que las buenísimas conexiones por autovía desde Huelva, por la frontera de Ayamonte, hasta tierras gallegas han creado un nuevo pasillo de transporte que une todo el frente atlántico peninsular de norte a sur como una vía alternativa a la denominada y todavía inacabada Ruta de la Plata, desde Sevilla a Asturias, y conecta, sin atravesar ningún sólo semáforo, a Andalucía con Galicia en poco más de seis horas. Recuerdo que las posibilidades económicas que entrañaba este arco atlántico para el desarrollo de la provincia de Huelva lo descubrí hace unos años leyendo algunos de los documentos que se elaboraron por los redactores del archivado Plan Estratégico de la capital en el transcurso del primer mandato municipal de Pedro Rodríguez, allá por los finales de los noventa. Ahora, cuando transito en la cada día más colapsada autovía de Huelva a Sevilla, me viene a la memoria muchos de los análisis de este plan al contemplar en los camiones con mercancías distintivos de empresas ubicadas en Oporto, La Coruña o Braga. Estoy convencido de que el futuro Centro de Transportes, diseñado en el Parque Empresarial, siempre y cuando le abran una conexión directa con la autovía, de la que ahora se carece hasta para entrar directamente en Huelva capital, se beneficiará de este importante flujo económico que las conexiones por Portugal con el norte de España nos han abierto.
Pero quería escribir del Alentejo portugués hoy porque pienso que nuestra provincia no ha sabido todavía descubrir el importante foco de desarrollo, sobre la base de la inmensa construcción de la presa de Alqueva que han sacado adelante los gobiernos lusos en los últimos años, y eso que este territorio linda también con una franja importante de municipios onubenses que van desde el perdido y encantador pueblo de Encinasola hasta Paymogo en tierras andevaleñas. Lazos comerciales, políticos, empresariales y culturales se han abierto con el Algarve desde Huelva e incluso hace unos días se presentaba en el Ayuntamiento de la capital una guía empresarial para actividades en ambos lados por parte del concejal de Economía y Empleo, Juan Carlos Adame, pero no ocurre lo mismo con la zona del Alentejo, que es una perfecta desconocida pese a que también nos une, además de la línea fronteriza descrita, el agua y el cauce del río Guadiana.
Ha sido precisamente este río, merced a la discutida en su día Presa de Alqueva, la que ha venido a traer prosperidad y riqueza a todo el Alentejo al ponerse en regadío, con la ayuda del Gobierno del vecino país, miles de hectáreas de dehesa y generarse en torno a los mil kilómetros que tiene de playa fluvial la gigantesca presa nuevas actividades de turismo rural de ocio. No sé si en cuanto a capacidad las presas construidas en el mismo cauce del río Guadiana, a su paso por el Andévalo, pueden compararse con la de Alqueva que como decía antes es para visitarla porque se trata de un lago artificial impresionante en una zona antes muy deprimida pero de lo que no tengo ninguna duda es de que los aprovechamientos logrados en la parte portuguesa no tienen nada que ver con los que todavía tenemos aquí. Es más hace unos días, capital inversor de Andalucía ponía en regadío más de 500 hectáreas de olivar gracias al agua embalsada y todo el viñedo de esta zona portuguesa, en el que bien podría mirarse el Condado de Huelva y su cada día más adormecida Denominación de Origen, es ya prácticamente de regadío y con variedades diversas tanto de vino blanco como de tinto de crianza.
Cuando se haga el puente de Paymogo, obra que pese a las irregularidades que haya podido tener en su puesta en marcha es muy acertada, tanto el Andévalo como la Sierra de Huelva, por la entrada de Rosal de la Frontera, tienen abiertas dos vías de conexión importante con el Alentejo portugués y si en su día se abrieron líneas de colaboración entre Huelva y el Algarve en muchos terrenos lo mismo debería irse trabajando ya desde los mismos campos, empresariales, institucionales, culturales y hasta universitarios con el Alentejo. Nos une el río Guadiana, cuyas aguas en gran medida se han quedado retenidas para su aprovechamiento del lado portugués con esta impresionante Presa de Alqueva, y creo que también nos une otras muchas actividades económicas que hay que explorar y en las que creo que los portugueses tienen mucho que aportarnos que nosotros a ellos. Liderar este acercamiento le corresponde a la Diputación Provincial y las organizaciones empresariales, buen empiezo podría ser intercambiar experiencias en cuanto, por ejemplo, a los vinos y su comercialización, ya que en esto nos llevan muchos años de adelanto y, sobre todo, una leyenda y una personalidad propia de la que sigue careciendo, pese a los millones de euros que le inyecta la Junta de Andalucía, todo lo que se cobija bajo la Denominación de Origen Vinos del Condado de Huelva. Recorrido, insisto, hay y mucho entre Huelva y el Alentejo y bueno sería acercarse para comprobarlo. Nos llevaremos una grata sorpresa.

