Ni a septiembre ha esperado la dirección provincial socialista para arrancar con los preparativos de la campaña electoral de los próximos comicios nacionales y autonómicos. Ya tiene designado sus coordinadores de campaña, José Cejudo para Congreso y Senado (lo que indica también un posible pasaporte para ir en las listas) y José Juan Díaz Trillo como encargado de las andaluzas (lo que igualmente adelanta otra posibilidad de ubicarle, como no podía ser menos, en esa candidatura), designado el responsable máximo del Comité Electoral, que no podía ser otro que Mario Jiménez, y, por último, la encargada de elaborar el programa electoral, tarea encomendada a Cinta Castillo, quien lo compatibilizará con su labor de oposición municipal desde el Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Huelva. Como objetivos se han propuesto los socialistas la creación de comité locales y a buen seguro que esta vez lo van a tener y bien consolidado merced a la posición hegemónica de controlar la actividad institucional de nada más y nada menos que de sesenta de los setenta y seis ayuntamientos con los que cuenta la provincia. Creo que van a ir, de nuevo, por los siete escaños (de once que se reparten) en el Parlamento andaluz y a repetir los resultados en Congreso y Senado, si es que no dan hasta la sorpresa, difícil pero posible, de quitarle incluso a los populares uno de los dos diputados que siempre caen en el reparto electoral. No hay ninguna duda de que los socialistas se sienten fuerte, muy fuerte, y yo diría que casi en estos momentos actuales ningunean a sus rivales porque han llegado a la conclusión de que como tales no existen y lo que logran en Huelva se produce por pura derivación de la tendencia de voto nacional y regional que por tarea propia de partido, municipio a municipio, y sostenida sobre líderes de muchos carisma. Lo único que se le puede pedir a este PSOE, y ya lo he escrito en un anterior domingo, es que este tremendo apoyo electoral que reciba en la provincia de Huelva sirva luego para demandar las infraestructuras que llevamos años esperando y no tan sólo para que a Javier Barrero lo contenten en el Grupo Parlamentario con un sillón, un buen sillón, en la Mesa de la Cámara, con su correspondiente coche oficial tanto en Madrid como cuando viene desde Sevilla a Huelva. Barrero tiene historial y proyección política, aparte de amigos, para que cuente, al menos, en las quinielas de un futuro gobierno de Rodríguez Zapatero para la cartera de Justicia y desde ahí que impulse para Huelva esos millones de euros que se van para Cataluña o para que Magdalena Alvarez tenga su buena campaña en la provincia de Málaga (el día 23 de diciembre de este mismo año está anunciado que la ministra viajará en AVE desde Madrid a la nueva estación malagueña).
A los populares lo he visto en fotos esta semana regalando en la playa de La Antilla unos balones de goma en los preconizan el ‘cambio’ para Andalucía teniendo como argumento principal los muchos años que ya llevan gobernando los socialistas esta tierra. No nos consta, al menos, informativamente ningún reunión de trabajo interna, nombramientos de cara a la próxima campaña electoral y sí muchos movimientos subterráneos para sondearse mutuamente los principales dirigentes ante la elaboración de las listas, que como es costumbre en este partido en Andalucía responderá a los designios de Javier Arenas y a su tendencia de los últimos tiempos de enroscarse con los mismos peones de siempre en los grupos parlamentarios ante los tiempos de turbulencia que puedan venir si es que los resultados, cuando menos a nivel nacional, no se dan como algunos confían y dicen internamente que le pronostican las encuestas dado el deterioro galopante que se viene produciendo en la economía doméstica de los españoles y que puede afectar mucho más a la intención de votos que los temas ya agotados de la territorialidad o de la postura socialista ante ETA. No quiero ser muy alarmista ni hacer pronósticos ya sobre posibles resultados, ahora bien sí quiero recordarle a los populares que los buenos resultados se logran, aparte de por una frase más o menos ingeniosa de una campaña electoral, a base de mucho trabajo y de contar con una estructura local que irradie los mensajes de cada campaña. Las importantes pérdidas de municipios en las pasadas elecciones locales se terminarán notando y cualquier exteriorización de divisiones o crisis internas, y más si se dan sólo y exclusivamente por los codazos de unos y otros para hacerse sitio en las listas, pueden ser a el remate de unos malos resultados, que de cara al Parlamento andaluz sería, y ya es bajar el listón, volver a recuperar el cuarto escaño. Quedarse con tres otra vez sería lamentable y abriría las puertas de un próximo congreso con enorme tensión. A Pedro Rodríguez, que podría estar ahora recuperándose del pulso de las municipales, su amigo Arenas le hizo la faena de encargarle la dirección provincial del partido y ahora no toca otra tarea que, como quien dice, salvar los muebles en los próximos comicios. Veremos cómo se lo ponen de entrada a la hora de confeccionar las listas, donde hay además que introducir a dos mujeres entre los cinco primeros, porque el asunto no pinta nada bien y más cuando hay muchos dirigentes sin estabilidad económica y otros que gozan de hasta tres y cuatro ingresos mensuales desde hace ya muchos años.Diego Valderas también se ha lanzado rápido a la arena con frases para la galería como “tanto PSOE ahoga” cuando uno de los primeros culpables, empezando por Bollullos, de tener tanto PSOE con poder institucional (lo que quiere decir dinero y posibilidad de colocar a dirigentes locales liberados en municipios, mancomunidades, empresas públicas, Diputación y Junta de Andalucía) es precisamente él. Dice que irá por la provincia que, como coordinador regional de la coalición, le garantice el escaño. Hombre, yo creo que por pura decencia política y ejemplaridad hacia sus compañeros, debería ir por Huelva, así podría ser benefactor o principal perjudicado de la política de alianza que él mismo ha diseñado para que los socialistas cuenten con ese poder que a él, al parecer ahora, tanto le ahoga. La verdad es que este Diego me tiene muy decepcionado porque le ha puesto al PSOE lo que le faltaba de la provincia de Huelva en bandeja, no ya ahora sino cuando se le pudo hacer daño que fue tras los resultados de las elecciones municipales del 2003. Ese punto de inflexión, de caída, del PSOE será difícil que se vuelva a producir máxime cuando han aprendido de los errores y ya lo han recuperado todo.
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