lunes, 25 de febrero de 2008

PSOE y PP andan cada uno por su lado

Desconozco si responde a criterios marcados desde los cuarteles centrales en Andalucía del PP y del PSOE pero en esta campaña, ambos partidos y sus correspondientes candidatos, andan cada uno por su lado como si los programas y propuestas de las dos principales formaciones de la provincia no tuvieran nada que confrontar de cara al electorado. Por lo visto eso lo dejan para Rajoy y Rodríguez Zapatero esta noche y dentro de otros siete días y para Arenas y Chaves si es, al final, cuadran entre ambos n cara a cara para las autonómicas. Las cuestiones de ámbito provincial, por lo visto, se quedan para debates menores como los que estos días hemos visto estos días entre candidatos socialistas y populares en una televisión local y en el que nos ha sorprendido muy gratamente la nueva generación de dirigentes que lleva el PP en estas elecciones para el Parlamento andaluz ya que tanto Dolores López, que va en el cuarto puesto de la lista, como el serrano José Enrique Borrallo, quinto en la lista, no se arrugaron ni un pelo ante los representantes que envió el PSOE, que en el caso de la primera era, nada más y nada menos, que el demagógico y agrio Mario Jiménez, que es a todos los efectos la segunda figura orgánica del socialismo onubense y el número dos en la lista para las andaluzas. Resulta increíble pero casi hasta reconfortante que sean los números cuatro y cinco de las listas del PP los que tengan que confrontar en los debates con los primeros espadas del PSOE, no sabemos bien si porque los primeros de la lista andan dando vuelta por la provincia o también porque se considera por parte de algunos que es bueno ir dando el relevo a otras generaciones de cara a la etapa post-electoral. Ellos sabrán.
De momento, con las encuestas que ayer publicaba este periódico en las páginas de Andalucía y en referencia a las elecciones autonómicas entre los populares reina, de momento, la alegría y la satisfacción porque cuadra con los pronósticos que en privado hace Pedro Rodríguez, en su calidad de presidente provincial, a los suyos: “Vamos a sacar, como en el 2000, en Huelva otros cinco parlamentarios y los socialistas seis”. Eso decía ayer este sondeo realizado la pasada semana y con un muestreo en la provincia de 200 encuestas, que para ser unas elecciones donde los restos resultan al final decisivo más que un pronóstico claro lo que aventura es más bien unas tendencias. Y como ya hiciera la del Centro de Investigaciones Sociológicas hace una semana, volvía a indicar que más de un 30% del electorado, que en el caso de la provincia de Huelva es de cerca de 100.000 votos con el último censo dado a conocer, no sabe o no contesta lo que piensa hacer el día 9 de marzo. En esa tremenda bolsa hay de todo, voto oculto (que siempre suele ser del PP), voto que se piensa decidir tras los debates de estos días y, finalmente, ciudadanos que no piensan acudir a las urnas y que engrosarán ese 20% de abstención que ya casi todas las encuestas dan, como mínimo, como seguro.
Un 30% del electorado sin decidir lo que piensa hacer es mucho electorado. Bien está que se celebren a nivel nacional y regional los debates que se pacten pero no tengo claro, en clave Huelva, a quien perjudica o beneficia que ambos partidos vayan por la provincia dando a conocer sus propuestas y programas pero sin confrontar ni tan sólo para echarse en cara los incumplimientos, que al ser el PSOE el partido de gobierno y el PP el de oposición pues correspondería hacer a los populares a fin de desgastar a su oponente. La presencia de Pedro Rodríguez en la cabeza de cartel de autonómicas marca mucho la estrategia provincial del PP porque funciona con el chip de las pasadas municipales, donde él era el gobierno y el PSOE la oposición, y posiblemente ese esquema es el que está imponiendo a sus dos jóvenes directores de campaña, los jóvenes Felipe Arias y David Toscano. Desde luego para que se diera ese 6 a 5 en las autonómicas que pronostica la primera encuesta, las diferencias entre socialistas y populares no deben ir más allá de los 23.000 votos. En el 2004, por si alguien lo olvida, fue de 66.173 votos.

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