domingo, 25 de noviembre de 2007

El futuro de la economía onubense entra en campaña

No quisiera pecar de reiterativo, de fin de semana en fin de semana, escribiendo en torno a las mismas cuestiones pero en casi todos los círculos, a pie de calle, lo único que escucho últimamente es la gran preocupación de muchas personas por el futuro de la economía, que en el caso del territorio donde nos movemos, no es otro que el futuro de la economía onubense. La reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hecha pública, en esta semana vuelve a señalar al paro como el problema que más inquieta y preocupa a la sociedad española, algo que no encaja muy bien con las cifras reales que se ofrecen por el Gobierno cada mes porque no son las de ahora, precisamente, las peores estadísticas de desempleo conocidas y eso nos hace pensar que lo evidencian los encuestados es más la incertidumbre sobre el futuro y un pesimismo cada vez más alto en cuanto a las perspectivas del mercado laboral en los próximos meses. Esta sensación la percibo, y lo vengo escribiendo, desde los principios del pasado verano y han ido subiendo en intensidad en las últimas semanas, en clara contradicción con los mensajes optimistas que se quieren emitir desde los gobernantes socialistas metidos ya en campaña y en Huelva haciendo visitas, casa por casa, para explicar la política con Z de Zapatero. Espero, por cierto, que sepan contestar cómo es posible que el vicepresidente del Gobierno, Solbes, diseñara el presupuesto del 2007 que termina sobre la hipótesis del barril de crudo a 34 dólares y ya nos estemos acercando a los 100, y en meses lo veremos en torno a los 120, porque la inflación galopa desbordada en torno al 4% y todo esto sí que tiene una repercusión directa en el bienestar y estabilidad de miles de familias.
Ante esta situación, que no nos gusta un pelo, requeriría yo, en especial del PSOE, como partido con clara hegemonía gobernante en esta provincia, que nos dijera por dónde piensa ir en el futuro, antes de que las cifras del paro se vuelvan a disparar en Huelva. Al menos, Javier Barrero, como secretario provincial de los socialistas onubenses, aprovechando un encuentro montado, con la presencia de empresarios de la construcción, para hablar de la vivienda, ha querido alumbrarnos sobre lo que, según este partido, deberán ser los referentes económicos de la provincia y citó textualmente sus palabras: “turismo sostenible, conservación del medio ambiente, la minería como un recurso que vuelve a ser viable (primera vez, por cierto, que le escuchamos ya hablar de este sector), la producción agrícola y los avances en I+D+I (algo que yo, en fin, no veo por ninguna parte, salvo en los juguetitos que monta la Consejería de Innovación en Huelva para que su flamante delegada se entretenga un poco y se coloque a algún ‘compañero’ más del partido)”. Nada, alerta pues en los despachos empresariales, de la industria como sector de vanguardia en la economía provincial, lo que ya también habíamos venido avisando en otro artículos hace más de un mes, que los socialistas tenían tomada la decisión estratégica, por mucho Luciano Gómez que cabalgue en solitario, de dar la espalda a este sector en su diseño económico provincial.
Habría, por supuesto, que objetar y mucho a cuanto desde el socialismo onubense se tiene proyectado –visto lo visto con los pronósticos de Solbes con el precio del crudo para el 2007 sería para echarse ya a temblar en el mundo empresarial- y lo que, al parecer, piensan proponer en sus programas electorales para la cita de generales y autonómicas del 9 de marzo. Lo que no sabemos todavía es dónde y por dónde anda el PP de esta provincia, si es que tiene asumido o no que la situación económica y no otras cuestiones en la que lleva enredados desde hace años con las que van a decidir muchos votos en esta cita electoral. En teoría, aunque resida familiarmente en Madrid, entre los diputados nacionales en representación de esta provincia, los populares cuentan con Fátima Báñez como mujer experta en los temas económicos pues no en balde tiene un papel importante en la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados. Falta que hable y que hable en Huelva, la provincia a la que debe representar, y explique ante los onubenses el modelo de su partido para gestionar, si gobierna, el futuro de la economía provincial. No se trata de hacer política de salón, apareciendo en la foto cuando viajan los dirigentes regionales o nacionales, sino de profundizar en la misma sociedad para hacerse, cuando menos, notar y que las propuestas puedan ser tenidas en cuenta. Es que no sabemos todavía cuáles son las ideas de esta formación política, ni tan siquiera nos consta mediáticamente que en su seno se hayan mantenido reuniones de trabajo, con o sin interlocutores sociales y empresariales, para conocer la situación de cada uno de los sectores de la provincia. A los socialistas, con su visión, posiblemente equivocadísima, sí los vemos, pero es que los populares andan como desaparecidos, como esperando que los votos les caigan solitos del cielo por la desesperación de los muchos errores de bulto que comete el Gobierno de Zapatero y que nos reflejan los medios de comunicación. Y, claro, así les va que no acaban de sacar rédito del desgaste del contrario porque no trabajan ante el electorado su propia opción como partido de gobierno con las soluciones ante los problemas reales de ala ciudadanía. Necesitamos, hasta por el propio bien del equilibrio de sistema democrático en esta provincia, que los populares despierten del letargo y entren en campaña y eso, en las circunstancias actuales, es que nos oferte su modelo de economía provincial. Le seguimos esperando.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Proyectos de aeropuertos a la espera de inversores

Llevamos ya cuatro años –que se dice pronto- hablando y hablando de la construcción del necesario aeropuerto para la provincia de Huelva y en los últimos meses, como por arte de magia, ya no tenemos uno en marcha sino hasta dos. Que ya es ambición. Y lo que le falta a los dos, para no engañarnos mucho, es el dinero, los euros, que lo haga posible porque las administraciones competentes, en especial el Ministerio de Fomento, que son las que tienen que acometer la inversión como infraestructura de interés público que es, no la tienen contemplada ni ahora ni en el futuro. Esa suerte de que el Estado le pague las obras de un aeropuerto la tienen otras provincias españolas, incluso con menos potencial turístico que Huelva, pero no nosotros, aquí –como por lo visto sobra el dinero en el ámbito privado- lo tenemos que sacar de aquellos empresarios que estén dispuestos a arriesgar en dicho la explotación y gestión de este negocio aeroportuario.
