Esto se termina. Por la noche habrá concluido esta larga e interminable carrera electoral. Y me queda cerrar estos balances de campaña hoy con los socialistas, que para eso son la primera fuerza política de esta provincia. Les puedo asegurar que, en esta ocasión, me tienen totalmente desconcertado. Ni una palabra malsonante, ninguna trifurca con el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, y cabeza de lista del PP en las autonómicas, y desaparición de la escena de Mario Jiménez. ¿Crispación? ¿Campaña crispada? Pues yo no la veo en esta provincia por ningún lado, nunca ambas formaciones han estado tan decentes y educadas en sus comportamientos y argumentos como durante estos 15 días.
Ayer venía en coche escuchando la radio y empezó a sonar una curiosa cuña de campaña emitida en los tiempos electorales correspondientes al PSOE. Una voz serena me pedía que respirara profundo, tomara aire y lo soltara con mucha lentitud, suavemente, para a renglón seguido decirme que estaban buscando que me ‘relajara’ ante la crispación generada por el PP en esta campaña. Esa era el mensaje publicitario; novedoso por supuesto, inusual en anteriores comicios, que eran todos muy plomizos, pero en lo que respecta a Huelva absolutamente irreal. Yo no sé dónde esta esa crispación, ni esos enfrentamientos del PP con el PSOE. De modo que no acabo de entender muy bien el conjunto de la campaña socialista en estas elecciones.
No digo que esté ni bien ni mal, que para eso ellos tienen sus estrategas y pensadores, sólo puedo afirmar que el PSOE de estas últimas semanas no es el PSOE de hace un año cuando las elecciones municipales o, incluso, de años antes. Hay como mucha autocomplacencia por la aparente labor realizada desde el Gobierno de España y desde Andalucía y eso parece que es lo que ellos han querido vender en positivo, sumando, durante estos días y buscando mucho el cara a cara directo con los ciudadanos, lo que ellos llaman: casa por casa. El que te visite en Huelva capital unos parlamentarios socialistas pues a lo mejor te coge desprevenido, pero si quien le acompaña en muchos pueblos de la provincia es nada más y nada menos que el alcalde de tu pueblo, cuidado, eso ya es otro cantar. Y los socialistas tienen sesenta alcaldes haciendo por ellos esta tarea en los pueblos como consecuencia de la tremenda fuerza recuperada por el PSOE en las municipales del 2007. Creo que se han confiado mucho en esta labor y en no darle al PP esa categoría de alternativa real de gobierno en esta provincia, como si no existieran. Para ningunear, como es lógico, lo que coherente ni oportuno darle cancha, aunque sea con críticas, al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez. Diría que los socialistas han recetado al dirigente popular la misma medicina, en esta campaña, que el le dio a Manuela Parralo durante la campaña del 2007. No existe.
¿Puede afectar una campaña tan plana, tan en gobierno a la participación este domingo? No lo creo porque, por encima, de la campaña provincial que se haya diseñado, a la vez se ha dado durante estas últimas semanas la lluvia fina o intensa del puro debate autonómico o nacional con los primeros espadadas. Son las grandes marcas, PP y PSOE, las que tiran cada una de su electorado, sea quien sea el cabeza de lista de una u otra candidatura. Ni Javier Barrero y Cinta Castillo son los importantes, ni por supuesto Pedro Rodríguez y Fátima Báñez, Los que convocan con Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves o Rajoy y Arenas. Así podemos entender mejor esta campaña sin roces ni tensión en Huelva que hemos podido seguir y que hoy termina.
Además, los socialistas han llegado al final de la legislatura con muy pocas cosas, infraestructuras o inversiones, terminadas y por inaugurar. Ni un corte de cinta hemos visto. Manuel Chaves no sabe lo que es celebrar algo en esta provincia y llevamos ya mucho tiempo así. Todo son proyectos, maquetas y foto ‘in situ’ donde podría ir una inversión. Como, por ejemplo, los accesos desde la autovía de Ayamonte a Islantilla: pusieron varios carteles en el verano, los candidatos socialistas se tiraron una foto hace varias semanas, hubo durante unas jornadas un cierto movimiento del terreno con máquinas y ahora, en estos días, si usted pasa por la rotonda de entrada a Lepe desde la salida de la autovía con Villablanca podrá observar que allí no hay nadie trabajando y que hasta el cartel, con el viento, se ha caído. Para qué preocuparse mucho si, como parece, los socialistas, desde hace meses, tienen en Huelva hecha las cuentas y piensan que volverán a gozar de un nuevo paseo triunfal…y sin oposición que les vuelva a bajar los humos como ocurrió en el 2000 o en el 2003. Pues no han visto la cara de satisfacción y serenidad de Barrero en estos días.
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