domingo, 3 de febrero de 2008

El Recre necesita hoy más que nunca a su afición

La importancia que el Recreativo de Huelva tiene en la vida cotidiana onubense me ha obligado, en momentos puntuales, a escribir del mismo en esta esquina de página que cada domingo y lunes tengo reservada por el director de EL MUNDO Huelva Noticias. Recuerdo que analice la situación al comienzo de esta temporada y cuando a principios de noviembre se entró, como ha ocurrido ahora, en las proximidades de la zona de descenso de categoría y el equipo no encontraba ni su sitio en la competición ni el entrenador, Víctor Muñoz, el esquema de juego apropiado o los jugadores no se adaptaban a las instrucciones que él le trasmitía en los entrenamientos. La tremenda importancia del partido de esta tarde en el Nuevo Colombino frente al Sevilla y los nervios que ya exhibió una parte importante de la afición el pasado domingo desde que en el minuto uno el Getafe le hacia un gol al Recre, además de de las salidas de tono inapropiadas e injustas de algún exaltado contra el Consejo de Administración, hacen que sea esta temática el centro principal del comentario de este domingo en un lugar alejado de las mismas páginas deportivas del periódico.
Siempre que escribo del Recreativo de Huelva intento no perder la referencia de lo que es este club como sociedad anónima deportiva en el plantel de equipos que juegan en la llamada Liga de las Estrellas, una competición deportiva en la que la inversión efectuada por cada club en jugadores y equipo técnico termina imponiéndose siempre. Puede ocurrir, como de hecho le pasó al Recreativo de Huelva, que apuestas hechas en profesionales con ganas de mejorar o de jugadores jóvenes con proyección te den un rendimiento extraordinario y el trabajo de este equipo humano pueda superar a otras plantillas hechas a base de muchos millones de euros. Marcelino como entrenador de fútbol estaba en Segunda División y en un equipo con poca proyección cuando la secretaría técnica y el Consejo de Administración del Recre se fijó en él. Mérito tuvo Marcelino en cuanto hizo en el Recre el año pasado pero igual de méritos tuvieron quienes acertaron en buscarlo y cerrar con el su incorporación al equipo. Igual podríamos decir de otros entrenadores que luego con carreras brillantes han pasado por el club albiazul, casi de Lucas Alcaraz o del mismo Caparrós. Y digamos de jugadores que hoy triunfan en Primera División y que hicieron escala, con fichas que encajaban en los limitados presupuestos albiazules, en el Recreativo de Huelva: Guiza, Cazorla, Manu del Moral, Pernía, etc., etc. Acertar en los fichajes con dinero es fácil, e incluso así hay ocasiones, porque la Primera División es una competición donde también juegan os contrarios, en que no se acierta. Hacerlo si apenas sin dinero y aguantando el tipo, como hace ya el Recre, por dos veces consecutivas en la División de Honor es de nota. Y ese trabajo debería contar con otra valoración, respeto y estima por parte de toda la afición del Recreativo hacia el Consejo de Administración y Secretaría Técnica que lo ha hecho posible. Nunca en la larga historia del decano un equipo directivo había logrado los registros deportivos, dos ascensos a la Primera División, una final de la Copa del Rey y dos temporadas seguidas en la Liga de las Estrellas, que pueden mostrar quienes hoy se sientan en el palco presidencial del Estadio. Por eso, cuando observo determinadas actitudes personales de algún aficionado exaltado, me cuesta entender que los enfados que todos tenemos cuando las cosas no salen bien se vuelvan contra quienes durante años vienen demostrando una trayectoria de trabajo por el club impecable.
En esta temporada, que todavía está por cierto en su mitad, las cosas no están yendo tan bien como en la anterior. Pero nadie puede discutir el esfuerzo económico que se ha hecho este año en fichajes y en traer a un entrenador con experiencia acreditada en la categoría como es Víctor Muñoz, si bien es verdad que ésta no era la primera opción sino que desde hace más de un año se venía siguiendo a otro técnico de la Segunda División (modelo Marcelino) que al final logró el objetivo de ascender al equipo y con ello deshecho los ofrecimientos medio apalabrados con el Recreativo. Incluso con Laudrup, que ahora triunfa en el Getafe, estuvo en negociaciones la Secretaría Técnica albiazul, con lo cual queda demostrado el buen olfato técnico de los responsables albiazules.El fútbol es un deporte, una competición, donde juegan dos equipos y en cada equipo un conjunto humano formado por jugadores y el equipo técnico que planificaba unos entrenamientos, unos esquemas de juego y unas tácticas deportivas para doblegar el contrario. Como también juega una afición, y no es lo mismo una afición que mete presión al contrario que una afición fría, pasiva y hasta autocrítica con los suyos desde el primer minuto. Al Recre de este año, sumando todos los elementos que disputan el partido, lo que sí le echo en falta es carácter, personalidad, tensión y concentración. Estos condimentos quien los tiene que trasmitir y forjar es, principalmente, el entrenador del equipo, no solo desde la dirección del banquillo sino en cada una de las sesiones de entrenamiento. Víctor despertó en noviembre y se entero de que estaba en Hueva cuando vio peligrar su puesto y el descrédito de un cese, y el Recre hizo un mes de diciembre de lujo. El descanso navideño le vino muy mal por como han transcurrido las cosas desde ese día. Vamos a ver si esta tarde, entre todos, logramos que los jugadores vuelvan a ser lo que fueron en este mes porque madera hay de equipo para permanecer en la Primera División. Sacrificio, entrega y amor por unos colores abajo, en el campo; y arriba, lo que siempre ha sido la afición de Huelva, consciente como es de nuestras limitaciones, unidad, apoyo, calor y empuje sin fisuras desde el minuto uno hasta el final del partido. Sólo así seguirá este Recre en Primera.

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