La presidente de la Diputación, Petronila Guerrero, ha querido aprovechar el acto institucional del ‘Día de la Provincia’ para reafirmar su voluntad son seriedad y rigor en dicho proyecto, comprometiéndose a no hacer nada que lo ponga en peligro ya que lo considera una infraestructura estratégica para la provincia de Huelva. Su mensaje político parece ir más encaminado a dejar claro que el único proyecto de aeropuerto viable es el impulsado por la sociedad formada por la institución provincial la Cámara de Comercio y no el que tienen autorizado la empresa ‘Agrícola del Pintado’, por parte del propio Ministerio de Fomento, en el enclave formado por os municipios de Gibraleón, Trigueros y Huelva y al que se oponen, y da entrada, vecinos de las barriadas de El Judío, El Pintado, San Lorenzo y La Ribera, argumentando que se encuentra muy próximo a sus casas y en base a ello han iniciado una movilizaciones muy bien movidas y dirigidas por una misma mano política, a juzgar por su capacidad divulgativa en folletos y pancartas.
Perderse en esta trifurca vecinal, cuando lo que existe es una simple tramitación administrativa en marcha, a la que faltan muchos papeles circulando los despachos de distintas administraciones, es a estas alturas una mera polvareda mediática poco práctica y útil. Porque hoy por hoy, lo que le faltan a cualquiera de los dos proyectos en marcha es el dinero que lo haga posible y eso quiero centrar el artículo de hoy.
Cuando el presidente entonces de la Diputación, José Cejudo, nos convocó en la Federación Onubense de Empresarios a la iniciativa privada, hará como dos años ya, para presentarnos el informe que justificaba la necesidad del aeropuerto en la provincia recuerdo que le pregunté en público que si tal infraestructura se consideraba como un negocio y lo que se buscaba era la incorporación de inversores privados a la empresa a constituida que explicara a los presentes el Plan de Negocios que se había elaborado, si es que existía, que proyectará a varios años las inversiones necesarias y las posibles rentabilidades o pérdidas de tal iniciativa empresarial. Convocar a los empresarios para que darnos a conocer lo mismo que los medios de comunicación ya habían publicado no tenía mucho sentido, salvo lo que conllevaba de un acto más propagandístico, ya que cualquier empresario local o foráneo que esté dispuesto a invertir en algo que se presenta como un negocio requiere un plan económico-financiero que lo avale. Los parámetros empresariales se mueven con criterios de rentabilidades de la inversión que son muy distintos a los parámetros de las administraciones que son, como es lógico, de mero interés público.
José Cejudo, tal vez porque este Plan de Negocios no se había hecho, me contestó yéndose por la tangente y sin concretar nada. Vamos, que si yo fuera un empresario predispuesto a invertir en este negocio del aeropuerto, al menos a mi, no me convención en términos de rentabilidad pura y dura para hacer ningún tipo de inversión y creo que con la misma sensación salieron el centenar largo de empresarios que se dieron cita para escucharle con mucha atención porque la coincidencia con él era plena en cuanto a la importancia de la infraestructura que se quería poner en marcha. Por el tiempo transcurrido desde entonces, y dado que en la sociedad promotora siguen estando los dos únicos socios iniciales, Diputación y Cámara, mucho me temo que el primer y gran obstáculo que deberá salvar cualquier iniciativa del aeropuerto como negocio privado y no como una infraestructura pública es encontrar los inversores que quieran arriesgar sus euros para recuperarlo, vía el beneficio societario, en los próximos años. Me llama, por ejemplo, poderosamente la atención que la Diputación, como fundadora de la nueva Cajasol, no haya conseguido ni tan siquiera que ésta u otra caja haya aportado nada en la sociedad y si ni tan siquiera se es capaz de lograr captar fondos ahí, con las de cosa que Mario Jiménez, por ejemplo, consigue para otras iniciativas privadas, ya me dirán ustedes quién va a apostar por el aeropuerto como negocio, que es el planteamiento que hasta la fecha conocemos.
