Con esta será la cuarta convocatoria en que las elecciones autonómicas andaluzas coinciden en el mismo con una consulta para elegir también al Gobierno de España. Salvo en la del 2004, en las dos veces anteriores, en el año 96 y en el 2000, esta unificación no favoreció tanto a los socialistas como ellos mismos piensan puesto que tuvo que gobernar en coalición de gobierno con el Partido Andalucista al no alcanzar la mayoría absoluta. En este 9 de marzo próximo Manuel Chaves vuelve a repetir la jugada y estará por ver a quien, en verdad, favorece la jugada, si a la consolidación de los escaños en Andalucía que necesita Rodríguez Zapatero para poder gobernar o al propio socialismo andaluz para que pueda mantener ese gobierno en solitario sin socios que le puedan hipotecar, que desde luego sólo pueden ser los andalucistas o la muy plural coalición de IU.
Al margen de este análisis vislumbrando el efecto partidista de la coincidencia de las dos elecciones, lo que sí viene siendo una constante es diferencia de participación que se dan en las urnas de generales y las de autonómicas. En las tres ocasiones anteriores, siempre, la participación ha sido mayor por parte de los votantes al depositar su papeleta para decidir el Gobierno de España que las del Gobierno de Andalucía. Es sorprendente porque ocurre en el mismo día, los votantes tienen que votar en las mismas mesas electorales y urna con urna pero optan un porcentaje muy significativo por abstenerse en las elecciones andaluzas. El censo electoral en la provincia de Huelva desde las elecciones del año 96 ha ido aumentando desde los 355.131 de esa convocatoria a los 378.428 de 2004. También este año vuelve a aumentar, aunque muy poco, a 379.919 ciudadanos con derecho al voto. Pues bien, en los tres procesos electorales se dieron diferencias entre uno y otro proceso electoral que van desde los 0,37% del electorado en el año 96 a un llamativo 0,99% del año 2000 y al no menos relevante 0,88% del mismo año 2004. Y un dato, en la provincia de Huelva, aunque fuera la vez en la que los socialistas sacaron su mejor resultado con esos 154.579 votos que ellos mismos esperaban y que son la base de su extrema tranquilidad de ahora, el año de mayor participación fue cuando, precisamente, el PP de Aznar fue capaz de alzarse por primera vez con una victoria ya que acudió a votar, nada más y nada menos, que un 75,64% del censo electoral y en el que, por primera vez, muchos votantes populares se movilizaron porque veían cerca y posible esa posibilidad de ser alternativa real de gobierno después de catorce años ininterrumpidos de los gobiernos socialistas de Felipe González.
Pero vuelvo a los porcentajes de votantes que no quieren decidir ni le importa lo que ocurra en el Gobierno de Andalucía al abstenerse de una manera manifiesta una vez ya, incluso, de estar ante las urnas en el colegio electoral. Nos estamos moviendo en cifras que van de unos 1.200 ciudadanos la vez que menos a los ya cerca 3.700 del año 2000. Curiosamente ese año, por ejemplo, los socialistas en la provincia de Huelva mantuvieron una fidelidad casi absoluta de su electorado entre una y otra elección: 115.071 en generales y 115.467 en autonómicas. Todo lo contrario que el PP, que pasó de tener en generales, apoyando a Aznar, 98.575 votos a quedarse con tan sólo 92.700 votos en las autonómicas y con Teófila Martínez como candidata a la Junta pero también con Pedro Rodríguez como cabeza de lista de las andaluzas por la provincia de Huelva. Por qué hay votantes que si consideran trascendental en Huelva las elecciones generales, cuando además la diferencia entre PP y PSOE es tan grande que el reparto de escaños viene siendo inamovible desde hace años, y sin embargo no dan valor a sus votos en las autonómicas, donde hasta por un número reducido de apoyos, se puede decir un escaño arriba o abajo y hasta el mismo Gobierno andaluz, es toda una incógnita. Y les puedo asegurar que por más que lo estudio no encuentro una lógica explicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario