Cuando se tienen muchos cargos remunerados por repartir y casi todos los miembros del Comité Provincial colocados por designación y voluntad de la cúpula dirigente provincial socialista, es muy difícil, casi imposible, que no se termine dando paz y consenso a la hora de confeccionar la listas definitivas para las próximas elecciones autonómicas y generales. Y más si estamos en días de fiestas del solsticio de invierno (así denominan la progresía de izquierda estos días), en cristiano fiestas de la natividad y nacimiento de Niño Dios, en los que reina entre los humanos paz, alegría, consenso y amistad. Además el máximo dirigente del socialismo onubense, Javier Barrero, se vanagloriaba, y con razón, de que el debate que se ha dado estos días entre las distintas agrupaciones locales genera mayor cohesión y dinamismo al mismo partido porque es un signo manifiesto de su activa participación interna en consonancia, manifestó, con lo que hace otro partido, como es el PP, en el que todo se decide (en palabras suyas) en las alturas y por unos pocos. Y añado de cosecha propia: cuando no, en una cacería de conejo…
Pero vamos a lo que vamos que es tiempo de paz y amistad. Los socialistas han logrado el doble efecto de trasmitir participación, discrepancias, ambición política (que es muy legítimo y hasta exigible a quien quiera ejercer en la vida pública) y al final consenso, mucho consenso, y hasta aplausos mutuos de gratitud con todos sonrientes y contentos. De puertas para dentro, toda la jugada estaba cantada desde hace semanas y la posición en el tablero del ajedrez político socialista de Mario Jiménez como número uno (jugando a la perfección el papel de desgaste interno y externo que le tienen asignado) no era otra cosa que la manera de taponar al consejero Isaías Pérez Saldaña para que no fuera como número uno y que en última instancia, sin desgaste y como un canto más al papel de la mujer en el seno del PSOE, surgiera la ‘tapada’ de Cinta Castillo para ir como número uno. Es el valor que como decíamos hace unas semanas la cúpula socialista provincial quiere colocar en el próximo gobierno de Manuel Chaves y no era cuestión de quemarla en una lucha contra, precisamente, el consejero saliente Isaías Pérez Saldaña. Me gusta la forma de hacer política interna de estos socialistas de Huelva porque, al menos, te obligan a razonar y seguirle en las jugadas, al contrario que en otros lares donde cada día se siente uno más aburrido y hasta malquerido.
En el mismo son de paz de y amistad terminaron los de Izquierda Unida en Matalascañas y nuestro viejo amigo Diego Valderas ocupando el sitio que nosotros le habíamos aconsejado, que no era otro que como número uno en Huelva para que pueda comprobar, en persona, si la estrategia marcada por él a sus compañeros durante estos años, de muletilla política del socialismo onubense, ha merecido o no la pena. Le queda una campaña dura y ya de entrada ha recibido la buena noticia de Comisiones Obreras de que ésta no estará en la manifestación por la industria que ha convocado UGT con lo cual no será preciso para el dirigente de la coalición meterse en el laberinto de industria sí, industria no, como posiblemente tampoco en los posicionamientos más radicales de la Mesa de la Ría. La candidatura de Izquierda Unida necesita recibir votos de todo el ala izquierda del PSOE y los que se fuguen, también por la izquierda, del campo de juego andalucista y esperar a que en el día electoral la participación no sea muy alta para que el escaño por Huelva, al que aspira Diego Valderas, como último eslabón de su vida política, se ponga más barato, requiera, en suma, menos votos.
Los andalucistas se han unido y como tiene que estar la cosa que ha sido, incluso, antes de estos días de Navidad. Atrás quedaron los de Rojas Marcos y Pedro Pacheco para ahora ser sólo Coalición Andalucista. A los entierros y velatorios es mejor siempre ir juntos, en compañía, que en la soledad de quien le llega la hora de la verdad. Si el PP de Arenas en Andalucía hubiera sido inteligente y sumado los muchos votos andalucistas que de resto, sin sumar escaños, quedarán en las ocho provincias andaluzas, la invitación cursada por debajo de la mesa por algunos dirigentes distinguidos de esta formación, de unir fuerzas en estos momentos, se habría analizado como ésta merecía, una decisión estratégica que la noche del 9 de marzo podría haber sido la llave para quitar a Manuel Chaves su mayoría absoluta en Andalucía, el único objetivo real al que pueden espirar los populares y el mismo Arenas en esta comprometida (para él y su mismo futuro como político) consulta electoral.
Lo que sea, será. Hoy, como decía al principio, estamos en tiempos de paz y consenso y no quisiera cerrar, antes de desear a todos los lectores de EL MUNDO HUELVA NOTICIAS unas felices fiestas, sin volver a insistirle a toda la clase política onubense la necesidad de dialogar más y sumar voluntades. Esta es una provincia pequeña, la que menos lotería por habitante ha jugado de navidad, en términos porcentuales de renta per cápita, de todas las provincias andaluzas y la que más ha sido Almería. Detalles como éste alumbra la verdad cotidiana, de la calle, que no tiene nada que ver con la verdad política, y la del coche oficial y el despacho con sueldo como cargo público, y reitero lo que vengo diciendo desde hace muchos meses. Se acercan tiempos difíciles, de decir y escuchar pocas tonterías, y de ayudar a sacar entre todos la economía provincial adelante por el bien de todas las familias onubenses. Sumando esfuerzos lo haremos más llevadero que con divisiones y trifurcas que a nada conducen. Sería el mejor chistma de Navidad de toda la clase política a la ciudadanía de esta provincia y mi mayor deseo en este día de tranquilidad. Feliz Navidad.
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