A los promotores del otro aeropuerto, cuya único activo de valor es la propiedad del terreno y el expediente administrativo avanzado que ya tienen, creo que le falta lo mismo que a la sociedad de la Diputación y la Cámara de Comercio: inversores que quieran arriesgar los muchos millones de euros que demanda una obra de estas características Y sigo pensando que el sitio, además, no es el adecuado, al margen de las protestas vecinales, porque la instalación aeroportuaria debe estar cerca de la línea férrea de alta velocidad de Huelva a Sevilla, para aunar ambas conexiones de cara al transporte de los pasajeros, y no tan distante de la misma. Podremos, por tanto, hablar y hablar del aeropuerto y que la misma presidenta de la Diputación adquiera un compromiso público de convertirlo en algo estratégico para el futuro económico de la provincia, pero lo que necesitamos saber cuanto antes es dónde están los euros que lo haga posible, dónde los inversores y sino, al menos, cómo se piensa convencer a la iniciativa privada y captarla para que inviertan en este tipo de negocio tan especial. Es verdad que en Ciudad Real y Castellón lo han logrado, tal vez acudiendo a esos sitios podríamos saber con mayor exactitud dónde está el factor clave que pudo movilizar con éxito a la iniciativa privada. Hablando y hablando, como hasta ahora, ocurrirá en dentro de cuatro años, sino más, seguiremos escribiendo de lo mismo. Ustedes ya saben, algo clásico en Huelva con otras cuestiones de larga espera: llegada del AVE, conexión con Extremadura y Cádiz, etc., etc.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Quién liderará la economía provincial ante la crisis?

Sigo escuchando muchas voces dispersas, como aquellos tambores lejanos de los indios americanos anunciando ‘guerra’ en las mejores películas del oeste, en el contexto provincial alertando de lo que se nos viene encima de confirmarse una situación de crisis económica en los próximos meses pero, a la vez, hecho en falta claridad de ideas y, sobre todo, de rumbo. Aunque los números macroeconómicos marquen luego unos datos globales nacionales, el efecto de una crisis económica no siempre se produce por igual en cada territorio y sólo hace falta repasar las hemerotecas para confirmarlo. A nosotros, a los que vivimos en Huelva, nos debe empezar a preocupar lo que nos ocurra aquí, sus repercusiones en el bienestar y prosperidad de la ciudadanía y el tratamiento de choque que los gobernantes tienen planificado, estudiado y acordado con los sectores socio-económicos para amortiguar los efectos de un fuerte parón en el crecimiento económico.
Desde este verano vengo escribiendo con insistencia de esta cuestión porque el termómetro de la calle adelanta con muchas más certezas que las propias estadísticas los grandes cambios sociales y económicos. Y la calle ya delataba desde el verano lo que luego han venido a confirmar los mismos datos económicos y a reconocer, por fin, el mismo Gobierno de España de la mano de un cada día más despistado y comprometido Solbes. Con coincidencias más que preocupantes cuando al efecto de una inflación descontrolada (los expertos hablan de que podemos terminar el año en torno al 4% ya que ahora viene, tras los cereales, leche, pan, etc., también la subida de la carne y de todos sus derivados) se unen un tipo de interés alto y una bajada del consumo familiar y de las inversiones. El cóctel es explosivo. Y que no me cuenten milongas porque los despachos de la banca, notarias y registros conocen mejor que nadie en estos momentos lo que subyace y la debilidad de los esquemas sobre los que se ha basado la bonanza de estos años y la sensación del efecto ‘riqueza’ que en todos los estamentos sociales se percibía por la revalorización, principalmente, de las propiedades inmobiliarias de muchas familias.
La pregunta que vengo haciéndome desde hace unos meses es la misma de nuevo ahora: ¿a quién le corresponde liderar en la provincia las medidas de choque para aguantar esta crisis económica y sus efectos? Tengo claro que, en primer lugar, la responsabilidad es de quien acumula por la propia confianza que le otorgaron los ciudadanos mayores responsabilidades de gobierno, en este caso, por amplísima hegemónica mayoría, a los socialistas. Javier Barrero siempre ha mantenido que si ellos, el PSOE, era el partido más votado en la provincia, todo el peso institucional, económico, participativo y hasta mediático (por fin se ha hecho con un grupo propio de comunicación, un objetivo largamente buscado) le correspondía a su formación política. Por derivación y también por pura coherencia de suma de responsabilidades, toca ahora que de la misma manera asuma este liderazgo que reclamo. Y que nos cuente cuanto antes por dónde tienen pensado dirigir el rumbo de la economía provincial a través de los soportes que le permiten el amplio abanico de decisiones políticas que desde todos los estamentos de las administraciones que gobiernan pueden adoptar. ¿Vamos a salvar a la industria o no? ¿Le damos luz verde a las reaperturas de las minas o no? ¿Habrá campos de golf y turismo residencial o sólo vamos a construir viviendas sociales? ¿Cómo combinamos el aumento del paro que vendrá en los próximos meses con la demanda que desde determinados sectores, en especial el agrario, se hace de mano de obra y si tendremos que seguir buscándola en países lejanos? ¿Qué hacemos con la mano de obra inmigrantes que ya tenemos, incluida la que permanece en situación irregular, si no hay trabajo que ofertar? En fin, podría seguir haciéndome muchas preguntas que son, a la postre, las mismas que se hacen muchas familias, empresarios y sindicatos, en estos momentos.
