domingo, 30 de diciembre de 2007

El año del cambio de ciclo económico

Después de la inocentada dada por el alcalde de Huelva capital, el popular Pedro Rodríguez, a más de uno con la designación este año de los Reyes Magos, toca del lado nuestro escribir del cierre de este 2007 que se nos va para mañana, lunes, adelantar el análisis de lo que nos puede deparar el ejercicio que viene. Creo que estamos inmersos en unos momentos cruciales para el bienestar de muchas familias y que este 2007 ha supuesto, en toda regla, un punto de inflexión importantísimo en el ciclo económico alcista que delataban los datos macroeconómicos y que ha sido, precisamente, los mismos ciudadanos, desde este mismo verano los que han ido dando la señal de alarma de lo que llegaba, tal y como hemos escrito en estas columnas en varias ocasiones como testimonio escrito para que los dirigentes públicos que nos gobiernan en todas las instituciones y los mismos agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales, tomarán nota con tiempo suficiente a fin de que pudieran tomarse medidas con la debida antelación.
El barómetro último del Centro de Investigaciones Sociológicas ha confirmado plenamente hasta qué punto lo que hemos venido diciendo coincide con el pensamiento del ciudadano de a pie, que a través de las encuestas oficiales realizadas en todas las provincias españolas, incluida, por supuesto, la de Huelva ha situado como la primera de sus preocupaciones los problemas económicos (30,3%), seguido de la vivienda (22,7%), paro (18.8%), empleo (12,8%) y ya más atrás inseguridad ciudadana (10,7%), pensiones (7,7%) y terrorismo (5,6%). El olfato de las familias onubenses enmarca con claridad meridiana y enorme contundencia cuales deberían ser las preocupaciones e inquietudes de la clase gobernante en estos momentos. No hay ninguna duda de los problemas que quejan e inquietan a los ciudadanos y hasta qué punto existe ya conciencia en la economía familiar de que los tiempos de bonanza han terminado.
El año 2007, como lo será en el prime trimestre el 2008, ha sido un año electoral porque se celebraron las elecciones municipales. Y con un grado de abstención muy alto, que también es llamativo, los votantes volvieron a dar una confianza absoluta al PSOE para regir los destinos de la mayoría de los ayuntamientos de la provincia y dejaron para el PP el de la capital y un reducido número de municipios a su alrededor. Lejos de bajar las expectativas de votos de los socialistas, por méritos propios o desméritos de los oponentes, la ciudadanía sigue otorgándole una confianza extremadamente generosa y eso, aunque nos cueste creerlo, es una realidad incuestionable. Toca a este partido, como fuerza hegemónica en las instituciones provinciales, hacer una lectura acertada y correcta de lo que ha supuesto este 2007 y a nosotros, como analistas, dar pistas para que las reflexiones y decisiones en las acciones de gobierno sean las adecuadas. No es que estemos en ninguna verdad absoluta ni tampoco eso es lo que pretendemos a la hora de ponernos ante el ordenador cada fin de semana, todo lo contrario, lo hacemos desde la doble concepción de que podemos hacer juicios de valor ante los hechos que pueden ser equivocados pero a la vez con la obligación moral de escribir, de cara al lector, con lo que nosotros entendemos que es nuestra verdad, nuestra forma de pensar. Si nos calláramos estaríamos aceptando el pensamiento del régimen único y la ausencia de alternativas como contrapeso obligado y necesario de todo sistema democrático. Lo que nosotros entendemos como planteamientos enriquecedores, a lo mejor para los dirigentes y gobernantes socialistas son tomados como una columna más desde la trinchera del enemigo. Desde luego esa no ha sido nuestra voluntad ni nuestro objetivo porque ara eso están los que militan y ambicionan puestos de representación política en el ámbito público.El lector que nos haya seguido este año que termina, desde que el director de EL MUNDO Huelva Noticias, nos invitara a escribir en esta esquina de página para enjuiciar los días de campaña electoral de las elecciones municipales, y luego como columnista habitual los domingos y lunes de cada semana, que el dibujo de lo que terminaría siendo este 2007 que termina lo hemos ido adelantando artículo tras artículo, hasta que los propios datos macroeconómicos nos han ido dando la razón. Cuando se inicia el proclive de toda etapa, y en ello andamos, los efectos de ese cambio de ciclo no se perciben hasta que no van pasando los meses. Me quedo tan preocupado como el resto de las familias onubenses y españolas y casi situaría en la escala de temas los mismos que ellas han indicado, s bien más preocupado me deja, como columnista, la escasa capacidad, por no decir nula, reacción que he percibido de los principales interlocutores públicos de la provincia de Huelva. Se hace política de salón, artificial, de maquetas y dibujos improvisados, folletos publicitarios y fotos mediáticas de la mejor escenografía teatral, sin base sólida alguna y sin que los avances globales se perciban luego por ningún lado, porque las cifras de coyuntura económica, y comparativas con las de otras provincias, siguen reflejando las mismas carencias y deficiencias de siempre. A estas alturas no me altera el pasado, lo que 2007 nos ha dejado, sino lo que adelanta el 2008 y la visión triunfalista que en unos días el socialismo onubense nos va a vender, con un derroche propagandístico sin recato, como balance de una gestión gobernante desde los gobiernos de Andalucía y España que merecería ser enjuiciada por la ciudadanía, por su propio bien y en base a los temas que le inquietan, con mayor rigurosidad y exigencia. Los tiempos para eso.

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