lunes, 8 de octubre de 2007

El declive de la ‘luz’ de la Huelva turística

Cuando se escuchan los datos que aportan los responsables del Patronato de Turismo de Huelva, a la hora de hacer balance de la temporada, uno no sabe muy bien si es que tienen unas variables de medición del sector equivocadas o que recurren a la mentira misericordiosa para no asustar más de los que ya están todos cuanto viven del mismo en la provincia onubense. La realidad es y ha sido en los últimos meses tan distinta a como la pintan que poca, muy poca credibilidad generan los responsables del Patronato de Turismo cuando hablan en nombre del sector, con lo cual cada día es mayor el divorcio entre los agentes turísticos y la oficialidad. Los comentarios se quedan en los despachos porque a nadie interesa romper amarras con la política de promoción que con fondos públicos se hace todos los años, por cierto cada vez más dirigida al turismo español, y no es cuestión de quedarse también sin ese mínimo apoyo en unos momentos tan delicados como los que se viven.
Este verano ya adelantábamos que la temporada estaba siendo mala y que los hoteles estaban recurriendo a ofertas de puro saldo de última hora para cubrir la ocupación. Hace unos días los campos de golf también hacían públicas las cifras con un descenso importantísimo de las salidas, que es el termómetro ideal para medir la vitalidad o no de este negocio. En las próximas semanas muchos hoteles de la provincia van a adelantar el cierre que en otros años no se ha dado hasta el puente de la Inmaculada y de la Constitución de diciembre. También se especula con la retirada de algunas cadenas importantes –en concreto de Iberostar– de la gestión compartida con la propiedad de algunos establecimientos hoteleros porque los números no le cuadran a ninguno de los dos socios. Y no digamos nada del pequeño y mediano comercio del litoral, restaurantes y empresas insertadas en las actividades de ocio. Si se le preguntara con honestidad al sector y buscando hacerse una autocrítica para poder sacar conclusiones, a más de un responsable turístico se le quitaban las ganas de seguir haciendo balances tan triunfalistas como falsos.
Creo que estamos al final de un ciclo de ejecutar una determinada política en todo el sector turístico de la provincia y que por el bien de todos debería abrirse un periodo serio de reflexión. La FOE cuenta con el Consejo Empresarial de Turismo y este órgano, demasiado sumiso en los últimos años a las estrategias impuestas desde el Patronato de Turismo, tiene que asumir un papel mucho más determinante, se enfade quien se enfade y guste o no guste a la nueva presidenta-inquilina de la Diputación Provincial.
Porque estamos ante dos problemáticas distintas que ahora empiezan a confluir. Por un lado, la repercusión que el propio sector ha sufrido, especialmente este verano, con el descenso del consumo por las carencias en la economía doméstica por la subida de los intereses de las hipotecas (una de las primeras prioridades en muchas familias) y, por otro, la escasa seducción y personalidad que los eslóganes desarrollados para ‘vender’ Huelva en el mundo tienen. Muchos sabíamos que se tiraba el dinero en viajes a ferias con escasa repercusión real en las cifras de negocios y que el stand de Fitur no era nada más que un pretexto para que los mismos interlocutores se vieran una vez más en enero en Madrid para tomar unas copitas con las embajadas de políticos onubenses. Algo que en momentos de alguna bonanza se podía tolerar pero que con la llegada de la crisis se hace ya inaguantable.
M
La provincia de Huelva en los próximos años aumentará muy poco el número de plazas hoteleras porque los inversores, entre el POTA que paralizó lo que estaba en marcha y ahora la crisis económica, se han marchado al Caribe, países del este europeo e incluso la costa africana. Sin hoteles pocos campos de golf se construirán y no digamos el turismo residencial, que sufre ya el parón del sector del ladrillo y las medidas más restrictivas puestas en marcha por la banca para la concesión de préstamos. Por lo tanto, el dibujo del turismo en Huelva es el que tenemos en la actualidad y poco más. Y lo que conviene ahora es analizar cómo ayudar a salvarlo para que no tengamos que informar, cuando llegue la próxima temporada, que algunos establecimientos hoteleros, por ejemplo, no abrirán sus puertas. Abordar con realismo el turismo de congresos u otros modelos imaginativos, amén de que se hagan de verdad las obras de infraestructura viarias (AVE y aeropuerto) y se aúnen los recursos para desplegar una única oferta turística son cuestiones que deben estar sobre la mesa de los principales agentes e interlocutores. ¿Quién lidera esta reflexión y quién plantea las nuevas líneas de trabajo de cara al futuro? Eso es algo que como decíamos líneas arriba sólo puede venir o del Consejo Empresarial de Turismo o del Patronato de Turismo. Ahora bien, si uno u otro no quieren afrontarlo con la verdad por delante y por cuestiones de relaciones institucionales se queda todo en paños calientes. Veremos si el sector, al menos, quiere dar ese paso adelante antes de que vayamos todavía a peor.

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