lunes, 28 de enero de 2008

El PSOE no sabe crear empleo en Huelva

Siempre he dicho que quienes asumen la responsabilidad de gobernar, al contar con los apoyos de los ciudadanos en cada una de las elecciones, tienen también la obligación ineludible de resolver los problemas que afectan al bienestar y progreso de cada territorio. En Huelva, el apoyo electoral de los ciudadanos a los socialistas está entre, en porcentajes, entre los más altos de España, sino el que más; sin embargo, Huelva es la segunda provincia de España, junto a Cádiz, con mayor tasa de desempleados, un 16,7%, según los datos aportados por el propio Gobierno socialista hace unos días a través de la Encuesta de Población Activa (la famosa EPA) y correspondientes al cuatro trimestre del 2007. Datos que van en línea con los mismos que se van conociendo todos los meses en cuanto a la demanda de subsidios de desempleos en la oficinas del antiguo INEM y que, como ya hemos comentado en anteriores artículos, mantienen un incremento constante desde mayo de año pasado y, muy posiblemente, se seguirá dando cuando el día 1 de febrero se conozcan las nuevas cifras de este mes de enero.
Cuesta trabajo entender esta conjunción de fe total de muchos votantes en las posibilidades como gobernantes de los socialistas y los resultados obtenidos en algo tan crucial como la creación de empleo a lo largo de los más de veinticinco años en los que desde una posición hegemónica, y sin apenas oposición, tienen en sus manos todo el poder de decisión institucional en esta provincia. Es que ni Extremadura alcanza parámetros como los de Huelva, doblando la media nacional y aumentando en tres puntos la andaluza. Y pese a esto, sorprendentemente, el silencio más absoluto desde los agentes sindicales o empresariales hasta el momento, sólo el dirigente de UGT, Jorge Puente, ha venido en aceptar la foto fija y que estamos ante un problema “estructural”; es decir, que no tiene solución, más o menos.
Cuando un analiza el amplio plantel de dirigentes socialistas que ocupan cargos de responsabilidad en esta provincia, lo primero que agrupa a todos los perfiles es su desconocimiento más absoluto del sector privado, en especial del mundo de la empresa. Si a ello añadimos el concepto ideológico del papel que debe jugar el Estado en todas las facetas de la vida de los ciudadanos, pues ya tienen ustedes el modelo económico que se viene aplicando desde hace años en Huelva por quienes tienen todo el poder decisión. Le expongo la última perla conocida: a estas alturas, cuando ya está vendido a empresas, para que puedan iniciar su actividad y como tal la generación de empleo, un 85% de la primera fase del Parque Empresarial de la capital y en marcha las obras para la segunda, el organismo gestor del mismo, Sepes, dependiente del Gobierno de España, o lo que es lo mismo, gestionando por ejecutivos socialistas, todavía no ha obtenido de la delegada de la Consejería de Innovación e Industria, Maria José Rodríguez, el permiso para que toda la urbanización pueda contar con algo tan elemental como la luz eléctrica. Y así llevan meses esperando como meses lleva el mismo Recreativo de Huelva utilizando generadores de gasoil para poder utilizar las instalaciones de su Ciudad Deportiva, que también se encuentran en el mismo Parque Empresarial. El problema es que no se puede poner al frente de delegaciones vinculadas a la actividad empresarial a quien no nunca ha gestionando ni conocido las dificultades y problemas que se viven a diario para sacar una empresa adelante. Y sin empresa no hay trabajo, sin trabajo no hay cotizaciones ni recaudación de impuestos, y sin los ingresos de estos por el Estado no hay forma conocida, salvo la vuelta al modelo comunista, de que puedan acometerse inversiones. No digo nada más, porque escrito ha quedado en estas mismas columnas y en reiteradas ocasiones, del parón sufrido durante años por catorce planes urbanísticos de los más importantes municipios de la provincia durante la mejor época de la construcción y del turismo residencial, pero como Javier Barrero, salvo a sus amigos, llamaba ‘especuladores sin escrúpulos’ a casi todos los empresarios de este sector, pues todo se miraba con lupa o cuando no con ese filtro tan especial que permite al PSOE ser un partido millonario, tanto en sus arcas financieras como en inmuebles.
Huelva, al día de hoy y como se está poniendo la economía global, no tiene ningún modelo de desarrollo a la vista que garantice un cambio brusco en tan penosas cifras de desempleados. Yo, al menos, no lo veo por ninguna parte. La oferta electoral socialista conocida pasa por la Huelva virtual y estafadora de la estación del AVE que copió Calatrava a prisa y corriendo de una maqueta que estaba destinada a una capital italiana, los puentes para que los inversionistas amigos de Barrero en Punta Umbría se sigan poniendo las botas (pasen y vean el complejo hotelero, apartahoteles y centro comercial), y más después de haber acabado con el ingenuo de Hernández como alcalde, y el cuento chino de la carretera con Extremadura, de la que no se conoce ninguna partida presupuestaria para el año 2008, después ya de cinco años de gobierno socialista en Madrid.
Escribo con cierta acritud porque me tengo que rebelar, por lo menos ante el ordenador, ante este sombrío panorama de la provincia, cuando veo pasar los días y la pasividad con la que sigue afrontando la cruda realidad de las cifras, que es en el fondo la cruda realidad por la que deben estar pasado miles de familias y empresas onubenses. Tengo poca, por no decir nulas, esperanzas de que el día 9 de marzo los ciudadanos den a los socialistas un serio escarmiento ante el fracaso de de su gestión en cuanto a la creación de empleo. El sistema de circulo vicioso en el mundo político en el que hemos entrado en esta provincia, con un PP totalmente estancando, atascado diría yo con su pasado y con la renovación iniciada en el 95 totalmente abortada, y con un PSOE que gobierna en sesenta de los setenta y nueve municipios, controlando con ello a muchísimos votantes con escasa capacidad de decidir por si mismos, el escenario ofrece pocas posibilidades de cambio. Tendremos que apelar a partir del día 9 de marzo a los dirigentes socialistas de buena voluntad y menos sectario para que atiendan y se abran a nuevas recetas que aplicar en la gestión pública. O asumir, como estructural o, incluso, como hinchadas y falsas (economía sumergida o subvencionada), estas cifras tan negativas de desempleados.

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