lunes, 14 de enero de 2008

Aniversarios y efemérides que nos unen y alegran

Este 2008 bisiesto que acabamos de arrancar viene cargado de efemérides y aniversarios que aglutinan a colectivos muy diversos y que otorgan mayorías de edades y consolidación de muchas entidades e instituciones que conforman la Huelva actual. El año que viene, finales del 2009, hará treinta años que llegué a esta provincia para iniciar mi andadura profesional como periodista y responsable de la Delegación que El Correo de Andalucía tenía en Huelva y que editaba por aquel entonces una o dos páginas, como máximo, de información local junto a la edición regional del periódico. Y durante este tiempo he ido rellenando hojas en blanco del calendario de la vida a base de mucho trabajo y constancia sin darme cuenta, a veces, que en muchas de las decisiones y toma de postura adoptadas también he hecho historia. Insignificante, posiblemente, pero historia al fin y al cabo. Y en ese hacer historia, aniversarios que ahora se celebran también me afectan como afectan a muchos otras personas que se sienten participes, en mayor o menor medida, de esa misma andadura. No constaremos ni estaremos si los que hoy escriben la historia lo quieren así pero nadie nos podrá quitar a muchos, en nuestros adentros, los tiempos vividos porque eso forma parte de cada uno, de la nobleza, generosidad y franqueza de muchos corazones abiertos y sentidos.La noche del 31 de diciembre sonó mi teléfono móvil y era un número que no estaba en en mi agenda e irreconocible para ser esa hora señalada y clásica de las múltiples felicitaciones de los amigos y familiares ante el año nuevo. No toqué la tecla a tiempo y la llamada se quedó entre las pérdidas. Minutos después hice yo la llamada y al descolgar la otra parte su teléfono pregunté que quién era, que si se había equivocado al llamar: “Merchán –me dice una voz ronca y nostálgica-, soy Joaquín Vidal. ¡A qué no esperabas esta llamada! Te llamo para felicitarte y desearte lo mejor”. Me quede paralizado porque Joaquín Vidal, hoy jubilado, fue un trabajador del periódico que durante muchos años tuve la responsabilidad y la encomienda de su Consejo de Administración de dirigir y hacia años, muchos años, que no había tenido contacto con él ni sabía nada de su vida porque los días nos llevan en ‘volandas’ y no sabemos pararnos, a veces, para sentir que también vivimos. Joaquín Vidal me dio la alegría del nuevo año, sin decirme nada más, porque con su llamada los dos en nuestro silencio cómplice evocábamos largas noches de vigilia en San Pedro, él corrigiendo las páginas del periódico que iba a salir y yo revisando una a una las noticias que muchos lectores iba a poder leer al día siguiente, y el trabajo que muchos hoy en vida, algunos olvidados, y otros hasta fallecidos, han ido sumando para que el paso de los días hagan historia y con ello estos aniversarios se puedan celebrar. Nos podrán obviar a muchos en las páginas impresas actuales o emborronar nuestros nombres, cuando no hacernos desaparecer de la tipografía o fotos, pero estamos ahí, permanecemos y permaneceremos porque son las personas, con su imperfección humana y con sus aciertos y con sus errores, los que hacen que los aniversarios y las efemérides sean posibles. No me afecta en lo personal nada ni tengo nada que reprochar ante los renglones torcidos que algunos se empeña en escribir. La historia está ahí y la conocen mejor que nadie sus auténticos protagonistas, por supuesto muchos más los de antes que los recién llegados. Ahora bien, no estoy dispuesto a olvidar, como seguro que le pasó a Joaquín Vidal la noche del 31 de diciembre, porque las vivencias son mías y conmigo se quedan. Años inolvidables en los que todos, todos sin excepción, aportamos con nuestra mejor voluntad, forma de ser y capacidades profesionales esa fuerza imaginativa e impulso constructivo que son al final los que terminan consolidando y haciendo posible los proyectos. Ahí estaremos Patri, Pepe Romax, Paco Muñoz, Nicolás, Ángel Ocaña, José Manuel Gómez y Méndez, Alfonso Carlos, Quico, Mari Isabel, Cejudo, Katy, Felice, Juanito, Ignacio, Velasco, Carmelo, Eva, Vidal hijo, Juan Aurelio, Peinazo, Camacho Malo, Mili, Padua, Paquito Muñoz, Mar, Angel Serradilla, Luis Eduardo Siles, José Carlos Aguado, Gómez Espina, Mateos Lagares, Sánchez Borrallo, José Díaz, Belén, Espinola, Mari Carmen, Carlos Holgado, Juan Manuel Muñoz, Vela, el chofer del autobús de Damas, Miguel Martín, Rafael Pérez Unquiles, Anselmo Botello, Ángel Custodio, Mari Luz Ortega, Antonia, Jesús España, Juan Camacho, Pepe Suárez, Perico Rodri, José Luis García Palacios, Ramón, Andrés Perles, Constantino Menéndez, Eduardo Mateo, Cristóbal Martín, Carmela, Puri, Zalvide, Guillermo, Juan Luís, Roque, Antonio Ponce y otros cientos de personas más (sería interminable la lista) para unirnos, si lo quieren en la distancia y algunos desde el cielo, a estos veinticinco años con el deseo de este quien esté al frente del proyecto, desde el lado empresarial o editorial, pueda seguir cumpliendo muchos mas. Su vida es también es la nuestra.Es lo que desean la gente de buena voluntad que saben poner la obra en común por encima de los personalismos. Me imagino que en la Federación Onubense de Empresarios, que estos días celebra su 30 aniversario, y en el seno del mismo carnaval de Huelva, que vi nacer y que cuide en sus primeros pasos y del que también he sido pregonero, se sentirá lo mismo que muchos sentimos cuando llegan estos días de efemérides. Que haya alegría y unidad ante los que entre todos hemos sido capaces de desarrollar e impulsar. La historia de los pueblos y de las ciudades se conforman con obras que quedan y que al hacerse mayor fortalecen los cimientos de la misma sociedad porque le otorga los rasgos mismos de su personalidad. Siempre he creído mucho en las personas y desde que llegué a Huelva, en el año 79, si algo tengo que colocar detrás de los proyectos que me han permitido crear o impulsar es la suerte que he tenido siempre de poder contar con amigos y compañeros a los que puedo otorgar el rango y el galardón de ‘buenas gente’. Ya sé que esté no cuenta entre los muchos premios que se han encargado de promover muchas instituciones de la provincia en estos últimos tiempos pero para muchos, es sin duda, el que tiene mayor valor y el que sentimos muy adentro de nuestros ya viejos y robustos corazones. Con este premio y con estos recuerdos de amigos imborrables ya me siento, como muchos, enormemente recompensado hasta cuando se olvidan de mi nombre, existencia y pequeña obra profesional.

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