En los próximos meses vamos a asistir a una campaña electoral que decidirá los futuros gobiernos en España y en Andalucía, los gobiernos que tendrán que contrarrestar los efectos de la crisis económica que se anuncia. Por responsabilidad colectiva, ahora más que nunca, las propuestas que cada formación política son importantísimas de analizar y estudiar. En especial, las que afecten a la provincia de Huelva que es el marco territorial donde primero nos movemos. Perderse en estas elecciones en otros debates, cuando a las familias lo que le preocupan, de verdad, es el día a día, supondría un derroche y hasta una estupidez. Creo que la sociedad civil, en la que creo, debería movilizarse desde cada una de sus entidades y estamentos asociativos para fijar ante la clase política onubense el panorama socioeconómico que tenemos ante delante. Como le decía a los representantes del sector de la construcción hace unas semanas, posicionarse con planteamientos lógico, razonados y exigentes ante los políticos muchas veces no es fácil, y más en época electoral, porque inmediatamente te pasan del campo amigo al del enemigo (y en Huelva el sectarismo de muchos dirigentes eleva al infinitivo esta toma de decisiones). Ocurre, por el bien de todos, que en tiempos de crisis económicas no es bueno y deseable dejar el análisis y las decisiones estratégicas sólo y exclusivamente en manos de la clase política, pues sindicatos y organizaciones empresariales (aunque estén juego las subvenciones de las políticas de concertación) tienen una obligación ante quienes va a sufrir de manera directa el efecto de un parón económico, las empresas y los trabajadores, y esta obligación se debe asumir guste o no guste al gobernante de turno. Los datos son tozudos porque ofrecen ya una foto fija inquietante y esta no aventura nada bueno para los próximos meses en Huelva. ¿Vamos o no a reaccionar o esperaremos sólo a lamentarnos cuando aumenten las cifras de parados y las empresas que se cierran?

domingo, 11 de noviembre de 2007

Unidad de todos y trabajo colectivo, armas del Recre

El mundo del fútbol es complicado, un negocio, además, cada día más pujante donde los euros marcan también la diferencia entre los equipos que compiten en la Primera División, la llamada Liga de las Estrellas. Para suerte de los miles de aficionados albiazules y para la misma Huelva, como marca con destino turístico propio, el hecho del que el Recreativo esté entre los equipos de la élite del balompié es una auténtica suerte, un privilegio, una fortuna a merced de muy pocas capitales de provincia y menos con la población la capacidad económica de Huelva. Pero lo cierto es que estamos y llevamos así dos años seguidos, dos temporadas, y esto es inédito en los cien años del club y fruto del buen trabajo, también ha que decirlo, que se hizo el año pasado por partes de todos los estamentos que componen el Recreativo como colectivo, desde el Consejo de Administración, plantel técnico, jugadores, aficionados y hasta medios de comunicación. Todos sabíamos lo difícil que era permanecer y se le dio importancia a todo lo que se hacía cada domingo por el equipo hasta que éste fue ganando confianza en si mismo y se consolidó en los puestos tranquilos de la tabla clasificatoria mientras que los que se quedaron debajo de la clasificación se iban hundiendo por la misma falta de fe en sus posibilidades.
Esta temporada los resultados deportivos no están acompañando al equipo, en especial las últimas cinco jornadas y esto ha empezado a poner nerviosos a muchos. Además desde el mismo inicio del campeonato ha venido escuchando comentarios tertulianos en un contexto de derribo que me recuerda mucho a la temporada de Quique Hernández (siempre, curiosamente, con el mito del sinvergüenza de Viqueira –se llevó un sueldo sin trabajar para no jugar, so pretexto de una lesión, los partidos que podían dejar al club unos euros en el caso de un posible traspaso- detrás del mismo escenario) en la que teniendo el ascenso en la manos lo perdimos porque empezamos a enredarnos en otros asuntos y se perdió la mayor virtud de un equipo pobre en recursos económicos: la unidad de todos y el trabajo colectivo. Lo decía al principio de la liga, cuidado este año y que nadie pierda la verdaderas posibilidades del Recreativo, que no son otras que sufrir, hasta el último minuto, y codearse con los diez equipos que de media tabla para abajo lucharán domingo a domingo por eludir el descenso. Y enfatizaba: lo de la temporada fue excepcional y tal vez irrepetible porque con los medios económicos que se contaban y el esfuerzo que se hizo en el último minuto para recomponer la plantilla con seis fichajes de golpe, lograr lo que se logró tuvo mucho de milagroso y de esa suerte especial que se le suele venir al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, cuando entra en campaña electoral y en este 2007 fueron, les recuerdo, las elecciones municipales.
En las competiciones de juego colectivo, y el fútbol lo es, el ambiente, la predisposición como conjunto y la personalidad que se imprima al plantel también compiten. Víctor Muñoz como entrenador es el único que puede imprimir a sus profesionales, de ese carácter, de esa personalidad. Al Español, que nos ganaba, se le remontó en minutos porque desde sus entrañas el equipo recreativista sacó esa casta y energía que todo equipo modesto necesita tener para competir en una competición desigual si miramos los recursos económicos y deportivos con los que cada club entra en la competición. Pero la grada también juega y al jugador le llega al césped las trasmisiones positivas y negativas que de ella se viven, como le llegó –estoy seguro- el mayor interés de los aficionados por lo que hacía Fernando Alonso que por lo que ocurría abajo mientras el Mallorca, más centrado en lo que tenía encomendado por su entrenador, sólo y exclusivamente pensaba en el partido en llevarse los dos puntos para seguir en la zona tranquila de la tabla clasificatoria.
