Si caliente y entretenida será la vuelta de los dirigentes políticos después del periodo estival más importancia tiene para mi el papel que en los próximos meses deben jugar los agentes sociales de la provincia de Huelva. Pocos dudan ya, incluido el propio ministro de Economía, Solbes, que este viernes pasado tuvo que acudir a la rueda de prensa con los periodistas tras el Consejo de Ministros, de que estamos ante un momento cuanto menos delicado de la economía, de la gran economía y de la economía doméstica, de la familiar. Las fuertes turbulencias financieras de agosto, que obligaron a la intervención conjunta de los tres principales bancos centrales el mundo (Estados Unidos, Unión Europea y Japón), tendrán, posiblemente, sus efectos en los grandes mercados de capitales una vez que se diagnostique con exactitud el alcance de quebranto económico provocado por las hipotecas ‘basuras’ americanas pero existe otro efecto inducido, el psicológico, que sí ha llegado con tremenda facilidad a las familias por la gran repercusión mediática que nuestro mundo globalizado impone. Un toque de bola en Estados Unidos, que se localiza en unas hipotecas dadas con pocas garantías a familias con escasos recursos, provoca un efecto billar en el otro lado del planeta y hay quien, incluso, en España, en estos días, ha anunciado un ‘parón abrupto’, en seco, de la economía, que sigue creciendo, de momento, en porcentajes del cuatro por ciento. Sea lo que sea y estudiosos hay para cuestiones tan complejas, en la vida cotidiana, en el día a día de la calle, lo cierto verdad es que el parón consumista se ha producido y se ha dado en toda regla desde que comenzó el verano de forma notable en toda la zona costera onubense.
Ya escribimos hace semanas que había quien ha denominado esta temporada veraniega en el litoral como la de las tres ‘p’: pipas, paseo y playa, si bien algún otro contertuliano de terraza estival me apuntaba que le sumara otra ‘p’, la de las papas fritas. La forma de describir el modelo de consumo en bares y restaurantes en estos meses de julio y agosto en las playas, que normalmente se veían otros veranos repleta de familias, es un fiel retrato de cuanto está ocurriendo. Creo que el comercio de Huelva, pasadas ya las rebajas, tendrá ya hecho su diagnóstico y no digamos el hotelero, que sigue llenando los hoteles con ofertas de última hora a precios de gangas. Representantes de los campos de golf hablan también de menos salidas en lo que llevamos de año y la construcción evidencia síntomas más que preocupantes cuando se comparan las cifras de ventas de obra nueva con respecto a años anteriores. Algo, pues, está ocurriendo en el hasta ahora flamante modelo económico español que heredó el gobierno Zapatero del buen hacer de los ocho años de gobierno popular con Aznar y de lo que todavía no existe evaluación hecha es del efecto que pueda darse en los próximos meses y de su repercusión en cada uno de los modelos de desarrollo económico de cada territorio.
A nosotros, porque estamos en Huelva y escribimos para un periódico provincial, nos preocupa, como es lógica y natural, la provincia de Huelva porque su crecimiento de los últimos años ha estado basado en sectores que ahora puede verse muy golpeados si entramos en ese parón económico que se vislumbra. ¿Estamos preparados para ello? ¿Qué tenemos que cambiar en nuestro modelo económico de cara a los próximos años para atravesar esta etapa? ¿Están diagnosticados los perjuicios y las posibles soluciones? ¿A quién corresponde hacerlo? Muchas preguntas en el alero a la vuelta de estas vacaciones pero todas ellas con mucho fundamento si quienes tienen que estar interesados por este bienestar de la ciudadanía se acercaran un poco, nada más que un poquito, a hablar con la gente de a pie, con la gente de calle. Como confío muy poco en estos momentos en la clase política de Huelva en general, que anda sólo y exclusivamente decidiendo en clave de estructura orgánica colocada y subsidiada para asegurarse resultados elecciones, me veo en la obligación de hacer una llamada a los agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales. Porque si hay crisis económica, si viene esa crisis económicas, o si se da ese parón en seco de la economía, lo que no debe darse en que nos coja desprevenidos y teniendo que apagar fuegos sociales de empresas en dificultades. Con un dato añadido a tener en cuenta, existe una población flotante importante de inmigrantes en la provincia que han cubierto las demandas de empleo en los negocios que ahora, precisamente, puede sufrir el parón en seco del consumo, en especial hostelería y pequeño comercio. Habrá que ofrecerles trabajo a ellos, aunque sea en el campo, antes de irse por la Europa del este o norte de África en busca de temporeros para cubrir con garantía las campañas agrícolas. Es un apunte, una reflexión nada más. Ahora bien alguien tendría que estar analizando el conjunto de la economía onubense para regular estos flujos de trabajo. Porque luego vienen las prisas y los disgustos cuando estemos en el ‘ojo’ de la crisis, si es que esta se diera.
Tarea hay, por tanto, para los agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales, y hasta para ese Consejo Económico y Social de la capital y el que Petronila Guerrero quiere constituir en la Diputación Provincial. Como decía renglones arriba la economía de calle, si quieren unirle también las operaciones que ahora hacen los bancos cada día en las notarías, presagian una fuerte contención de los recursos disponibles de las familias y un ajuste del cinturón en toda regla. Esto tiene al final que repercutir en las empresas por las propias reglas de la economía y ahí es dónde se espera una acción adelantada de los agentes sociales de la provincia para orientar con habilidad y eficacia el modelo económico de desarrollo que ahora tenemos, de la misma manera que deben entrar en juego los distintos departamentos de estudios de la Universidad de Huelva. Analizar a toro pasado es fácil, lo difícil pero agradecido es cuando uno se adelanta a los acontecimientos y más en cuestiones de economía. Ganas tengo de echar un rato con Fernando Faces, en alguna charla de San Telmo, porque estoy seguro de que él y otros especialistas ya tienen claro lo que se nos puede venir encima. Y mira que todo ha arrancando en Estados Unidos, qué curioso, con unas simples hipotecas ‘basuras’ que ahora las economías familiares no puede pagar. ¿Le suena usted a algo, amigo lector, en su casa, con esta subida galopante del euroibor que le cambia el recibo de la hipotecas cada mes?
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