lunes, 27 de agosto de 2007

Personas que están por encima de unas siglas

Este periódico, tan crítico y severo a veces con la gestión de muchos dirigentes socialistas, ha sido, sin duda, el que más caracteres tipográficos ha dedicado a Manuel María Becerro Parreño, exparlamentario andaluz en varias legislaturas y muchos años concejal del Ayuntamiento de Valverde del Camino y hombre de confianza del alcalde Américo Santos, a raíz de su inesperada muerte hace ahora poco más de una semana. He querido dejar pasar los días para sentarme a escribir de Manolo Becerro pero a la vez de una buena generación de líderes socialistas, muchos ya retirados de la política activa y otros a punto de hacerlo, que han conformado desde la transición la estructura de poder institucional y partidista más sólida y conjuntada del panorama político onubense. Una generación que como no podía ser menos estaba, junto a miles de valverdeños, en el interior y exteriores (porque ya no se cabía) de la Iglesia parroquial de Valverde del Camino, un día después de cerrar su feria anual, para despedir como se merecía a quien fue todo un símbolo y una pieza fundamental en el socialismo onubense. Un destacado dirigente del PSOE me hacía llamar la atención en el acto por la enorme presencia de personas que había para, a renglón seguido (conocedor de las muchas tensiones surgidas en los últimos años en el seno del socialismo valverdeño entre Manolo Becerro y otros compañeros), comentar que "fíjate, Fernando, lo sabio que es el pueblo. Todo Valverde está aquí". Y yo diría que incluido José Cejudo, que emocionado quiso llevar a hombros el féretro con el cuerpo del compañero y amigo antaño fallecido de manera tan imprevista.
Con Manolo Becerro trabajé codo con codo –que extraño le resultará a algunos olvidadizos leer esto- a finales de la década de los 80 cuando a Huelva Información la Junta de Andalucía adjudicó una emisora de radio –era la primera vez que se diversificaba la actividad de esa empresa siendo yo director del periódico- y se alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento de Valverde del Camino, que también contaba con otra emisora de radio municipal, para unir ambos proyectos en una única sociedad de explotación. A Manolo y a mi nos tocó el encargó de gestionar esta emisora en la que se conjugaba la manifestada declaración humanista cristiana del medio que tenía el encargo de dirigir con la gestión socialista que el gobierno municipal de Valverde ejercía con una amplía mayoría. Vamos, hablando más en plata, se trataba de hacer compatible dos modelos de sociedad en los contenidos de un mismo medio, que aunque fuera una simple emisora de radio local pues también tenía sus tiras y afloja. Puedo asegurar hoy que nunca tuve problemas con Manolo Becerro en esta tarea conjunta porque ambos, pienso, pusimos el valor de las personas, los valores y el sentido común por encima de cualquier diferencia. Y lo pasamos hasta bien ensayando este modelo que hoy contado pues sorprenderá a muchos de los nuevos dirigentes socialistas curtidos en otro concepto de partido y, tal vez, de relación ante los que no comulgan con las mismas ideas que ellos.
En mis casi 30 años de ejercicio profesional en Huelva como periodista, como responsable de distintos medios de comunicación y ahora como empresario me he cruzado con muchos dirigentes políticos, entre ellos incluyo como de los mejores a Manuel Becerro que se nos ha ido. También siendo justo quiero incluir en esta lista a muchos de los dirigentes socialistas que hicieron la transición y a los que recordé en sus tiempos de pleno ejercicio institucional cuando estaba a las puertas de la Iglesia de Valverde. Creo que en los últimos años se ha perdido mucha calidad humana en el mundo político onubense, se han hecho divisiones sectarias creándose, incluso, leyendas de muchas personas públicas carentes de toda base, anda enrarecido el trato entre los máximos representantes de las dos principales formaciones políticas de Huelva, PSOE PP, hasta el punto de que sus máximos dirigentes, Pedro Rodríguez y Javier Barrero, no hablan ni mantienen ningún encuentro institucional desde que ambos son representantes de ambas formaciones y ha entrado, para colmo, el juego sucio de envíos de e-mails masivos o se levantan campañas mediáticas infundadas y con poca base para desgastar al adversario político.
La muerte de Manuel María Becerro Parreño me evoca hoy, como el lunes pasado cuando observaba a esta generación de dirigentes socialistas, el valor de la persona por encima de las siglas y de las diferencias ideológicas. Falta en estos tiempos mucha calidad humana y creo que convivimos con la generación de políticos más decepcionantes en estos treinta años en los que como periodista me he relacionado con la vida cotidiana de la sociedad onubense. A lo mejor son mejores gestores, que no lo creo porque Huelva como provincia sigue en la cola de muchas estadísticas, pero como personas hay muchos que dejan mucho que desear, e incluyo en esta apartado a todos los grupos políticos sin excepción. Me afectó, dolió en el alma, en lo personal, la muerte de Manolo porque se fue, además, demasiado joven y por la estrecha relación que luego he mantenido con dos de sus hijos, me dolió por los tiempos vividos en esa Radio Valverde Información compartiendo conversaciones personales con esa sabiduría de pueblo que él exhibía con tanta naturalidad como ‘retintín’ y porque también veo marcharse de la vida pública, sin llamar mucho la atención, a mucha buena gente, con los que no he compartido siglas ni ideologías y con los que, además, me he peleado, discutido diría, en defensa cada uno de sus planteamientos sin que ello haya dejado fisuras insalvables entre nosotros como ahora ocurre con tanta frecuencia entre medios de comunicación y políticos en esta provincia nuestra. Añoro otros tiempos, Manolo, y tengo la esperanza de que con la generación de tus hijos, que cuentan con esos valores inculcado por ti y por su ejemplaridad, vuelva esa generación de dirigentes políticos que por encima de las siglas sepan poner por delante a las personas en toda su plenitud de bondad. Necesitamos, y mucho más de lo que algunos creen, seguir contando con buena gente como tú. Que descanses en paz.

1 comentario:

Manuel María Becerro dijo...

En nombre de mi familia, te agradezco la columna y tu compañía el día del funeral. Un abrazo enorme a ti y a Carmelo.