Este domingo tenemos una oportunidad de desquitarnos todos. El Recre y su afición tienen que ser lo que siempre ha sido y eso debe llegar a los jugadores y al entrenador. Necesitamos a ese equipo de carácter que trasmita a la misma grada que quiere luchar, sudar y trabajar no dando por perdido ningún balón. Más que cuestiones de sistemas, a veces los partidos se pierden por falta de concentración y por falta de echarle lo que hay que echarle para que los balones caigan de nuestro lado. Si algo tengo que recriminarle a este entrenador es que, quitando esos minutos del Español, al Recreativo que él como profesional ha configurado como once, le falta casta, personalidad y coraje y tal vez por esa ausencia colectiva todo lo que en sensu contrario hace Martín Cáceres pues es tan celebrado y aplaudido por la grada, aunque en su precipitación y entrega también sus fallos por la misma precipitación e ímpetu que imprime en sus acciones como jugador. Esa tensión colectiva en lo deportivo es lo que debe prevalecer hoy en el Estadio y no cuestionamientos a todo cuanto se ha hecho en esta temporada, desde el mismo fichaje del entrenador al de los jugadores que han venido con un importante desembolso, por cierto, desde las arcas del club hasta el límite de lo que se podía permitir. Hay que cerrar filas, volver a es identidad como club que sabe de sus posibilidades reales y que esa energía viaje de la grada al césped y del césped a la grada. Quedan muchos partidos por delante y las diferencias entre una decena de equipos son mínimas y esa puede ser la tónica de esta temporada salvo que alguien se descuelgue y se entregue antes de tiempo. Algo que percibo en esa Huelva que tan poco me gusta y que suele pasar del todo a la nada con cierta facilidad y guiada por un talante ‘negativista’ y derrotista, camuflado bajo ese amor farseado a una Huelva de quejido y criticón que tanto trabajo nos cuesta desterrar y a la que este año algunas tertulias han querido volver a dar amparo pérdidas en resentimientos más personales que de interés general.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Nuevo partido en Huelva para las futuras elecciones

El modelo de Estado constitucionalista sobre el que se asienta lo que hoy llamamos España tiene regulado un sistema electoral que termina produciendo un efecto perverso contra este mismo Estado. Al no darse mayorías absolutas de Gobierno, bien sea para el PP o para el PSOE, la estabilidad parlamentaria queda en manos con demasiada frecuencia de pequeñas formaciones políticas que han ido creciendo en los últimos años y que se autodefinen de carácter nacionalista o independentista; es decir, buscan arrebatar poder del Estado (España) mediante la transferencia de competencias a sus autonomías o, incluso, la misma autodeterminación para ganar soberanía propia frente a la España actual. Salvo que en las próximas elecciones generales uno de los dos grandes partidos llevara en su programa electoral una propuesta radical para modificar la ley electoral vigente y lograra una mayoría absoluta para gobernar y poder sacar, sin necesidad de apoyos parlamentarios, sus propuestas legislativas, mucho nos tememos que el poder que se otorga, en casos así, a las fuerzas minoritarias que actúan como bisagra seguirá en manos de estos pequeños partidos nacionalistas o independentistas que quieren tirar abajo el concepto de Estado que nos tenemos dados los españoles en nuestra Constitución.
Como no parece posible, y más en el estado actual de crispación, enfrentamientos e intentos obsesivos de mantener las dos Españas en el que andan empeñados PSOE y PP, acuerdos de gran calado entre estos dos partidos políticos, acuerdos de los que se llaman ‘temas de Estado’, pues estamos abocados a que surja en el panorama político futuro algo nuevo que, defendiendo a España, pueda apuntalar gobiernos de unos u otros sin necesidad de acudir a las fuerzas nacionalistas o independentistas. En ese sentido, el paso dado por Rosa Díez, dirigente socialista que no hace más de cinco o seis años disputaba el liderazgo dentro del PSOE entre José Luís Rodríguez Zapatero y José Bono, para constituir un nuevo partido con implantación territorial en toda España bajo las siglas de Unión, Progreso y Democracia (UPD) supone una bocanada de aire fresco en el actual contexto nacional, que de seguir como hasta ahora bien podría terminar derivando en una creciente abstención ciudadana en las próximas elecciones.
En Huelva la semilla de las ideas impulsadas por Rosa Diez ya está puesta y empieza la nueva fuerza política a dar sus primeros pasos para constituirse como colectivo con personalidad propia. El poco tiempo que queda de aquí a las elecciones fijadas para el 9 de marzo juega en contra de este nuevo partido si no fuerza una presencia referenciada clara en cuanto a las caras que le quieren representar y una implantación local, al menos en las principales localidades de la provincia. Reuniones de la comisión gestora provincial ya se han producido y los mismos medios de comunicación estamos a la espera de que se efectúe cuanto antes una presentación pública para que podamos darle sitio propio en el raquítico, aburrido y mediocre mapa político provincial.
Todo lo que aventuran en Huelva las próximas elecciones generales y autonómicas es una posición insultante –que no legítima- de dominio casi absoluto del PSOE ante la gravísima recesión que delatan los populares, por su propia y singular forma de ejercer como si fuera una oligarquía la política, no digamos ya los andalucistas y la trifulca interna que vive la coalición de Izquierda Unida porque ni Diego Valderas se siente confiado de asegurar con su presencia como cabeza de lista un escaño en el Parlamento andaluz. Hoy existe en Andalucía –a nivel del Estado no se cuestiona que seguirá el mismo reparto de escaños entre PSOE y PP, salvo una debacle total de estos últimos- una representación mayoritaria de siete parlamentarios para los socialistas, tres tan sólo para los populares y uno que se llevó el Partido Andalucista de Miguel Romero. Nadie piensa, precisamente, que este escaño siga en las filas andalucistas y las encuestas apuntan que podría caer del lado del PP, con lo cual se mantendría un siete a cuatro que supone en el conjunto andaluz que Manuel Chaves reválida con suficiencia su mayoría absoluta. Pero hay quien apunta ya en las filas socialistas, ante la debilidad que exhiben los populares, que pueden buscar, incluso, este escaño e infringir una derrota histórica de ocho a tres que sería la antesala de una profunda crisis en las filas del PP.
La presencia de este nuevo partido, Unión, Progreso y Democracia, si es liderado por figuras políticas con experiencia y que trasmitan confianza al electorado, puede ser el gran revulsivo en el cada vez más hegemónico mapa gobernante provincial. Para muchos ciudadanos puede ser la esperanza ante la posición fortalecida de los socialistas porque todos aquellos que no piensan como el PSOE, pero no quieren votar a los populares, se han encontrado sin fuerza política que los represente en el panorama onubense. El partido de Rosa Diez busca colocarse, además, como partido bisagra de carácter españolista, entre populares y socialistas y si quiere tener rango de fuerza nacional debe sumar votos en todas las provincias españolas y acudir a ambos comicios, tanto en el Congreso y Senado como para el Parlamento andaluz. Eso supone contar con un elenco ya importante de dirigentes, entre ellos muchas mujeres, porque son muchos los nombres que deben figurar en las listas y en las autonómicas la posición es ‘cremallera’, o lo que es lo mismo hombre/mujer o mujer/hombre en la configuración de la candidatura a presentar. Cuestión que parece fácil de confeccionar pero ya veremos el numerito que se va a montar en algunos partidos, empezando por el PP, cuando llegue la hora de cerrar a gusto de la mayoría este nuevo envite planteado con mucha habilidad desde el PSOE y su ‘lobby’ femenino.
Hemos entrando en precampaña y con la mirada puesta en el nueve de marzo, Domingo de Pasión y de Pregón en muchas localidades ante este calendario tan adelantado este año de la Semana Santa, en el que se van a celebrar unas elecciones muy importantes para lo que hoy todavía llamamos España. En Huelva, a lo mejor, este debate no coge muy lejos o no lo percibimos como fundamental pero la verdad es que está ahí, inclusive en la composición final de un Parlamento andaluz que asiste mudo al troceo de un Estado y recogiendo algunas competencias más que se van quedando dispersas. Unión, Progreso y Democracia, como partido político, tiene su razón de ser en España y por supuesto también en Huelva. La última palabra siempre la tienen los ciudadanos pero es tarea de sus promotores presentar un proyecto político, ilusionante, participativo y solidario, que falta hace ante la mucha pobreza que tenemos ante nuestra cada vez mas decepcionante visión periodística.

lunes, 29 de octubre de 2007

La industria química, sin consejería que la defienda

El escenario socio-industrial-político que vivimos en Huelva no puede ser más esperpéntico e incongruente. Mientras Izquierda Unida, liderada por un antiguo sindicalista de la empresa auxiliar de las industrias químicas instaladas en la Punta del Sebo, el inquieto Pedro Jiménez, festeja con ‘garbanzada’ ya casi anual el que se pueda desalojar a las industrias de dicha zona, los sindicatos –bueno, de momento, UGT- con la Federación de Industrias y Afines que mueve Luciano Gómez y muchos comités de empresa de las distintas fábricas preparan ya para este próximo martes una nueva manifestación en defensa de la industria como inicio de un fuerte plan de movilizaciones. Es decir, que volvemos al escenario de hace tres años teniendo como pretexto la reciente y clarificadora sentencia a favor de Endesa que le va a permitir permanecer y desarrollar su actividad energética con la planta nueva de ciclo combinado –mucho más limpia que la anterior- en sus instalaciones del final de la Avenida Federico Montenegro.
Pero siendo este escenario nuevamente preocupante desde un punto de vista social, por la tremenda fractura que en la convivencia ciudadana comporta, mucho lo es más la titubeante, apática o intencionada actuación de la Administración autonómica a través de sus máximos representantes en la provincia. Luciano Gómez, como hombre del PSOE en el mundo sindical, apunta siempre para el mismo lado al afrontar el problema de futuro de la industria en Huelva porque se ha dado el tema de Endesa, hoy cerrado ya y que no afecta en nada a su supervivencia como empresa productiva ni a los puestos de trabajo, y está en elaboración el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de la capital y se olvida de que ha sido el Gobierno de España, el Gobierno Zapatero, el que ha puesto en jaque a las empresas con la sentencia movida por la Dirección General de Costas para que Fertiberia no pueda seguir vertiendo en las balsas de fosfoyesos, lo que pone en jaque a tres empresas más, y que también el Gobierno de España, en concreto el Ministerio de Industria, es quien tiene la solución para que la otra planta de Fertiberia en Palos pueda permanecer si logra un suministro de gas que le permita competir con los precios de otras empresas internacionales del sector. Resulta llamativo y ‘mosqueante’, no ya el silencio de las dos principales consejerías de la Junta, Innovación y Empleo, en todo esta grave situación que se presenta sino que sus dos máximos exponentes en la provincia, María José Rodríguez y Juan Márquez, ni tan siquiera asistieron hace unas semanas a la presentación de la Memoria Anual Económica de la Industria de Huelva ni ha solicitado ni una sola reunión con los representantes del sector industrial para conocer de primera mano lo que está en juego en estos momentos.
Luciano Gómez puede seguir apuntando al Ayuntamiento de Huelva, en su alocada carrera por ganarse un puesto en el escalafón político local, pero en los despachos ejecutivos de la industria química lo que más inquieta en estos días es la posición de descuelgue de las autoridades autonómicas como si todo el sector químico andaluz, que genera en el Campo de Gibraltar y en Huelva muchos puestos de trabajo, no resultara ya atractivo en el diseño de la Andalucía del futuro. Es más en el PADI, Plan Andaluz de Desarrollo Industrial, recientemente presentado, no hay ningún renglón, ningún apartado, en referencia a la actual industria química. Como si no existiera, como si no generara empleos, o en el peor de los casos, como si sus redactores, responsables autonómicos, no la considerara en sus planes de futuro. Desde luego, en Huelva, provincia cuya economía sigue sustentada principalmente por dicho sector, a las cifras exhibidas en la Memoria hecha pública hace unos días me remito, la delegada de la Consejería, María José Rodríguez, sólo parece interesada en cuestiones de carácter tecnológicos y el reparto de las subvenciones a las empresas amigas del ‘régimen’ socialista, pero ni ha hecho ni un gesto por conocer, visitar o sentarse a dialogar con los responsables del principal núcleo productivo provincial, tanto en facturación como en puestos de trabajo. Vamos, yo creo que ni se ha estudiado las cifras, ni tiene interés en verlas ni nadie le ha dicho desde más instancias de la Consejería que lo haga como un mínimo gesto político de apoyo al sector.
Va a hacer ahora unos 30 años que resido en Huelva, que como periodista he seguido la realidad cotidiana en sus más diversos aspectos y facetas, y puedo asegurar que no conozco ningún otro momento para el sector industrial químico más delicado que el actual. Y lo que me tiene atónito, perplejo, desconcertado es la ausencia de un liderazgo empresarial, social o político en la provincia que pueda tener capacidad de actuación para reconducir este rocambolesco escenario. La Asociación de Industrias Químicas y Básicas, que tiene su nacimiento como organización empresarial con protagonismo propio desde la segunda década de los 80, tiene ante sí un reto difícil y complicado y es verdad que en sus asientos de mando ya no están los mismos ejecutivos con peso pesado en sus respectivas industrias que antaño porque el modelo de dirección ha cambiado y hoy andan todos más preocupados de cumplir objetivos bajo parámetros establecidos desde la central que de diseñar estrategias de futuro para el sector. Sin embargo, por el propio bien de la economía provincial y por el propio bien de las mismas industrias y de sus trabajadores, alguien lo tendrá que hacer y llegar con fuerza, argumentos y razones al primer despacho de la Junta de Andalucía, al del presidente Manuel Chaves. Los números, los datos económicos, avalan que, al menos, se sepa qué se piensa en las Administraciones, Central Autonómica, en cuanto al futuro que puede deparar a todo este sector en la provincia de Huelva. El Puerto de Huelva, que siendo Genaro García Arreciado, mostró un tremendo interés por cuanto estaba ocurriendo, entre otros motivos porque le podía afectar a su misma cuenta de resultados económicos y planes de futuro, tiene que mostrarse mucho más inquieto puesto que su misma ausencia, al primer nivel, en la presentación de la Memoria Económica de este año también ha generado mayor grado de desconfianza y empieza a tomar cuerpo la idea de que todo este distanciamiento, desde las principales instancias socialistas de la provincia, responde más a una cuestión de diseño programático que a la mera casualidad. Luciano Gómez, para no perderse mucho en sus próximos movimientos, debería también preguntar en los cenáculos del PSOE si lo que hemos visto responde a un posicionamiento de fondo estudiado y meditado o la mera incompetencia de unos delegados de consejerías puramente incompetentes en las funciones asignadas. Pero hoy por hoy, la industria química, ante lo que viene, no tiene consejería ni administración pública que la defienda. Y esto es un hecho contrastado y evidente.